Am¨¦rica, un nuevo descubrimiento
SI A?N hoy, superados ciudadanos del siglo XXI galvanizados en autopistas de la informaci¨®n, nos deslumbra fantasear con vida en otros planetas y seguimos al dedillo las noticias que las sondas espaciales nos env¨ªan desde Tit¨¢n, la luna m¨¢s grande de Saturno, ?cu¨¢l no habr¨¢ sido el asombro que sacudi¨® al Renacimiento ante ese otro mundo -desconocido, inesperado y maravilloso- que le sali¨® al cruce a Occidente cuando Am¨¦rica se sum¨® a los mapas? Una vibrante cr¨®nica de ese encuentro ha comenzado a circular por las librer¨ªas argentinas para suerte de historiadores y alegr¨ªa de lectores de prodigios. Con traducci¨®n y estudio preliminar del especialista italiano Stelio Cro, Alci¨®n ha publicado para inaugurar su Biblioteca del Renacimiento la primera edici¨®n completa en castellano de De Orbe Novo, de Pedro M¨¢rtir de Angler¨ªa, el primer libro escrito sobre el descubrimiento de Am¨¦rica, editado en lat¨ªn por Antonio de Nebrija, en Sevilla, en 1511.
A prop¨®sito de De Orbe Novo, de Pedro M¨¢rtir de Angler¨ªa
Cr¨®nica rica en descripciones fabulosas, compuesta por De Angler¨ªa gracias a su lugar privilegiado de consejero de la corte espa?ola y a partir de los relatos directos de Col¨®n y sus marinos, De Orbe Novo ha sido hasta ahora un documento m¨¢s citado que le¨ªdo. De ¨¦l abrev¨®, entre otros, Bartolom¨¦ de Las Casas para su Historia de las Indias y no es arriesgado asegurar que en sus p¨¢ginas fundacionales se han forjado los mitos sobre el Nuevo Mundo que a¨²n conjugamos. Por ellas desfilan la exuberancia del paisaje ("dicen que es la tierra m¨¢s f¨¦rtil de todas las que est¨¢n circundadas por las estrellas"), la codicia conquistadora ("el Almirante afirma que all¨ª obtuvo los mismos grandes tesoros que, seg¨²n se cuenta en el Viejo Testamento, Salom¨®n, rey de Jerusal¨¦n, obtuvo en el golfo P¨¦rsico") y las luchas sangrientas ("se aferraban desde su orilla a los bordes de los botes, y mor¨ªan como ovejas, al ir desnudos, por los golpes de lanza y espada, pero no se rend¨ªan").
La historia del libro es detectivesca y explica que no se haya traducido en versi¨®n completa hasta hoy. En ella caben unos cuantos plagios italianos y varias pizcas de intriga pol¨ªtica renacentista, que Cro desmenuza en su erudito estudio inicial. Pedro M¨¢rtir de Angler¨ªa (Arona, 1457-Granada, 1526) lleg¨® a Espa?a en 1484 y era, para entonces, uno de los humanistas italianos m¨¢s importantes de su ¨¦poca. Hab¨ªa participado de la Reconquista e invitado luego por la reina Isabel, altern¨® su funci¨®n de tutor de lat¨ªn y humanidades con la de consejero y diplom¨¢tico de la corte espa?ola. Al enterarse del descubrimiento se dedic¨® a difundirlo y escribi¨® la cr¨®nica de los viajes de Col¨®n, organizando su relato en cap¨ªtulos llamados libros o d¨¦cadas, inspirado en el historiador romano Tito Livio.
Entre 1492 y 1501 Pedro M¨¢rtir escribe siete de estos libros (de los diez que finalmente tendr¨¢ la obra). Ese a?o los Reyes Cat¨®licos lo env¨ªan a Venecia con la sensible misi¨®n de lograr la neutralidad de esa rep¨²blica en un eventual enfrentamiento entre Espa?a y Francia por la posesi¨®n del Reino de N¨¢poles. El cronista lleva el manuscrito con la ilusi¨®n de publicarlo en el centro librero m¨¢s importante de Europa, pero nada resulta seg¨²n sus deseos. El libro es le¨ªdo y traducido por ?ngelo Trevisan, secretario del embajador de Venecia en Espa?a, pero en su viraje del lat¨ªn al dialecto v¨¦neto "pasan" cosas: sufre recortes, cambia de autor y se publica en 1504, sin menci¨®n a Pedro M¨¢rtir, que ha vuelto a Espa?a. A ese primer plagio sucede otro en 1507 en el que se le da a Am¨¦rico Vespucio la gloria del descubrimiento, con tan mala suerte para el Almirante que la salida del texto coincide con la publicaci¨®n del mapa de Waldseemuller en el cual el nuevo continente replica el nombre del florentino rob¨¢ndole a Col¨®n la gloria del bautismo. Cro explica el silencio de Pedro M¨¢rtir por las tensiones entre su condici¨®n de autor y la raz¨®n de Estado: en Espa?a, insin¨²a, conven¨ªa bajarle el perfil a las demandas de Col¨®n, quien exig¨ªa que se cumplieran las Capitulaciones de Santa Fe que le otorgaban considerables derechos sobre las tierras descubiertas. Los textos italianos resultaban ¨²tiles a ese fin.
Intrigas se suceden, reyes mueren y el mundo sigue rodando hasta que en 1511 Antonio de Nebrija, amigo de Pedro M¨¢rtir, publica el original en lat¨ªn corregido y completo de De Orbe Novo. P¨¢ginas que han esperado cinco siglos para leerse en castellano. En ellas se nombra por primera vez a Cuba y a Jamaica y caben desde reflexiones pol¨ªticas hasta men¨²s para gourmets que no le teman a un buen plato de iguana a la vasija.
Raquel Garz¨®n (C¨®rdoba, Argentina, 1970) es autora de Riesgos de la noche (Alci¨®n Editora).
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