El desaf¨ªo de Madrid

El pr¨®ximo mi¨¦rcoles, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) inicia en Singapur su c¨®nclave n¨²mero 107 bajo la ¨¦gida de su sumo sacerdote, Jacques Rogge, un cirujano belga de 63 a?os estirado y elegante. Muy en l¨ªnea con su predecesor, Juan Antonio Samaranch, presidente del COI entre 1989 y 2001: un jefe de Estado sin Estado, un emperador global conocido en los medios de comunicaci¨®n anglosajones como "el papa Juan Antonio". Esa particular curia deportiva decidir¨¢ este 6 de julio qu¨¦ ciudad albergar¨¢ los Juegos Ol¨ªmpicos en 2012. No habr¨¢ fumata, pero el fallo ser¨¢ televisado a miles de millones de espectadores.

No ser¨¢ una elecci¨®n f¨¢cil. Los miembros del COI se enfrentan a la contienda m¨¢s encarnizada de los 111 a?os de movimiento ol¨ªmpico. Las cuatro metr¨®polis m¨¢s importantes del mundo -Nueva York, Mosc¨², Par¨ªs y Londres- quieren los Juegos. Junto a ellas, Madrid se bate por primera vez con los gal¨¢cticos. Aspiran a reinventar sus ciudades, atraer turismo e inversiones, y reactivar su liderazgo mundial. Y est¨¢n dispuestas a gastarse mucho dinero en el envite. Londres, 16.000 millones de d¨®lares s¨®lo en infraestructuras.

Ha sido una carrera de fondo. Los primeros pasos de la candidatura madrile?a se dieron hace m¨¢s de una d¨¦cada, en el verano de 1994. Ese a?o, el gobierno municipal encarg¨® un informe sobre la viabilidad de Madrid como anfitriona ol¨ªmpica. Dos a?os antes, los Juegos hab¨ªan transformado la mentalidad, fisonom¨ªa e infraestructuras de Barcelona. "Los Juegos es lo m¨¢s importante que le ha pasado a Barcelona en su historia", explica Juan Antonio Samaranch. "Es distinta: m¨¢s optimista, m¨¢s emprendedora, est¨¢ de moda. Y eso se refleja en el turismo y en los negocios".

Juan Manuel Fern¨¢ndez, arquitecto municipal y pieza clave en la candidatura de Madrid 2012, afirma que en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de 1997 ya se contemplaba el impacto de unos Juegos en la ciudad: "Pod¨ªan ser muy positivos para la integraci¨®n ciudadana en torno a un elemento com¨²n; una forma de unir a los habitantes en una ciudad hecha de aluvi¨®n. Pod¨ªan dar respuesta a cuestiones sociales. Posicionar a Madrid en el mundo, y proporcionarle una imagen de eficacia y apertura al exterior". El inter¨¦s del Ayuntamiento de Madrid por los Juegos se reafirmaba en 2000, durante una visita del entonces alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, a la sede del COI, el buc¨®lico palacio Vidy, en Lausana (Suiza). La reuni¨®n supuso un jarro de agua fr¨ªa. El presidente Samaranch puso en duda la calidad de las instalaciones deportivas de la capital y critic¨® su abulia en la organizaci¨®n de eventos deportivos. Si Madrid aspiraba a unos Juegos tendr¨ªa que trabajar duro.

Y lo hizo. Un a?o m¨¢s tarde se constitu¨ªa el primer organismo de gesti¨®n de la candidatura. Al frente, aupado por el propio Samaranch, Feliciano Mayoral, un ex jugador de voleibol que ha trabajado en la organizaci¨®n de los Juegos de Barcelona, Sidney y Atenas. Mayoral recuerda sus primeros pasos: "Me ped¨ªan encontrar una aguja en un pajar. Ten¨ªa que convencer de la viabilidad de los Juegos a los de dentro y a los de fuera; construir un proyecto s¨®lido. Y comenzar a pasar los ex¨¢menes del COI".

