Valencia capital
Seguramente uno de los diagn¨®sticos que mejor resume la problem¨¢tica de la ciudad de Valencia es lo que podr¨ªamos llamar un d¨¦ficit de capitalidad. Con esta expresi¨®n aludir¨ªamos por un lado a la ausencia de un liderazgo claro en la vertebraci¨®n del territorio y por otro al negativo diferencial que significativos indicadores de nuestra ciudad presentan en comparaci¨®n con otras capitales espa?olas o europeas.
Con profundo disgusto acogimos los socialistas de la ciudad de Valencia el resultado del ¨²ltimo pleno del Ayuntamiento en el que no pudimos llegar a un acuerdo sobre la inclusi¨®n de la capitalidad de Valencia en la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa.
Si quer¨ªamos con esta propuesta favorecer la emergencia de la ciudad en el ¨¢mbito de la legislaci¨®n org¨¢nica del Estado no era por capricho, sino por considerar que dando carta de naturaleza a nuestra capitalidad no s¨®lo contribu¨ªamos al fortalecimiento simb¨®lico de su identidad institucional sino que dej¨¢bamos mejor situada a Valencia de cara a cualquier negociaci¨®n futura con el gobierno auton¨®mico o la administraci¨®n central.
La inclusi¨®n de la capitalidad en el Estatut dejar¨ªa a nuestra ciudad en mejor situaci¨®n incluso que Barcelona que s¨®lo la tiene reconocida en una disposici¨®n con rango de ley auton¨®mica. Sentimos que la alcaldesa, siempre entregada a las cruzadas entusi¨¢sticas a favor de la ciudad, haya contemplado esta propuesta con escepticismo y frialdad.
Haber llegado a un acuerdo en esto nos hubiese abierto muchas v¨ªas de actuaci¨®n pol¨ªtica y seguramente hubi¨¦ramos encontrado en la capitalidad de Valencia un pretexto mucho m¨¢s digno y eficiente que el continuo victimismo para trabajar en beneficio de la ciudad.
Muy recientemente hemos visto inflamarse a la alcaldesa por no tener una carta municipal como la de Barcelona e invocar una vez m¨¢s el bla, bla, bla, contra el gobierno central que tan de moda se ha puesto en esta comunidad desde que perdiera el Partido Popular las elecciones generales. Pero hay que recordarle a do?a Rita Barber¨¢ que para reivindicar su Carta, el Ayuntamiento de Barcelona no esper¨® a que se la concedieran a otros ni a que Jordi Sevilla fuese ministro en Madrid, sino que lleva trabajando por ella bastantes a?os.
La actual Carta de Barcelona ha sido posible entre otras cosas porque los grupos pol¨ªticos de su Ayuntamiento no han dudado en suscribir un acuerdo similar al que quisimos proponer los socialistas en el ¨²ltimo Pleno. Existe un acuerdo plenario suscrito un¨¢nimemente por todos los grupos pol¨ªticos del Ayuntamiento de Barcelona del que se dio traslado al Parlament de Catalunya para que ¨¦ste lo aprobase, a su vez, en el marco de la Ley Catalana de R¨¦gimen Local que prev¨¦ un r¨¦gimen especial para el municipio de Barcelona. ?sta es la historia de la Carta de Barcelona, no una aparici¨®n desde la nada ni una concesi¨®n m¨¢gica de un ministro socialista.
Si Barcelona dispone de una carta municipal no es por que se encuentre liderada por una alcaldesa al estilo de Rita Barber¨¢, sino porque ha sabido generar los acuerdos pol¨ªticos necesarios para crear un r¨¦gimen legal en el que pudiese alojarse coherentemente un texto regulador espec¨ªfico para la ciudad. Adem¨¢s, a ver si nos aclaramos, la Carta de Barcelona es el resultado estricto de un acuerdo Ajuntament-Generalitat sin intervenci¨®n alguna del Gobierno Central.
Acuerdo plenario del ayuntamiento, ley auton¨®mica que permita la aprobaci¨®n de un texto de carta municipal y posterior consenso entre administraci¨®n auton¨®mica y local, han sido los ingredientes imprescindibles para que Barcelona disfrute hoy de su Carta Municipal. Es Francisco Camps, no Jordi Sevilla quien en estos momentos m¨¢s podr¨ªa hacer por que los valencianos tuvi¨¦ramos una carta municipal.
Nosotros nos hemos mostrado plenamente de acuerdo con que Valencia tenga tambi¨¦n su carta municipal, pero ¨¦sta tiene que responder a una estrategia pol¨ªtica planificada, a una hoja de ruta. Un excelente primer paso en esta direcci¨®n ser¨ªa la inclusi¨®n de la capitalidad en nuestro nuevo Estatut.
Solventando nuestra propuesta de capitalidad en un rapid¨ªsimo y autocr¨¢tico minipleno, Rita Barber¨¢ ha dinamitado este primer paso que la ciudad deber¨ªa dar para aprobar un texto que le permitiese incrementar su importancia institucional, asumir m¨¢s competencias y recursos.
Hay que decir m¨¢s. En relaci¨®n al requisito de una Ley Valenciana de R¨¦gimen Local en base a la cual elaborar un texto de carta municipal para la ciudad de Valencia, el Consell de Camps guarda el mismo mutismo que los anteriores de Olivas y Zaplana. Y no parece que la condici¨®n de diputada auton¨®mica de Rita Barber¨¢ haya contribuido mucho a poner en marcha la aprobaci¨®n de esta ley.
La alcaldesa se indigna porque el Ministro Sevilla no le haga la faena. Dice que quiere los fines, pero no pone ni uno solo de los medios.
De cualquier modo quiero finalizar relativizando al m¨¢ximo el tono cr¨ªtico anterior en un intento de enfatizar por encima de todo mi continua voluntad de llegar a un acuerdo sobre esto. Todav¨ªa queda algo de tiempo y la semana pr¨®xima a¨²n tenemos la oportunidad de suscribir un pacto sobre la capitalidad de Valencia en el seno de las Cortes Valencianas. No perdamos esta oportunidad hist¨®rica. No pierda, se?ora Barber¨¢, la oportunidad de apuntarse este importante tanto ante los valencianos. Los socialistas le estaremos muy agradecidos.
Rafael Rubio es portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Valencia.
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