"El control del nivel de dopamina podr¨ªa prevenir la esquizofrenia"
Despu¨¦s del Parkinson, la esquizofrenia. A los 82 a?os, Arvid Carlsson contin¨²a investigando el efecto regulador de la dopamina en distintas funciones cerebrales. Su descubrimiento de la levo-dopa como regulador de los movimientos descontrolados de Parkinson le vali¨® el Premio Nobel de 2000, "el ¨²ltimo dado hasta la fecha a un sueco", dice con orgullo este investigador nacido en Upsala. Ahora ha dado un paso m¨¢s, y quiere ayudar a regular los estados de ¨¢nimo de las personas con esquizofrenia, que en Espa?a afecta a m¨¢s de 400.000 personas.
La esquizofrenia suele presentar dos tipos de s¨ªntomas: los llamados s¨ªntomas positivos, que est¨¢n formados por alucinaciones y p¨¦rdida de contacto con la realidad, y los negativos, caracterizados por una apat¨ªa patol¨®gica que les impide relacionarse. Los tratamientos disponibles permiten controlar en la mayor¨ªa de los casos las alucinaciones, pero los s¨ªntomas relacionados con el estado de ¨¢nimo se han mostrado m¨¢s refractarios al tratamiento.
En la esquizofrenia, como en el Parkinson, la clave est¨¢ en la dopamina. "Trabaj¨¦ con otros neurotransmisores, pero no encontr¨¦ la soluci¨®n", explica Carlsson, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Gotemburgo (Suecia), en cuya universidad trabaja. La dopamina es una sustancia que activa distintas funciones cerebrales cuando se une a los correspondientes receptores, por lo que tiene "m¨²ltiples efectos, dependiendo de en qu¨¦ parte del cerebro se encuentre", explica.
En esta dolencia tiene especial importancia lo que ocurre en dos zonas del cerebro. Si llega poca dopamina a las llamadas v¨ªas mesocorticales (en la parte frontal del cerebro) se produce retraimiento social, aplanamiento emocional y falta de motivaci¨®n. "Son los llamados s¨ªntomas negativos de la enfermedad, que adem¨¢s son, en contra de lo que piensa la mayor¨ªa de la gente, los m¨¢s frecuentes", explica Carlsson. "Si se produce un exceso en el mesolimbo, aparecen los llamados s¨ªntomas positivos: pensamientos desordenados, alucinaciones y delirios".
Carlsson explica sus m¨¢s recientes investigaciones: "Hemos descubierto una mol¨¦cula que es un agonista parcial, y supone dar un paso m¨¢s all¨¢ de la levo-dopa, que s¨®lo sirve para sustituir el efecto de la dopamina cuando ¨¦sta falta", explica Carlsson. Los agonistas parciales son, de alguna manera, mol¨¦culas inteligentes capaces de combatir tanto el exceso como el defecto de una sustancia.
El tratamiento es "una revoluci¨®n", apunta. "Los primeros medicamentos efectivos para la esquizofrenia datan de mediados de los cincuenta, y s¨®lo pod¨ªan rebajar la acci¨®n de la dopamina. Se acababa con unos niveles muy bajos, lo que ten¨ªa efectos secundarios. Ahora se consigue rebajar la acci¨®n hasta niveles que son casi normales", dice.
Carlsson tiene otras ideas en cartera. El control del nivel de dopamina podr¨ªa predecir en algunas personas la tendencia a la adicci¨®n o a sufrir una psicosis que acabara en una esquizofrenia. "Es s¨®lo una teor¨ªa, pero podr¨ªa servir para prevenir la aparici¨®n de esquizofrenia en adolescentes", se?ala.
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