Es, sin embargo, tras la llegada de Alberto Ruiz-Gallard¨®n al Ayuntamiento de la capital, en mayo de 2003, cuando el proyecto ol¨ªmpico comienza a bullir. Madrid 2012 empieza a sonar en los medios de comunicaci¨®n europeos, que no pierden la oportunidad de ningunear el proyecto. Y el alcalde de Madrid se mueve a toda m¨¢quina. Pone en juego su prestigio. Y logra fraguar un s¨®lido consenso con todas las fuerzas pol¨ªticas. Consigue, por ejemplo, el apoyo de su rival en el seno del Partido Popular, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y el aval del Gobierno socialista de la naci¨®n, firmado por dos vicepresidentes y nueve ministros, que garantiza ante el COI la consecuci¨®n de los Juegos. "Hemos hecho pol¨ªtica con may¨²sculas", dice el alcalde a punto de partir hacia Singapur. P¨¢lido y con media docena de kilos menos bajo su chaqueta a medida, como en sus tiempos de opositor a la carrera fiscal, Ruiz-Gallard¨®n niega que haya ninguna ambici¨®n pol¨ªtica en su apuesta ol¨ªmpica: "Me he involucrado porque es bueno para Espa?a. No tenemos nada que perder y mucho que ganar. La candidatura no ha supuesto un gasto extraordinario ni hemos tenido que construir nada que no necesitemos. Es una apuesta de todos y una ocasi¨®n irrepetible para darnos a conocer en el mundo".

"Madrid ya es ol¨ªmpica y ahora la vamos a hacer universal", afirma Rodr¨ªguez Zapatero. El apoyo del presidente del Gobierno al proyecto de 2012 ha sido incondicional. ?l tambi¨¦n viajar¨¢ a Singapur. Y no como figura decorativa: est¨¢ empollado en olimpismo. Una conversaci¨®n con ¨¦l supone escuchar una perfecta disecci¨®n de las posibilidades de Madrid, el liderazgo de Par¨ªs y el sprint de Londres: "No hay que hacerse ilusiones, porque es dif¨ªcil, y es la primera vez que nos presentamos. Bueno? yo gan¨¦ a la primera; a ver si lo repetimos en Singapur".

Hace s¨®lo 14 meses, Madrid pasaba de ser una actriz de reparto en la contienda por los Juegos Ol¨ªmpicos a pisarle los talones a Par¨ªs. El 18 de mayo de 2004, el dossier de candidatura madrile?o se situaba a dos d¨¦cimas del de Par¨ªs. Y la gente se ech¨® a la calle. Las encuestas hablan de un 91% de apoyo popular. La diminuta Plataforma Contra Madrid 2012 es la ¨²nica oposici¨®n organizada que ha localizado en Madrid este periodista, pero su disidencia va m¨¢s contra el modelo de ciudad que se quiere crear en torno a los Juegos que contra los propios Juegos.

Ese 18 de mayo empez¨® la carrera de verdad. Quedaba convencer a los 116 miembros del COI. Hoy, el resultado es el m¨¢s incierto de la historia del movimiento ol¨ªmpico. ?Qui¨¦n va a ganar? "Nadie tiene una respuesta en este momento, nadie", asegura Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Jacques Rogge, presidente del COI, aseguraba en el diario parisiense Le Monde que la victoria se dilucidar¨¢ por media docena de votos. Antonio Lucio, director de medio ambiente de Madrid 2012, da su visi¨®n de la contienda: "Con nuestra humilde trainera nos hemos colado en la selecta regata Oxford-Cambridge. Y puede pasar cualquier cosa".

Madrid ofrece el mejor proyecto t¨¦cnico y el presupuesto m¨¢s ajustado de las cinco ciudades candidatas. El mayor apoyo popular y la experiencia de Barcelona 92 en la gesti¨®n y organizaci¨®n de unos Juegos. Y la tranquilidad para el COI de que el 83% de las instalaciones deportivas est¨¢ concluido o en curso. Si se consiguen, los Juegos de Madrid ser¨¢n ecol¨®gicos, libres de coches, hechos a la medida de los deportistas y no supondr¨¢n una hipoteca para el futuro de la ciudad. El alcalde habla de un beneficio de 6.000 millones de euros hasta 2016. Y de 300.000 puestos de trabajo, la mitad en Madrid. Adem¨¢s se vivir¨¢n en la calle. "Los Juegos de la alegr¨ªa", seg¨²n definici¨®n de Mayoral.

