"Cervantes era un rebelde y un gamberro"
Eduardo Vasco naci¨® en Madrid en 1968. El pasado verano fue nombrado director de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC) que fundara Adolfo Marsillach en 1986. P
ertenece a la primera generaci¨®n de profesionales del teatro preparados de una manera l¨®gica, ya que el acceso a su oficio se produce con estudios especializados y superiores. Una generaci¨®n que combina un car¨¢cter arrojadizo y cierta osad¨ªa con una formaci¨®n muy s¨®lida obtenida tras pasearse por todos los oficios esc¨¦nicos. Vasco, junto a su dilatada trayectoria con textos cl¨¢sicos de Shakespeare, Calder¨®n y sobre todo Lope, ha puesto en pie a varios j¨®venes autores espa?oles y ha transitado por grandes contempor¨¢neos. Proviene del teatro alternativo y ha sido profesor de direcci¨®n esc¨¦nica y vicedirector de la Escuela de Arte Dram¨¢tico de Madrid, donde se licenci¨® en interpretaci¨®n y direcci¨®n esc¨¦nica. Ha cursado estudios esc¨¦nicos en Amsterdam y posee una amplia formaci¨®n como m¨²sico.
"Tratamos de ser los herederos de Marsillach, pero las resistencias al trabajo con los cl¨¢sicos que ¨¦l percibi¨® siguen en el aire"
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ el atrevimiento de que la CNTC no haga este a?o un Quijote?
RESPUESTA. Este a?o lo previsible era tener muchos Quijotes. Lo l¨®gico desde un teatro p¨²blico era ofrecer algo distinto de lo que va a estar en el mercado tratando de enriquecer la visi¨®n que se pueda tener de Cervantes, que es mucho m¨¢s que el Quijote, una novela con la que se debe producir un encuentro privado, a pesar de que tiende a ser siempre un encuentro hacia el escaparate.
P. La apuesta ha sido recuperar al Cervantes m¨¢s rebelde.
R. Quer¨ªamos abordar su teatro y escogimos La entretenida
[estrenada el 27 de enero con direcci¨®n de Helena Pimenta], pero busc¨¢bamos algo que tuviera que ver con su personalidad, su contexto literario y el barroco. La obra ideal era Viaje del Parnaso, donde vemos que Cervantes va a la contra de los autores de su ¨¦poca, del magisterio que impon¨ªa Lope. Su rebeld¨ªa se da en dos artes, sus dos grandes frustraciones: el teatro y la poes¨ªa. En su ¨¦poca est¨¢ considerado como un poeta malo y un dramaturgo caduco y se pasa casi todo el final de su vida luchando contra los que le consideran as¨ª. Es cuando publica m¨¢s verso y m¨¢s teatro, como Las ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615) y Viaje del Parnaso. Eso es un acto de rebeld¨ªa, porque todo su entorno le dice que se dedique a la novela.
P. ?Qu¨¦ Cervantes se descubre en Viaje del Parnaso, montaje que se estrenar¨¢ el 7 de julio en Almagro?
R. Estamos ante una epopeya burlesca, absolutamente descontrolada, con una imaginaci¨®n que raya con el gamberrismo, una obra divertida, radical, con tintes autobiogr¨¢ficos graciosos, en la que ¨¦l expresa sus frustraciones sin cortapisa y en la que emple¨® mucho tiempo. No hay que olvidar que Cervantes tambi¨¦n era un rebelde y un gamberro. Junto al Persiles y el Quijote¨¦sta es la obra m¨¢s se?era; era una obligaci¨®n el esfuerzo de llevarla a escena. Cervantes habla all¨ª de la poes¨ªa como si fuera un chaval de 15 a?os lleno de pasi¨®n. La obra est¨¢ escrita en tercetos encadenados complicados y en ella satiriza el contexto mitol¨®gico y literario del clasicismo.
