Entre Zapatero y Maragall
Emilio P¨¦rez Touri?o ha logrado zurcir un PSdeG dividido y convertirlo en un partido galleguista
Una persona de la que ning¨²n amigo es capaz de destacar una metedura de pata, una estridencia, es con toda seguridad un hombre de consenso. S¨®lo alguien as¨ª pod¨ªa poner orden en la jaula de grillos que fue el socialismo gallego. Claro que, a cambio, como ¨¦l mismo reconoce, no es precisamente el carisma una de sus virtudes, algo que achaca a su timidez.
Frente al gran Fraga, siempre pol¨¦mico, Emilio P¨¦rez Touri?o (56 a?os, pontevedr¨¦s nacido en A Coru?a) se presenta como un hombre moderado, tranquilo, posiblemente mejor presidente que candidato. Un gestor m¨¢s que un pol¨ªtico.
Profesor de universidad, economista, su c¨ªrculo de amistades se mueve a¨²n entre las aulas, donde dej¨® fama de guapo, moderno y puntilloso. Hizo asesores a sus alumnos y rivales a sus profesores, como Xos¨¦ Manuel Beiras, ex l¨ªder del BNG. En p¨²blico, su timidez le lleva a los gestos de dise?o, r¨ªgidos, a seguir un gui¨®n marcado, nada natural. Pero en privado es una persona accesible, de trato agradable, aunque, como buen gallego, desconfiado.
Touri?o cree que puede entenderse mejor con Quintana que con Beiras
Es tranquilo, moderado, y posiblemente mejor presidente que candidato
Touri?o pertenece a la llamada generaci¨®n del 68 de j¨®venes antifranquistas universitarios que despu¨¦s de pasar por el PCE en la facultad dejaron el partido cuando se hundi¨®, a finales de los 70, y se volcaron con el PSOE de Felipe Gonz¨¢lez. Se march¨® a Madrid en 1985 a vivir la aventura del Gobierno socialista de la mano de su mentor, Abel Caballero, y tard¨® mucho en volver, casi 10 a?os. Tanto que ahora muchos le critican por su acento al hablar gallego, algo que definen como deje andaluz, pero que en realidad es la cl¨¢sica aspiraci¨®n de consonantes castellano-madrile?a. En su af¨¢n de galleguizar el mensaje del partido, Touri?o siempre habla en p¨²blico en una lengua que en privado apenas usa, y se nota.
La aventura socialista le llev¨® con Josep Borrell de ministro hasta la Secretar¨ªa de Estado de Infraestructuras, desde la que se dise?aron y construyeron la mayor¨ªa de las autov¨ªas de Espa?a y de Galicia. Por eso, y por su trabajo acad¨¦mico, se sabe que el candidato conoce bien la econom¨ªa y la administraci¨®n de su comunidad. Touri?o pertenece, de hecho, a esa casta de altos cargos de la Administraci¨®n a la que tambi¨¦n parece encaminado su hijo, que trabaja como economista en el servicio de estudios del Banco de Espa?a.
Como hombre de consenso, sin enemigos claros, el candidato a la presidencia de la Xunta del PSdeG se hizo con el poder de una forma muy similar a la de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con quien todos le comparan. En un momento de hundimiento total, con 13 esca?os y el partido dividido en decenas de familias y dirigido por el pol¨¦mico alcalde de A Coru?a, Francisco V¨¢zquez, Touri?o logr¨® el 61% de los votos. Desde entonces, con tes¨®n pero sin ruido, ha ido pacificando el partido y apartando a V¨¢zquez, su principal rival, hasta lograr, el a?o pasado, el 91% del apoyo interno. Para eso tuvo que destronar a muchos dirigentes locales, y convencer a todos de que el cambio era posible. S¨®lo ahora empiezan a creerle. Antes, Touri?o hab¨ªa acertado tambi¨¦n al apoyar a Zapatero en el Congreso de 2000, a pesar de la fuerte presi¨®n del aparato y de Jos¨¦ Bono, ahora ministro de Defensa.
En pol¨ªtica, es un hombre pragm¨¢tico que se define como socialdem¨®crata, pero en sus discursos siempre hay un deje de ex comunista, un af¨¢n por la defensa de la igualdad y la justicia social. Y m¨¢s que a Zapatero, ¨¦l quiere acercarse a Pasqual Maragall, con quien le une una buena amistad, aunque ¨²ltimamente se ha distanciado de algunas de sus posiciones pol¨ªticas. Touri?o no oculta su intento por crear un PSC a la gallega, la clave del ¨¦xito, seg¨²n sus asesores. Para ese proyecto cuenta tambi¨¦n con Zapatero, que le meti¨® en la Ejecutiva federal y le ofreci¨® ser ministro, algo que hubiera supuesto buscar otro candidato para enfrentarse a Fraga. Touri?o renunci¨® y prefiri¨® jug¨¢rselo todo a la carta gallega.
El candidato ha vivido una relaci¨®n compleja con el nacionalismo desde siempre. Proven¨ªa de Bandera Roja (el grupo de Jordi Sol¨¦ Tura), y por eso era de los dirigentes del PCE gallego m¨¢s comprensivos con ese fen¨®meno a¨²n peque?o en los 70. Pero siempre hay un punto de fricci¨®n, y ¨¦l tuvo muchos con Beiras. El ¨²ltimo, y fuerte, se produjo cuando, tras la crisis del Prestige, Touri?o plante¨® una moci¨®n de censura contra Fraga. Beiras la critic¨® y al final la apoy¨®. Tras la ca¨ªda del que fue su profesor, Touri?o est¨¢ convencido de poder entenderse mejor con Anxo Quintana. A los dos les critican por lo mismo: el carisma. Ambos llevan en pol¨ªtica toda la vida. Los dos son t¨ªmidos, pragm¨¢ticos y dialogantes. Pero algo les diferencia claramente: Quintana acaba de empezar, y para Touri?o ¨¦sta era su ¨²ltima oportunidad.
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