Todas las variables de la ecuaci¨®n han sido contempladas por la candidatura. Desde la sostenibilidad econ¨®mica y ambiental del proyecto hasta la organizaci¨®n de pruebas deportivas internacionales para irse bregando. Se han cuidado los m¨ªnimos detalles de imagen. Un carril bici rodear¨¢ la ciudad; el agua del canal de pirag¨¹ismo en aguas bravas ser¨¢ reciclada; la energ¨ªa que alimente los recintos ol¨ªmpicos, renovable; los autobuses, alimentados por hidr¨®geno; hasta las camisetas promocionales est¨¢n unidas al concepto de comercio justo. ?Pura propaganda? Para Juan Manuel Fern¨¢ndez: "De ninguna manera; lo que prometes, lo tiene que rubricar el alcalde. Es un contrato con el COI que hay que cumplir a rajatabla".

Todo est¨¢ previsto. Sin embargo, las matem¨¢ticas no son concluyentes en las deliberaciones del COI: el club privado m¨¢s poderoso del mundo, con s¨®lo 116 socios (70 menos que el Sacro Colegio Cardenalicio), procedentes de 80 pa¨ªses, y que ingresa con los Juegos de Verano m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares. Una extra?a mezcla de reyes, jeques, atletas y ex atletas; miembros de federaciones y de comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales. Sus decisiones, como las de la curia, son secretas. Individuales. Se supone que infalibles. E imprevisibles. No hay que fiarse de las apuestas. Para organizar los Juegos de 1988, la favorita era Nagoya y se los llev¨® Se¨²l; para 1996, la favorita era Atenas y se los llev¨® Atlanta; para 2000, la favorita era Pek¨ªn y se los llev¨® Sidney; para 2004, la favorita era Roma y se los llev¨® Atenas. Y en 2008, frente al carisma de Par¨ªs y el proyecto t¨¦cnico de Toronto, se los llev¨® Pek¨ªn. Para 2012, Par¨ªs es la favorita. Pero ?de qu¨¦ depende el voto de los miembros del COI?

Contesta Manuel Fonseca, director deportivo de los Juegos de Barcelona y hoy jefe de gabinete del secretario de Estado para el Deporte: "El COI es un club que no responde a cambios de Gobierno ni a consignas pol¨ªticas. Y tiene un producto, los Juegos Ol¨ªmpicos, que suponen el acontecimiento social m¨¢s importante del mundo, con una audiencia de 3.500 millones de espectadores y un gran prestigio comercial. Y todas las ciudades del mundo quieren su producto. Y los miembros del COI eligen la ciudad en la que su marca va a funcionar mejor".

-?C¨®mo se consigue el voto del COI?

-Primero hay que hacer una difusi¨®n del proyecto a nivel mundial. Ir creando un ambiente. Que los miembros del COI vean que los quieres de verdad. Y los vas a cuidar. Que no pretendes una simple promoci¨®n de tu ciudad. Quieren ver que la ciudad los desea. No ganas con la simple evaluaci¨®n t¨¦cnica. No es vinculante. Ganas con pasi¨®n.

Una fuente ol¨ªmpica que solicita el anonimato completa la descripci¨®n de Manuel Fonseca: "Para el COI, es la ciudad la que se beneficia de los Juegos y no los Juegos los que se benefician de la ciudad. El COI hace el favor y t¨² le tienes que conquistar. Y ¨¦se ha sido el error de Par¨ªs, su autosuficiencia: darle a entender al COI que ser¨ªa una suerte para el olimpismo que los Juegos se celebraran en Par¨ªs. Y no al rev¨¦s. Y ah¨ª, Espa?a es mucho humilde".

