De la banda de Atotxa al palco de Anoeta
Miguel Fuentes (40 a?os) era un extremo con futuro que acab¨® siendo un lateral con presente. Un jugador de club que acostumbraba a fallar lo impensable en el ¨¢rea a cambio de marcar lo inimaginable, pero que nunca escatim¨® un gramo de sudor en la camiseta. Lleg¨® como se fue, sin ruido, tras 14 temporadas en el primer equipo de la Real y de pronto aparece como posible presidente de la Real cuando nadie lo pensaba. Su contrincante, Miguel Santos, era su representante en los tiempos de futbolista. Ahora es su rival.
Fuentes encabeza la candidatura Denonerreala [La Real de todos] soportada por ex futbolistas del club, aunque los candidatos al Consejo provengan de las ¨¢reas de gesti¨®n correspondientes a las tareas que les corresponder¨¢ ejecutar.
Su contrincante, Miguel Santos, era su representante en los tiempos de futbolista
Fuentes ha contado con el apoyo de las vacas sagradas del club. Los ex presidentes Orbegozo, Alkiza y Uranga se han posicionado a su favor; Luis Miguel Arconada, el t¨®tem del realismo actual, tambi¨¦n se ha prestado a su campa?a, tras renunciar por en¨¦sima vez a encabezar candidatura alguna (fue solicitado, como siempre, por todos).
Fuentes, licenciado en Ciencias Empresariales y trabajador de una entidad financiera, anuncia que cobrar¨¢ un sueldo como presidente "ya que tendr¨¦ que dejar mi trabajo". Jugador gris pero eficaz, quiere trasladar la misma imagen a una Real convulsa. A su lado tendr¨¢ a Jes¨²s Mari Zamora, como responsable del ¨¢rea deportiva, con una decidida apuesta por la cantera, por convicci¨®n y por razones econ¨®micas. Acostumbrado a jugar en el filo estrecho de la banda, no se ha complicado la vida: pocas propuestas, ninguna descalificaci¨®n y mucha buena voluntad. Algunos le reprochan d¨®nde estaban los ex jugadores cuando el equipo iba mal, cuando unos y otros reclamaban una buena palabra que relajara el ambiente. Hoy se plantea una gesti¨®n austera y una apuesta a¨²n m¨¢s decidida por la cantera, a sabiendas de que la entidad necesita m¨¢s identidad y menos sobresaltos.
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