Derecha espa?ola: resumen general
Queridos amigos, voy a deciros qui¨¦nes somos. Somos los que escuchamos a Aznar tras el atentado del 11-M asegurar, con su extraordinaria capacidad para la clarividencia, aquella frase memorable. "Los han matado s¨®lo porque eran espa?oles". Somos los que atesoramos un nuevo inventario de perplejidades cuando el ministro ?ngel Acebes llam¨® "miserables" a los que dudaban de la autor¨ªa de ETA. Somos los movidos a la sospecha militante cuando pudimos contemplar el efecto ¨¦tico y est¨¦tico de un Eduardo Zaplana recitando su monserga vestido de luto, como si fuera Isabel Pantoja y quien hubiera muerto corneado por aquel tren fuera su Paquirri, ay.
Pero les dir¨¦ m¨¢s: somos los que nos quedamos literalmente estupefactos el 11-M, los que intercambiamos los fluidos de la sorpresa y de la sospecha el 12-M, los que rebasamos el nivel de la indignaci¨®n el 13-M y los que fuimos a votar el 14-M, en fin, con la rabia en el alma y con el DNI en la boca.
Esos somos nosotros. Ahora les dir¨¦ quienes son ellos. Ellos son los que han intentado ocultar durante m¨¢s de un a?o la mentira m¨¢s grande que el poder ha perpetrado contra los ciudadanos en un cuarto de siglo de restauraci¨®n democr¨¢tica. Son los que han buscado ensuciar el buen nombre de la polic¨ªa, de los jueces o de los periodistas independientes con el solo objetivo de dirigir el haz de luz en otra direcci¨®n. Ellos son los que han carecido de los reda?os suficientes para confesar su culpa e intentar pasar p¨¢gina con dignidad. Son los que no tienen problemas en insultar nuestra inteligencia con las teor¨ªas m¨¢s subnormales para que nos olvidemos de su papel en los tres d¨ªas que cambiaron Espa?a. Ellos son la raz¨®n de que el Partido Popular merezca permanecer en la oposici¨®n otros 13 a?os, como en 1982. Esa gente no puede re¨ªrse de todos y de todo.
Ya s¨¦ que el PP mantiene todav¨ªa algunas cuotas de poder. Me disculpar¨¢n, sin embargo, si no me extiendo glosando las maravillas de nuestro bien amado y honorable presidente Camps. Adormecido con peque?os sobresaltos al calor de la lavativa demosc¨®pica que se administra cada ma?ana con agua tra¨ªda del delta del Ebro, Camps se cree imbatible (como se crey¨® un d¨ªa Rajoy), pero no tengo la menor duda de que nuestro simp¨¢tico gerifalte tiene los d¨ªas contados. En el Pa¨ªs Valenciano, como en Espa?a en general, la derecha s¨®lo puede triunfar cuando la izquierda no est¨¢ en condiciones de disputarle la victoria. Pero ese momento ya pas¨®. Veo en Joan Ignasi Pla y en su gente el equipo que en el 2007 desalojar¨¢ a los monaguillos de Aznar de una Generalitat que han endeudado hasta l¨ªmites vergonzosos, quiz¨¢ barruntando aquello de "para lo que me queda en el convento...". Me alegrar¨¦, igualmente, si Esquerra Unida y el Bloc son capaces de llegar a un acuerdo preelectoral y caminar unidos, porque todas las voces progresistas y valencianistas han de ser bienvenidas.
Precisamente estos d¨ªas he concluido la lectura de un libro muy instructivo. Se trata de las memorias de Vicente Marco Miranda, que el autor escribi¨® durante su reclusi¨®n forzosa en los a?os 40, mientras la represi¨®n franquista campaba por sus fueros. Es un hombre que redacta su vida para un lector ignoto, es un hombre que llena met¨®dicamente folio tras folio oculto en una casa de las afueras de Borriana, como el preso que aguarda su condena aunque est¨¢ convencido de no merecerla. Es un hombre, por cierto, que ha ocupado cargos relevantes antes del cataclismo civil: fue alcalde de Valencia, gobernador civil de C¨®rdoba y diputado en Madrid, pero sobre todo fue una voz que, sin abdicar ni un ¨¢pice en sus ideas de izquierda, adopt¨® una actitud de moderaci¨®n razonable en una sociedad convulsa. ?Creen ustedes que eso le hubiera servido de algo si hubiese ca¨ªdo en manos de los agentes de Franco?
El libro se titula In illo tempore y lo ha editado el Consell Valenci¨¤ de Cultura. No es mala su prosa, puesto que el autor se fogue¨® muchos a?os como redactor jefe de El Pueblo, el peri¨®dico blasquista. Todo est¨¢ en sus p¨¢ginas: la rememoraci¨®n minuciosa y emotiva de la Borriana de finales del XIX, la aventura period¨ªstica, la responsabilidad institucional, las conspiraciones contra la dictadura de Primo de Rivera, el abandono del blasquismo (escorado a la derecha) y la fundaci¨®n de Esquerra Valenciana, formaci¨®n que se integrar¨ªa en el grupo de Esquerra Republicana de Catalunya en las Cortes Generales de 1936.
Marco Miranda es uno de los nuestros. Por lo que pensaba y por lo que hizo (son incontables los capitostes derechistas que le deben la vida en las aguas turbulentas de la revoluci¨®n en el campo republicano). Esta clase de hombres no enga?a. Otros s¨ª. Que cada uno saque, pues, sus propias conclusiones.
www.joangari.com
Joan Gar¨ª es escritor.
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