El esca?o de Damocles
Hasta el d¨ªa 27, los candidatos popular y socialista a la presidencia de la Xunta pueden aumentar los beneficios de la industria farmac¨¦utica, encomendarse a las meigas, recurrir a la cataplasma, o al c¨¢lculo de probabilidades, aunque quiz¨¢ lo m¨¢s relajante sea dedicarse a la cocotolog¨ªa, que adem¨¢s del arte de hacer pajaritas de papel es todo un m¨¦todo de conocimiento, seg¨²n Miguel de Unamuno, y, seg¨²n otros, una habilidad m¨¢s saludable y urbana que dedicarle cortes de mangas, al adversario. Cierto que las elecciones gallegas fueron tensas y emocionantes, con todo el descaro de la demoscopia ofreci¨¦ndonos unos espectaculares patinazos, pero a¨²n andan sin resolverse. La inc¨®gnita de Pontevedra invita al ejercicio de los augurios y de una vol¨¢til aritm¨¦tica de restos, que lleva al PSOE a conclusiones muy reconfortantes, en tanto el PP se agazapa en la cautela o la resignaci¨®n. Pero el misterio hay que rastrearlo por Buenos Aires, en el voto porte?o y en ese repertorio lunfardo y orillero, que en su tiempo tambi¨¦n ocup¨® el escenario social del tango. Un misterio depositado en sacas que a¨²n andan dando tumbos y haciendo todos los caminos que hizo, a la incertidumbre, una Galicia rural y emigrante. Por esos caminos, llegar¨¢ el esca?o que dar¨¢ el poder a unos u otros. Un poder casi planetario, con mucho de ultramarino y algo de transpirenaico. Ahora, quien tuvo que abandonar, lleno de a?oranza, una tierra embastada a los zancajos, acuciado por la necesidad y los puntapi¨¦s del caciquismo, de los amos, de la ranciedad conservadora y feudal, y de la dictadura, puede darle la vuelta o intentarlo, al menos, a tanta precariedad y menosprecio. En el escrutinio de las papeletas de esas sacas est¨¢ la cara o la cruz de unas elecciones, donde se juega la saudade de progreso y otra de una santa compa?a de pol¨ªticos al servicio de la tr¨¢pala y del abuso. Recientemente, Argentina esparci¨® el j¨²bilo de la derogaci¨®n de las leyes de impunidad para los militares del genocidio, puede que, en unos d¨ªas, los aires de aquella periferia austral traigan tambi¨¦n el mensaje de una Galicia m¨¢s justa e igualitaria.
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