Yo te ayudo y t¨² me ayudas. Al final se trata de que la ciudad obtenga beneficios. Es b¨¢sico contar con un presupuesto moderado. Construir instalaciones deportivas que tengan una utilidad clara despu¨¦s de los Juegos. Invertir lo justo en infraestructuras. Los promotores de la candidatura de Madrid 2012 est¨¢n convencidos de que si los Juegos de 2012 se celebran en Espa?a, un pa¨ªs que hace s¨®lo 30 a?os era una dictadura en v¨ªas de desarrollo, esa decisi¨®n supondr¨¢ un soplo de esperanza para muchas capitales de ?frica y Latinoam¨¦rica que no cuentan con los presupuestos ni el potencial econ¨®mico y pol¨ªtico de Par¨ªs, Londres o Nueva York, pero que aspiran a organizar unos Juegos.

Algo que hoy es imposible para una ciudad con menos de tres millones de habitantes, que no cuente al menos con 40.000 plazas hoteleras y una s¨®lida estructura de seguridad, sanidad y transporte p¨²blico. Las proporciones que han alcanzado los Juegos durante el papado de Juan Antonio Samaranch, gracias al dinero de los derechos televisivos (las televisiones ya han pagado m¨¢s de 1.500 millones de d¨®lares por retransmitir los de 2012) y de los grandes patrocinadores comerciales del programa TOP (Coca-Cola, IBM, McDonald's, Samsung, Visa?, que aportan otros 1.300 millones), son impresionantes. "Y con ese tama?o, con 28 deportes, 11.000 atletas, 25.000 periodistas y una organizaci¨®n que cuesta no menos de 2.000 millones de euros, los Juegos pueden morir v¨ªctima de su propio ¨¦xito. No pueden seguir creciendo, o llegar¨¢ un d¨ªa en que ninguna ciudad se querr¨¢ hacer cargo de ellos. La oferta de Madrid es buena porque es sensata y puede servir de puente con el Tercer Mundo", recalca una fuente del movimiento ol¨ªmpico.

Juan Antonio Samaranch Salisachs, un financiero catal¨¢n de 45 a?os, pertenece al COI desde 2001, y es, junto a la infanta Pilar de Borb¨®n, el ¨²nico miembro espa?ol. El hijo del ex presidente del COI confiesa que en los ¨²ltimos meses su vida se ha visto transformada por una avalancha de cartas, llamadas y encuentros casuales con las candidaturas de Nueva York, Londres, Par¨ªs y Mosc¨², intentando orientar su voto. Siempre de forma discreta. Desde 1999, los miembros del COI tienen prohibido visitar las ciudades aspirantes y mantener encuentros programados con los ejecutivos de las candidaturas. El desencadenante fue el pago de comisiones a varios miembros del COI a cambio de su voto a favor de Salt Lake City (EE UU) para organizar los Juegos de Invierno de 2002. Cuatro dimitieron; el resto fueron expulsados. Samaranch qued¨® tocado. Su hijo rebate: "La corrupci¨®n en el seno del COI era m¨ªnima y a muy peque?a escala". Los conocedores del movimiento ol¨ªmpico tienen otra versi¨®n: los fastuosos viajes de los miembros del COI acompa?ados por sus familias para examinar las ciudades candidatas. Una pr¨¢ctica que pertenece al pasado.

Hoy, el examen t¨¦cnico corre a cargo de una comisi¨®n de evaluaci¨®n, y cualquier movimiento de los miembros del COI se mira con lupa. Las normas no dicen nada de esos encuentros casuales que provocan los miembros de las candidaturas en los pasillos de un hotel de cualquier lugar del mundo, o su asistencia a los actos pol¨ªtico-deportivos que organiza el COI. Un buen momento para saludar a sus miembros y ganarse voluntades. A lo largo de este a?o, la candidatura espa?ola de Madrid 2012, con el alcalde al frente, se ha reunido en Berl¨ªn y Dubrovnik con los miembros europeos del COI; en Qatar, con los asi¨¢ticos; en Brisbane (Australia), con los de Ocean¨ªa; en Accra (Ghana), con los africanos, y en Almer¨ªa, con los mediterr¨¢neos. "Actos a los que hay que ir para que te vean", explica el alcalde de Madrid. "Hay que estar: aunque no ganes votos, evitas perderlos. Y los otros candidatos tambi¨¦n van a estar".

