La ciudad pintada de los Alpes
Innsbruck, al oeste de Austria, un capricho de los Habsburgo
La fama, en ocasiones, es un fardo dif¨ªcil de llevar. Que se lo pregunten si no a los habitantes de Innsbruck, la capital del Tirol, una ciudad tan bella que a veces parece un decorado de cart¨®n piedra. Pero Innsbruck existe. Es de verdad. Y es tan bella como la pintan. S¨®lo que el visitante con prisas llegar¨¢ a esta ciudad junto a un puente sobre el r¨ªo Inn (que eso significa su nombre en alem¨¢n), descender¨¢ por la calle de Mar¨ªa Teresa hasta Hofgasse, echar¨¢ un vistazo al Tejadillo Dorado, recorrer¨¢ las orillas del Inn y se fotografiar¨¢ bajo el escult¨®rico nuevo trampol¨ªn de salto ol¨ªmpico, proyectado por la arquitecta iran¨ª Zaha Hadid. A lo sumo, alg¨²n grupo de atrevidos subir¨¢ en el funicular de Hafelekar para ver la panor¨¢mica de los Alpes tiroleses. Y poco m¨¢s.
Se ir¨¢n de all¨ª tan apresurados como han venido sin dejar reposar una ciudad cargada de historia y rodeada por uno de los m¨¢s hermosos escenarios de monta?a, donde a lo largo de 600 a?os se fueron instalando nobles, comerciantes y ¨®rdenes religiosas hasta dibujar el entramado de la ciudad vieja. No habr¨¢n tenido tiempo de conocer la fundici¨®n de campanas Grassmayr, que lleva fabricando badajos desde 1599. Habr¨¢n desperdiciado la ocasi¨®n de visitar el museo de artes populares de Hofkirche y habr¨¢n olvidado tomar una cerveza en Goldene Adler, restaurante con casi 600 a?os a las espaldas, donde dicen que alguna vez se sent¨® el mism¨ªsimo Goethe.
Se entre por donde se entre a Innsbruck, los pasos llevan a la calle de Herzog Friedrich. Desde aqu¨ª se visitan los dos hitos urbanos relacionados con los dos personajes que m¨¢s contribuyeron a la fama de Innsbruck. Por un lado, la calle de Mar¨ªa Teresa, en recuerdo de la emperatriz que reconvirti¨® una aldea rodeada de monta?as en el centro de la moda y la vida cortesana del imperio de los Habsburgo. Mar¨ªa Teresa es la calle m¨¢s fotog¨¦nica de la ciudad, con un tel¨®n de fondo de monta?as nevadas. Por otro, el celeb¨¦rrimo Tejadillo Dorado, un balc¨®n techado en la antigua residencia real, construida para conmemorar la boda del emperador Maximiliano de Habsburgo con Blanca Sforza de Mil¨¢n, en 1494. Est¨¢ recubierto con 2.600 tejas de cobre doradas al fuego con 12 kilos de oro, y a ¨¦l sol¨ªa asomarse el gran Maximiliano en fiestas y desfiles. Algo que no pudo hacer su pariente y sucesor en el trono del Tirol, el archiduque Fernando II, que se cas¨® en secreto con una plebeya, Filipina Welser. Como ella no pod¨ªa participar en los actos de la corte, el enamorado archiduque mand¨® construir para ambos a las afueras de Innsbruck el fant¨¢stico palacio renacentista de Ambras, otro de los hitos tur¨ªsticos del valle.
Maximiliano ampli¨® y mejor¨® el Hofburg, el palacio imperial en el que la corte austro-h¨²ngara sol¨ªa pasar largas temporadas. Para a?adir m¨¢s alm¨ªbar a la historia, en sus salones se conocieron, en junio de 1848, el emperador Francisco Jos¨¦ y la famosa Sissi.
La ciudad de Maximiliano
La fascinaci¨®n que los paisajes tiroleses producen reside, sobre todo, en su armon¨ªa, en su mesura. Agua, roca, nieve y hierba forman aqu¨ª un todo unificado. Para disfrutar de la vista de los Alpes, nada mejor que tomar el telef¨¦rico hasta la estaci¨®n de esqu¨ª de Nordkette, en la monta?a que cierra el valle del Inn por el norte. Una panor¨¢mica soberbia.
Ante la certeza de que en ning¨²n otro lugar del mundo iba a encontrar un escenario m¨¢s impresionante, el emperador Maximiliano dispuso que se construyera en la Hofkirche su mausoleo. El proyecto original inclu¨ªa 40 gigantescas estatuas de personajes c¨¦lebres, m¨¢s 100 estatuillas y 34 bustos de emperadores romanos. Tras 80 a?os de trabajos s¨®lo se lograron terminar 28 figuras. Maximiliano muri¨® mucho antes, en 1519, por lo que sus reales huesos fueron a parar a Viena. Y all¨ª siguen. Esperando a que alguien los traslade a su querida Innsbruck.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar- Innsbruck no tiene aeropuerto internacional. Lo mejor es volar hasta M¨²nich y tomar uno de los servicios de taxi compartido del aeropuerto, como Four Season Travel (00 43 512 58 41 57; www.airport-transfer.com); ida y vuelta hasta Innsbruck cuesta 69 euros.Dormir- Hotel The Penz (00 43 512 57 56 57). Adolf Pichler Platz, 3. Un cubo de cristal en el centro hist¨®rico a trav¨¦s de cuyas paredes se ve el escenario monta?oso que rodea la ciudad. La habitaci¨®n doble, desde 80 euros.- Hotel Europa Tyrol (00 43 512 59 31). S¨¹dtiroler Platz. Un cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos. Una venerable instituci¨®n local, construido en 1869 en pleno centro hist¨®rico. La habitaci¨®n doble, desde 90 euros.Informaci¨®n- Turismo de Austria en Espa?a(902 994 432; www.austria.info).- www.innsbruck.info.
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