Precariedad el¨¦ctrica
Durante los meses de verano, como en los periodos de fr¨ªo m¨¢s extremo, pende sobre el suministro de electricidad la amenaza de apagones. Las elevadas temperaturas de d¨ªas pasados aumentaron el consumo hasta alcanzar varios r¨¦cords consecutivos, y el operador del sistema, Red El¨¦ctrica, ha tenido que aplicar las cl¨¢usulas de interrumpibilidad a las empresas con este tipo de contratos para evitar apagones dom¨¦sticos.
Las causas de esta debilidad de la distribuci¨®n est¨¢n perfectamente diagnosticadas. Una de ellas es la pol¨ªtica de reducci¨®n sistem¨¢tica de inversiones destinadas a modernizar y ampliar las redes que transportan la electricidad desde los cables de alta tensi¨®n hasta los hogares y f¨¢bricas aplicada por las compa?¨ªas durante los ¨²ltimos a?os. Las empresas han preferido invertir en discutibles planes de diversificaci¨®n -muchos de ellos ruinosos- o en comprar plantas en otros pa¨ªses, en lugar de garantizar la calidad del suministro a los consumidores, precisamente los que proporcionan con la tarifa regulada el grueso de los ingresos, y por tanto de las ganancias.
Cuando se acumulan crecimientos importantes de demanda el¨¦ctrica, las redes anticuadas, las subestaciones o los transformadores, que a?os atr¨¢s eran suficientes, constituyen el punto d¨¦bil del suministro. Las compa?¨ªas argumentan que la composici¨®n de la tarifa ha estimulado las inversiones en generaci¨®n el¨¦ctrica antes que en distribuci¨®n. Si ¨¦sa fuera la causa, y para que ya no pueda arg¨¹irse en el futuro, cualquier cambio en la estructura tarifaria que ponga en marcha el Gobierno a partir del pr¨®ximo Libro Blanco deber¨ªa vincular de forma inapelable la percepci¨®n de los ingresos regulados a la garant¨ªa de la calidad del suministro. Resulta preocupante que un suministrador pueda esgrimir un d¨¦ficit de regulaci¨®n para justificar un deterioro en la calidad del servicio.
A esta distorsi¨®n inversora hay que a?adir este a?o un periodo de sequ¨ªa que ha reducido notablemente la capacidad de generaci¨®n hidroel¨¦ctrica. La producida por aerogeneradores no proporciona un flujo estable cuando se necesita y tambi¨¦n ha descendido circunstancialmente la electricidad de origen nuclear. De forma que el d¨¦ficit tiene que cubrirse con centrales que consumen gas. El c¨ªrculo de dificultades se cierra con la evidencia de que existen tensiones en el suministro de gas para producci¨®n el¨¦ctrica, derivadas de la falta de un mercado libre y eficiente, de problemas de transporte y de la rigidez de los contratos con los grandes productores, que no son muchos. En este contexto, el Ministerio de Industria tiene que proporcionar a empresas y consumidores las se?ales econ¨®micas necesarias para aumentar la generaci¨®n, resolver los problemas de suministro de combustible y alentar pol¨ªticas de ahorro. Todas estas trincheras est¨¢n abiertas por el momento, y el riesgo de apagones se mantiene.
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