Etimolog¨ªas

Despu¨¦s de la disparatada sesi¨®n de la psiquiatr¨ªa cient¨ªfica sobre la homosexualidad, que provoc¨® y luego reneg¨® el PP, ha habido otra en el Senado dedicada a otra ciencia, la etimolog¨ªa: seg¨²n un concepto ya sabido, matrimonio viene de master, de matriz, y dado que en la homosexualidad (por lo menos, en la masculina, s¨ª se puede decir) no existe maternidad, hay que rechazarla en tanto que matrimonio: y as¨ª pas¨®, sin ning¨²n efecto m¨¢s que el de a?adir rid¨ªculo al rid¨ªculo, puesto que en la nueva lectura de los diputados se anular¨¢ el veto. Es curioso que esto ocurra en el Senado, que etimol¨®gicamente es la reuni¨®n de los ancianos: y no lo son, aunque parece tradicional que se elija a los m¨¢s conservadores. No deb¨ªan aceptar esa traici¨®n a la etimolog¨ªa. Se llama tambi¨¦n C¨¢mara alta, y es la m¨¢s baja: era as¨ª como un residuo del Viejo R¨¦gimen que ten¨ªa estos designados reales para contener a los del pueblo que ser¨ªan m¨¢s avanzados . De cuando en cuando se piensa en ¨¦ste y otros pa¨ªses -el Senado franc¨¦s, la C¨¢mara de los Lores- qu¨¦ hacer con esta c¨¢mara tan limitada, y de cuando en cuando se decide convertirla en sala de las autonom¨ªas, y as¨ª lo quiso hacer De Gaulle en el refer¨¦ndum en el que le echaron, pero por otra cosa. Mi propuesta ¨²nica y por lo tanto universal ser¨ªa su anulaci¨®n y transformaci¨®n en piscina p¨²blica gratuita, pero no prospera.

Esta posici¨®n incesante de los populistas es la de agarrarse al clavo ardiendo que vean para no dejarse gobernar, ni a nosotros, por el PSOE. Es puramente sem¨¢ntica. Como cuando, dentro de la crisis europea, el melifluo jefe de estos cristianos ensoberbecidos, Rajoy, va y dice que la culpa es de Zapatero, que no sirve para nada, ni propone nada. "?Y usted qu¨¦ sabe que dije o hice yo en Europa?", le responde el hombre. No tiene necesidad: la oposici¨®n encuentra el verdadero sentido ¨²nico de la palabra, que es el de oponerse, sin que entren en ello razones y l¨®gicas.

Se est¨¢n quemando. Bien sabe Dios que yo no lo deploro: los a?os de su declinar y caer han sido tan fuertes que no se puede lamentar que desaparezcan en este caos que sembraron. El gran atractivo de los dinosaurios es, precisamente, que desaparecieron. Y, cuando aparecen de pronto, comprendemos que es una pel¨ªcula, una pesadilla o el recuerdo de un cuento.