La justicia investiga al ministro de Finanzas franc¨¦s

Thierry Breton es el noveno ministro de Econom¨ªa y Finanzas que tiene Francia en 10 a?os. Varios de sus predecesores han tenido que dimitir al estar implicados en sumarios abiertos, pero Breton tiene el dudoso privilegio de ser el primero cuyos despachos son registrados -el pasado lunes- por un juez instructor en relaci¨®n a su gesti¨®n en la empresa como administrador de la empresa qu¨ªmica Rhodia entre 1998 y 2002.

Rhodia fue creada por Rh?ne-Poulenc cuando este grupo decidi¨® centrarse en la farmacia. A Rhodia transfiri¨® sus plantas m¨¢s contaminantes, as¨ª como parte de la plantilla en v¨ªas de jubilaci¨®n, pero no el capital suficiente para hacer frente a esos gastos. Luego se embarc¨® en una pol¨ªtica de compras imprudente, con la adquisici¨®n en 2000 de la sociedad Albrigth & Wilson, especializada en fosfatos, y de ChiRex, del sector de los preparados farmac¨¦uticos. Breton dijo no haber estado directamente informado de las operaciones -era presidente del comit¨¦ auditor de Rhodia- y que "nada que hubiese podido chocar a mi ¨¦tica o deontolog¨ªa lleg¨® a mis o¨ªdos", entre otras cosas porque las adquisiciones las materializ¨® una estructura creada especialmente para el caso.

Pero las actas de los consejos de administraci¨®n parecen probar que Breton estaba al corriente de las sobrevaloraciones que acompa?aron las compras y, por consiguiente, que pod¨ªa prever la ca¨ªda de la acci¨®n Rhodia, que perdi¨® las nueves d¨¦cimas partes de su valor.

El caso Rhodia ha saltado a la palestra a ra¨ªz de las denuncias de dos accionistas: el conde Hu-ghes de Lesteyrie du Saillant y el financiero Edouard Stern. El segundo fue asesinado por su amante en Ginebra en febrero de 2005, en circunstancias confusas en las que se mezclan las pr¨¢cticas sadomasoquistas, el blanqueo de dinero y la compraventa de obras de arte. El primero reclama una indemnizaci¨®n de 40 millones de euros (¨¦l invirti¨® 50) al estimar que la informaci¨®n tendenciosa le indujo a aceptar riesgos que nunca habr¨ªa tomado de haber conocido la verdad.