Juan Antonio Samaranch, hijo, enfrascado en la organizaci¨®n de los Juegos de Invierno de Tur¨ªn 2006, explica: "Una vez que los miembros del COI vemos que el proyecto se puede llevar a cabo, valoramos qu¨¦ ciudad candidata puede beneficiar m¨¢s al movimiento ol¨ªmpico, como Mosc¨² en 1980 o Barcelona en 1992. Y a eso le sumas el factor emocional: por ejemplo, reparar el da?o moral de un atentado como el 11-S en Nueva York o el 11-M en Madrid. Y a eso le sumas tus relaciones personales, tu afinidad con esas ciudades y con su gente, si te sientes c¨®modo en ellas, si has vivido all¨ª. Y a eso le a?ades si han realizado buenos campeonatos del deporte que t¨² procedes. Te formas una opini¨®n. Y votas".

-?Va a ganar Par¨ªs?

-Par¨ªs no es la favorita. Tiene perseverancia y proyecto, y es capaz de llevarlo a cabo, pero no m¨¢s que las otras ciudades. Y desde luego no m¨¢s que Madrid. Es dif¨ªcil que ganemos, pero es igual de dif¨ªcil para Par¨ªs o Londres.

M¨¢s all¨¢ de la sutil diplomacia ol¨ªmpica, a 35 metros sobre el nivel del suelo, en lo m¨¢s alto de las gradas del Estadio de Madrid, se comienza a comprender la magnitud de la apuesta de 2012. Estamos en la cima de la Peineta, la columna vertebral del proyecto ol¨ªmpico. Tras su remodelaci¨®n, este complejo se convertir¨¢ en un moderno polideportivo con capacidad para 75.000 espectadores. A su izquierda, entre nubes de polvo, el gigantesco cr¨¢ter que albergar¨¢ las cajas de cristal del centro acu¨¢tico; justo enfrente, los terrenos cubiertos de maleza donde se alzar¨¢ la villa ol¨ªmpica, desde la que 7.000 atletas podr¨¢n acceder a pie a las instalaciones deportivas. M¨¢s all¨¢, a escasos cinco minutos en coche, la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, y si se gira la vista unos grados en direcci¨®n norte, los pabellones del Recinto Ferial, en los que se disputar¨¢n ocho disciplinas deportivas y donde quedar¨¢n instalados los centros de prensa y de televisi¨®n. Y a los pies del estadio, un enorme gusano de hormig¨®n anuncia la inminente llegada del metro al coraz¨®n del complejo. I?aki Urdangar¨ªn, vicepresidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol, analiza las instalaciones: "Todo est¨¢ pensado para los atletas; yo he sido ol¨ªmpico en tres ocasiones y nunca he visto un dise?o que resulte m¨¢s c¨®modo para los que van a competir. Ir andando es una maravilla. Te ahorra tiempo y estr¨¦s. Es un buen proyecto y vale la pena que luchemos hasta el ¨²ltimo minuto".

La jornada amanece sedienta y calurosa en el futuro anillo ol¨ªmpico. Faltan d¨ªas para que el Comit¨¦ decida la ciudad que organizar¨¢ los Juegos de 2012, desde el centro de convenciones Raffles City de Singapur. La delegaci¨®n espa?ola estar¨¢ presidida por la Reina, que dir¨¢ unas palabras. Tras ella, Rodr¨ªguez Zapatero y Ruiz-Gallard¨®n. Sus intervenciones y los audiovisuales que las complementar¨¢n se guardan en el m¨¢ximo secreto. El presidente del Gobierno filtra que hablar¨¢ "de la Espa?a moderna que acoger¨¢ los Juegos". Es el ¨²ltimo esfuerzo del que habla Urdangar¨ªn. Hay que convencer a los miembros indecisos del COI.

