Preguntas
Peri¨®dicos de distintas tendencias, al dar cuenta de la detenci¨®n en Espa?a de varios sospechosos de terrorismo, en grado de complicidad o autor¨ªa, utilizan la misma expresi¨®n: Los detenidos reclutaban m¨¢rtires. La coincidencia l¨¦xica hace pensar que la expresi¨®n proviene de fuentes oficiales. A la espera de nuevas noticias o de que se ampl¨ªe el escueto parte, s¨®lo queda especular sobre c¨®mo llevaban a cabo esta ins¨®lita tarea, a la que no encuentro precedente por m¨¢s que hago memoria. Los primitivos cristianos hac¨ªan proselitismo doctrinal y quienes abrazaban su credo corr¨ªan el riesgo ocasional de acabar en el circo, pero no eran reclutados para eso. El martirio era una posible consecuencia de la conversi¨®n, no el objetivo de la misma. Dostoievski introduce un personaje, por otra parte imaginario, decidido a suicidarse por razones filos¨®ficas, pero no ha sido inducido a hacerlo, y mucho menos reclutado.
Algunas novelas de John Le Carr¨¦ relatan el minucioso y atormentado proceso de captaci¨®n de un individuo para una causa, y su posterior utilizaci¨®n, pero se trata de un adoctrinamiento artero y enga?oso, un aut¨¦ntico fraude psicol¨®gico.
En el caso que ahora nos ocupa no cabe aplicar ninguno de estos supuestos. Seg¨²n todos los indicios, los inculpados, de probarse su culpabilidad, se habr¨ªan limitado a impartir los principios b¨¢sicos de una doctrina de ¨¢mbito universal, de sobra conocida, y a formular luego una simple pregunta: ?Quiere usted volar por los aires en un coche cargado de trilita? Una formulaci¨®n que parecer¨ªa un di¨¢logo de c¨®mic si no respondiera a una realidad terrible y cotidiana.
Para mayor confusi¨®n, varios detenidos viv¨ªan en Santa Coloma de Gramenet, una poblaci¨®n contigua a Barcelona en la que he estado en varias ocasiones y donde vive gente que conozco. Bueno, Santa Coloma de Gramenet no es Las Vegas, pero tampoco parece un lugar que propicie la desesperaci¨®n, ni el fanatismo, ni el deseo de intervenir en el panorama internacional mediante la inmolaci¨®n.
No obstante, as¨ª parece haber sido, y en tal caso, nos encontrar¨ªamos inmersos en un mundo opaco, de cuyo discurso ignoramos las preguntas y, por tanto, las respuestas, si es que ah¨ª existe una distinci¨®n entre estas dos categor¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.