P. ?Pero es un viaje inici¨¢tico cervantino como podr¨ªa serlo el Quijote?
R. Est¨¢ escrita en 1614 entre la primera y la segunda parte del Quijote. Cervantes es el propio protagonista que cuenta que ha le¨ªdo a Cesare Caporali y decide que ¨¦l tambi¨¦n quiere ir al Parnaso y conocer a Apolo. Se sube a una mula, se despide de Madrid y va recogiendo poetas, ya que Mercurio le pide que haga una lista con los que son buenos de verdad, pues est¨¢ quejumbroso porque hay mucho poeta malo que est¨¢ invadiendo el Parnaso.
P. ?La obra se puede entender como un ajuste de cuentas de Cervantes con sus colegas y su sociedad?
R. Es una historia muy suculenta. En la obra el propio Cervantes se defiende a s¨ª mismo ante Apolo, habla de todas sus obras y de lo que ¨¦l cree que tienen de val¨ªa y por lo que merece su propio sitio en el Parnaso. Pero Apolo no se lo concede y le dice que se siente donde pueda, por lo que el autor concluye que no hay ning¨²n favor que no lo labre la riqueza o el peloteo.
P. La obra va a estrenarse en el Corral de Comedias de Almagro y eso apunta a un formato lejano a las macroproducciones de la CNTC.
R. Se ha tenido en cuenta este espacio, lo que nos va a permitir ir a muchos sitios a los que nunca ha llegado la compa?¨ªa y donde tambi¨¦n pagan sus impuestos. Adem¨¢s se ha hecho una fusi¨®n de muchos lenguajes; casi todos provienen del barroco como determinado tipo de t¨ªteres, m¨¢quinas de viento, de truenos, todo en rigurosa ¨¦poca, el verso muy cuidado, pero sin perder el esp¨ªritu transgresor de la obra, porque Cervantes parece un se?or muy serio, pero era pol¨ªticamente incorrecto y estaba lleno de rebeld¨ªa.
P. ?Hoy las rebeld¨ªas son m¨¢s f¨¢ciles?
R. Mi generaci¨®n ha llegado a la profesi¨®n en un momento en el que todo lo que se ha hecho est¨¢ en el imaginario de mucha gente, no paramos de o¨ªr "esto ya lo hizo menganito y zutanito" y lo que no entienden es que nosotros no est¨¢bamos. Trabajamos con unos referentes que son los nuestros.
P. Lleva un a?o al frente de la CNTC, ?cu¨¢l es su balance?
R. Hemos conseguido gran parte de los objetivos planteados. Ya hay dos compa?¨ªas estables, hemos reeditado el bolet¨ªn, hemos recuperado un sentimiento de grupo, las compa?¨ªas est¨¢n de gira, las obras del Teatro de la Comedia, que estaban paralizadas, empezar¨¢n este a?o...
P. Tal y como dijo al ser nombrado, ?quiere recuperar el proyecto de Marsillach?
R. Adolfo era un hombre de teatro y desde esa mirada ve¨ªa a la CNTC. ?l recog¨ªa una tradici¨®n de teatro cl¨¢sico, descabalada por todos los lados, a la que aportaba una nueva visi¨®n, y nosotros recogemos la suya. Sus montajes fueron muy importantes, sobre todo desde el punto de vista de c¨®mo acercarse a un texto cl¨¢sico. Hemos tratado de ser sus herederos, pero las mismas resistencias al trabajo con los cl¨¢sicos que percibi¨® en sus inicios siguen en el aire. ?l llevaba una carrera detr¨¢s y yo la tengo delante. Si muchos se preguntaban qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l aqu¨ª, no quiero ni imaginar lo que dicen de m¨ª.
P. ?Cu¨¢l es el problema? ?Todos tienen su idea de c¨®mo deber¨ªa ser esta compa?¨ªa?
R. Es algo que trato de traducir como algo cari?oso, ya que siempre son amantes del teatro cl¨¢sico, de la compa?¨ªa, y en ese sentido hay una gran diferencia con otros centros, porque estamos hablando de verdaderos entusiastas, de los buenos y de los malos, hay algo el¨¦ctrico en la relaci¨®n de la compa?¨ªa con su entorno y sus espectadores, y la base de mi formaci¨®n se basa en el amor al oficio y ese tipo de entusiasmo lo entiendo muy bien. Pero es cierto que todos tienen su propia opini¨®n de lo que hay que hacer con esta compa?¨ªa.
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