El desierto de los milagros
Almer¨ªa, sede de los pr¨®ximos Juegos Mediterr¨¢neos, ha pasado en 30 a?os del subdesarrollo a liderar la econom¨ªa andaluza
Bernab¨¦ Aguilar tuvo una idea genial. A este ingeniero del Instituto Nacional de Colonizaci¨®n (el organismo que se encarg¨® de la repoblaci¨®n de las zonas rurales durante la dictadura) se le ocurri¨® cubrir con pl¨¢stico un peque?o huerto de 500 metros cuadrados en las cercan¨ªas de Roquetas de Mar. Corr¨ªa 1963 y ese fue, seg¨²n los expertos, el primer invernadero de Almer¨ªa. El germen de una revoluci¨®n que ha convertido a esa provincia en la primera de Andaluc¨ªa en generaci¨®n de riqueza, por encima de M¨¢laga o Sevilla. Y en s¨®lo 30 a?os.
Almer¨ªa cumpl¨ªa hasta entonces con un clich¨¦ ganado a pulso, el del subdesarrollo y la pobreza end¨¦mica. Una capital inmovilista y funcionarial rodeada de enormes eriales en los que la falta de agua e industria condenaba a la poblaci¨®n a emigrar. La provincia, sedienta y sin infraestructuras, expulsaba a sus habitantes a los cinturones de Barcelona o Madrid. Hasta finales de los sesenta no abandon¨® el ¨²ltimo puesto del ranking espa?ol de renta per c¨¢pita.
Fernando Mart¨ªnez, alcalde socialista de la capital entre 1991 y 1995, recuerda la pobreza del final del franquismo. "En la ciudad hab¨ªa barrios de miseria atroz, como La Chanca, inmortalizada por Juan Goytisolo. Hab¨ªa gente que viv¨ªa en cuevas, en muchas zonas no hab¨ªa agua corriente y la gente la llevaba a casa en cubas. Subsist¨ªan enfermedades casi desaparecidas en el resto del pa¨ªs como la lepra o la tracoma [un mal ocular contagioso debido a la falta de higiene]", explica.
Pero para entonces, las semillas del desarrollo ya germinaban. En los cincuenta, el Instituto Nacional de Colonizaci¨®n ide¨® un plan para repoblar la comarca del Poniente (El Ejido, Roquetas de Mar, La Mojonera, Adra) despu¨¦s de encontrar agua en el subsuelo. El desierto se reparti¨® por hect¨¢reas entre familias inmigrantes de la comarca serrana de la Alpujarra y de toda la provincia de Granada. "Fue entonces cuando se extendi¨® el enarenado, una t¨¦cnica de cultivo t¨ªpica del sureste", explica Francisco Camacho, profesor de Producci¨®n Vegetal de la Universidad de Almer¨ªa. Sobre el suelo yermo se coloca una capa fina de esti¨¦rcol y encima otra de ocho a diez cent¨ªmetros de arena de playa. "La arena retrasa la evaporaci¨®n y acelera la descomposici¨®n del sustrato proporcionando a la planta m¨¢s nutrientes", a?ade el investigador.
El enarenado y el pl¨¢stico unidos al minifundio familiar creado con la colonizaci¨®n, son los tres factores que convirtieron el desierto en un vergel. El ¨¦xito de los invernaderos trajo desde los setenta nuevos inmigrantes (espa?oles y extranjeros), que se endeudaron para adquirir tierras o trabajaron como asalariados. El pl¨¢stico se extendi¨® hasta las 27.000 hect¨¢reas actuales en un proceso de efervescencia sin precedentes.
La explotaci¨®n media supera escasamente la superficie de un campo de f¨²tbol. "Lo que se planta b¨¢sicamente es lo que aqu¨ª llamamos los ocho magn¨ªficos: tomate, pimiento, berenjena, calabac¨ªn, pepino, jud¨ªa verde, mel¨®n y sand¨ªa", dice el profesor Camacho. Un invernadero a la ¨²ltima (con riego y temperatura informatizada) puede costar unos 100.000 euros, seg¨²n los c¨¢lculos de Cajamar (Caja Rural Intermediterr¨¢nea).
Gracias a la innovaci¨®n y a la entrada en la UE, la producci¨®n se triplic¨® en los noventa. En 2003 alcanz¨® los 2,6 millones de toneladas de frutas y hortalizas por un valor de 1.281 millones de euros. Algo m¨¢s de la mitad (1,6 millones de toneladas) se export¨® a Europa, lo que produjo un super¨¢vit en la balanza de pagos de 1.123 millones de euros. Descontando Almer¨ªa, el saldo de la balanza de pagos andaluza tendr¨ªa un d¨¦ficit cercano a los 2.000 millones. Los agricultores lo consiguieron sin ayudas a la explotaci¨®n.
"Esa explosi¨®n y la intervenci¨®n de las instituciones produjo un salto espectacular", explica el ex alcalde Mart¨ªnez. Las autov¨ªas A-7 y A-92 solventaron la carencia secular de comunicaciones y conectaron la huerta con el resto de Europa. Almer¨ªa cuenta hoy con cuatro hospitales importantes frente al ¨²nico existente hasta los setenta. Los 681 profesores de su universidad, creada en 1993, imparten 29 titulaciones a 15.000 estudiantes.
La provincia esperaba redondear su desarrollo con los Juegos Mediterr¨¢neos, que se inauguran ma?ana, viernes. El evento ha supuesto una inversi¨®n de 600 millones, seg¨²n el presidente del comit¨¦ organizador, Juan Megino. Se han construido 12 instalaciones deportivas y otras ocho se han restaurado. La residencia de los deportistas se convertir¨¢ en la primera urbanizaci¨®n tur¨ªstica de la capital.
Sin embargo, los Juegos han llegado con un saldo de promesas incumplidas. El Gobierno anterior (PP) asegur¨® que el AVE estar¨ªa listo, pero su llegada se ha retrasado. Los sectores sociales reclaman el desdoblamiento de la A-7 en direcci¨®n a M¨¢laga que no entrar¨¢ en servicio hasta 2008, seg¨²n Fomento. David Ucl¨¦s, director del servicio de estudios de la C¨¢mara de Comercio lo explica: "Los almerienses tienen la sensaci¨®n de que aportan m¨¢s de lo que reciben".
"Uno de los motores del desarrollo de la provincia", seg¨²n se?ala Ucl¨¦s, ha sido la Caja Rural Intermediter¨¢nea (Cajamar), que se fio y dio su apoyo a la apuesta de los agricultores. Esta apuesta "medio cient¨ªfica, medio intuitiva", como la califica Francisco Cort¨¦s, del centro de estudios de la citada caja, fue la decisi¨®n m¨¢s acertada de sus gestores. Desde los ochenta, la entidad ha tenido un crecimiento sostenido paralelo al del sector agr¨ªcola que la ha disparado al primer puesto del ranking nacional de cooperativas de cr¨¦dito.
Desde los primeros cr¨¦ditos a agricultores, a muy corto plazo y con los intereses de la ¨¦poca (en los ochenta el tipo de inter¨¦s legal rondaba el 10%), Cajamar se convirti¨® en el principal actor financiero del sector hortofrut¨ªcola, con el que evolucion¨®.
Esa vinculaci¨®n con los agricultores permiti¨® la progresiva incorporaci¨®n de tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n en los invernaderos, la clave del desarrollo agr¨ªcola almeriense, seg¨²n los expertos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.