Qu¨¦ feo
Lo van a pagar. No lo digo ni lo escribo como amenaza, como advierte la madre al ni?o de un golpe que ella ya est¨¢ viendo. Lo van a pagar porque parece que act¨²an desconociendo c¨®mo es su propio pa¨ªs, o porque imaginan que est¨¢n en otro, en EE UU, por ejemplo, donde el fanatismo religioso es capaz de intervenir en la libertad leg¨ªtima del ciudadano y salpica de verborrea moral los discursos de los presidentes, y est¨¢ en los billetes, en las escuelas, en la silla el¨¦ctrica, en la moral empresarial, en la idea del ¨¦xito, en el fantasma del fracaso, en los pobres y en los ricos, en la idea de la familia, en los asesinos y en las v¨ªctimas; pero aqu¨ª no. No reconozco a mi pa¨ªs en esa foto que saca en primera The New York Times: los obispos negros, el gesto acusador; no reconozco a mi pa¨ªs en esos pol¨ªticos que salen de manifestaci¨®n del brazo de la Iglesia. S¨®lo faltaba el blanco y negro para pensar que era una foto de archivo. Hubo gente manifest¨¢ndose, s¨ª, pero para m¨ª Espa?a se comporta de otra manera, es un pa¨ªs que despierta curiosidad en el extranjero, se considera un lugar, al margen de la interminable cantinela nacionalista, donde la gente sabe vivir y deja vivir en los asuntos privados, donde las decisiones individuales son eso, individuales. Un pa¨ªs eminentemente familiar, donde cualquier padre y cualquier madre, aun siendo conservadores, asumir¨¢n la idea de un hijo homosexual y lo defender¨¢n a muerte si consideran que alguien lo insulta, un pa¨ªs donde los padres pueden sentirse ultrajados por lo que diga un psic¨®logo hom¨®fobo sobre esa vieja farfolla seudocient¨ªfica de la cura de la homosexualidad. ?Por favor! S¨¦ que hay gente capaz de manifestarse contra un derecho civil, pero pienso sinceramente que eso no representa la esencia de un pa¨ªs que muerto Franco se sinti¨® aliviado de la nefasta incursi¨®n de la Iglesia en asuntos privados. Y alguien deber¨ªa decirles que tal vez la alegr¨ªa les dure poco, debiera dec¨ªrselo gente m¨¢s razonable de su propio partido (debe haberla), deben advert¨ªrselo los homosexuales que militan en sus filas (los hay). Lo pagar¨¢n, creo. Con menos votos. Porque no hay nada de peor gusto que salir a la calle para negarle un derecho a un ciudadano exhibiendo una sonrisa desafiante. Qu¨¦ feo est¨¢ eso en un pol¨ªtico.
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