Madrid 2012 sabe c¨®mo ara?ar esos ¨²ltimos votos indecisos. Y lo sabe gracias a los buenos oficios del viejo Samaranch, de 84 a?os. Su papel es dif¨ªcil de concretar. Pero Ruiz-Gallard¨®n afirma: "Sin ¨¦l no estar¨ªamos en condiciones de ganar". Samaranch est¨¢ usando su dominio de la sutil diplomacia ol¨ªmpica para atraer el voto del COI hacia Madrid. Hace un mes, un ejecutivo ol¨ªmpico comentaba a este periodista que el ex presidente hab¨ªa hablado con 65 miembros del COI. Y continuaba adelante. Les conoce por su nombre. ?l los nombr¨®. "Aunque el favor que se paga es el ¨²ltimo, y muchos miembros del COI se lo deben ahora a Rogge, el actual presidente", explica un miembro del movimiento ol¨ªmpico. "Samaranch tiene a¨²n mucha influencia, pero hay que ver si eso se refleja en votos. Como habr¨¢ que ver si el COI vota en Singapur por bloques (los latinoamericanos, los del antiguo bloque sovi¨¦tico, los africanos, los asi¨¢ticos) o de forma individual".

En la l¨ªnea de diplomacia bizantina heredada, el hijo de Samaranch describe el trabajo de su padre como "una fuente impresionante de informaci¨®n y consejo para Madrid 2012. Conoce los resortes, los procedimientos y las estructuras del COI. Sabe c¨®mo se hacen unos Juegos Ol¨ªmpicos y nos ha dirigido". ?Y c¨®mo define el propio Juan Antonio Samaranch su papel?

Samaranch va vestido de Samaranch: traje y corbatas azulados, camisa blanca, zapatos tan lustrados que en ellos se reflejan los aros ol¨ªmpicos que luce en el ojal. Mientras pasea por el parque del Retiro, quita importancia a sus gestiones: "Yo ya estoy jubilado y no mando nada. Pero me siento m¨¢s libre para echar una mano que con Barcelona. Entonces, yo era el presidente y fui neutral. Ahora soy libre; he hablado con mucha gente y les he explicado la verdad de Madrid. Y hay esperanzas".

?Tiene el alcalde un 'plan B' en caso de derrota? Alberto Ruiz-Gallard¨®n confiesa que no. "Hemos estado tan ocupados que no hemos tenido tiempo". El resto de los miembros de la candidatura quita dramatismo a esa posibilidad y esgrime el enorme legado que supone para Madrid haber llegado a la final. Los t¨¦cnicos hablan del respeto medioambiental que ha impregnado todo el proyecto, y que se extender¨¢ al futuro concepto de ciudad; de las instalaciones deportivas que ya est¨¢n en marcha; de la creaci¨®n de miles de plazas de hotel; de la experiencia en la organizaci¨®n de mundiales deportivos; de la sensibilizaci¨®n ciudadana con m¨¢s de 60.000 voluntarios. "Ha valido la pena", recalca Ruiz-Gallard¨®n.

"Y se supone que esto es deporte. Es juego limpio. Ilusi¨®n. Tambi¨¦n es marketing, pero lo deportivo tiene que estar siempre por encima", sentencia Juan Antonio Corbal¨¢n, ex jugador de baloncesto y medallista ol¨ªmpico en Los ?ngeles. "Y en deporte se gana o se pierde. Y si no los conseguimos ahora, los conseguiremos m¨¢s tarde. Siempre me viene a la cabeza la imagen de dos corredores de fondo de los a?os cincuenta: Emil Zatopek y Alain Mimoun. Mimoun iba por delante toda la carrera, las tres horas de un marat¨®n, pero Zatopek ten¨ªa un final mort¨ªfero. Y cuando quedaban pocos metros para la meta, Mimoun, que hab¨ªa ido en cabeza toda la carrera, comenzaba a escuchar a su espalda el ruido de las zapatillas de Zatopek cada vez m¨¢s cerca: le iba alcanzando. Y siempre le superaba. Y esa escena se repiti¨® durante una d¨¦cada. Pero Mimoun no desfallec¨ªa. Y en los Juegos de Melbourne de 1956 gan¨® a Zatopek. Lo hab¨ªa conseguido. Eso es el olimpismo".