Pies alados de Hermes
A los diez a?os de su muerte (Ciudad Real, 1926-Barcelona, 1995), ?ngel Crespo parece hallar su sitio en la historia de la poes¨ªa espa?ola. Educado en la vanguardia postista, su primer libro fue Una lengua emerge (1950), al que siguieron numerosos t¨ªtulos en los quince a?os posteriores. Docena florentina (1966) hizo ya insostenible su acoplamiento en los anaqueles clasificatorios al uso, justo cuando el poeta iniciaba su peregrinaje profesoral por universidades de medio mundo, lo que barri¨® escr¨²pulos de conciencia en quienes consintieron o alentaron su desaparici¨®n de la escena literaria. Su inicial y problem¨¢tica asimilaci¨®n al socialrealismo explica su inclusi¨®n en Poes¨ªa social (1965), de Leopoldo de Luis, y antes en Veinte a?os de poes¨ªa espa?ola (1939-1959) (1960), donde Castellet anunci¨® la muerte del simbolismo ante el realismo pujante. Pero esa misma presencia subrayaba una contradicci¨®n insoslayable, pues ¨¦l era un poeta de sustrato simbolista, que mostr¨® severas reticencias contra el prosa¨ªsmo representativo que pretend¨ªa debelar el franquismo sin impugnar su lenguaje. "?C¨®mo puede facilitarse un cambio de las circunstancias sociales con una t¨¦cnica conformista?", se preguntaba en la po¨¦tica que redact¨® para Poes¨ªa social. Revistas como El P¨¢jaro de Paja, Deucali¨®n o, sobre todo, Poes¨ªa de Espa?a, dirigidas por ¨¦l en solitario o junto a Federico Muelas y Gabino Alejandro Carriedo, dan fe del maridaje entre el imaginario postista y el compromiso civil: he ah¨ª la base de su realismo m¨¢gico que, frente a una realidad demediada, propone una realidad entera asentada en una ret¨ªcula simbol¨®gica que lo conecta al hermetismo europeo. En medio del camino (1971) es una primera recopilaci¨®n de sus versos, reorganizados en cinco libros que permit¨ªan atisbar caminos que recorrer¨ªa en los t¨ªtulos recogidos en El bosque transparente (1983). Para entonces, seg¨²n anot¨® en su diario el 3 de septiembre de 1979, hab¨ªa ya perfilado su idea de la poes¨ªa como "un intento victorioso de descubrir el otro lado de las cosas, lo esot¨¦rico".
Sepultado el poeta ante los ojos de muchos por su desbordante actividad como animador de revistas, traductor eximio del italiano (Dante, Petrarca) y del portugu¨¦s (Pessoa), difusor de vanguardias brasile?as, te¨®rico literario, director de galer¨ªas y cr¨ªtico de arte, su universo l¨ªrico es dif¨ªcil de reducir a una antolog¨ªa. El beligerante pr¨®logo de La realidad entera, la selecci¨®n preparada por Alejandro Krawietz, condena estos otros "males de la patria" tras la Guerra Civil: la chatura est¨¦tica de la cr¨ªtica literaria, la desvinculaci¨®n de la l¨ªrica espa?ola respecto de la gran tradici¨®n occidental, la circunstancialidad tem¨¢tica y la pobreza expresiva de la literatura sedicentemente realista, y hasta el retraso de la poes¨ªa en relaci¨®n con unas artes pl¨¢sticas m¨¢s conectadas a los discursos vanguardistas. Cabe, s¨ª, coger por las solapas el canon de la poes¨ªa del XX y zarandearlo hasta que se desprendan las hojas muertas (haberlas, haylas), a fin de que pueda ocupar su lugar esa coreada "poes¨ªa de las excepciones"; pero ni las excepciones son tantas (?acaso en las buenas antolog¨ªas de hoga?o no constan los Ory, Cirlot o Gamoneda?) ni quien ha gozado de p¨²blica estimaci¨®n debe pagar por ello. En todo caso, estamos ante una "antolog¨ªa de autor", quiero decir "de ant¨®logo", el cual, para respetar la articulaci¨®n de una obra que no es la mera suma de poemas, ha seleccionado libros enteros -y excluido, claro, libros enteros- en vez de poemas, con una soberan¨ªa que reconfigura la imagen del ?ngel Crespo total. Sus detalladas explicaciones sobre los criterios seguidos hacen pensar en una actuaci¨®n pro domo sua, al privilegiar una lectura acorde con sus propias opciones est¨¦ticas y prescindir casi totalmente de la primera etapa de Crespo, cuya poes¨ªa atribuye "a las especiales circunstancias pol¨ªticas de la Espa?a de la dictadura".
En La poes¨ªa de ?ngel Crespo,
Jordi Ardanuy analiza el lenguaje de dimensi¨®n trascendente que expresa esa realidad entera, de ning¨²n modo identificable con "lo dado". Procedente de una tesis doctoral dirigida por Pilar G¨®mez Bedate, viuda del poeta y conspicua especialista en literatura comparada, el libro aborda una hermen¨¦utica simb¨®lica y articula el tr¨¢nsito desde lo subconsciente surrealista a lo enigm¨¢tico, a trav¨¦s de un iter que desemboca en Iniciaci¨®n a la sombra, libro p¨®stumo publicado en 1996, el a?o de los tres vol¨²menes de Poes¨ªa. El poeta que tiempo atr¨¢s enunciaba el Eterno Retorno ("He muerto muchas veces / y otras tantas he vuelto / a contemplar mis d¨ªas") bajaba all¨ª la cabeza, anuente y entregado, ante "la flor inmarcesible de la sombra".
Las m¨²ltiples dedicaciones
intelectuales de ?ngel Crespo forman un solo cuerpo de indagaci¨®n espiritual, con la poes¨ªa como m¨¦dula que tanto transmite su nervio al resto del organismo como recoge las refluencias allegadas desde los otros territorios. ?l no es un poeta adem¨¢s, ni siquiera un poeta sobre todo, sino un l¨ªrico en vertical cuya obra, como escribi¨® Bachelard de la alta poes¨ªa, es una metaf¨ªsica al instante en que se conjuntan la visi¨®n del universo y el secreto de un alma. A esta comprensi¨®n integradora sirve la secci¨®n monogr¨¢fica que le dedica Quimera (n¨²mero 254), coordinada por Jos¨¦ Francisco Ruiz Casanova, as¨ª como el cat¨¢logo de la exposici¨®n del C¨ªrculo de Bellas Artes, de 20 de abril a 3 de julio: un volumen excelente por la concepci¨®n, la disposici¨®n y la riqueza de materiales gr¨¢ficos y literarios, en cuyas p¨¢ginas se dibuja la senda que Crespo recorri¨® con los pies alados de Hermes: "el ¨²nico camino hacia los reinos / que nunca sospech¨¢bamos".
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