El reto neoliberal de Europa
Llevo 20 a?os argumentando que las altas tasas de desempleo de Europa occidental son insostenibles. En la d¨¦cada de 1970, los monetaristas aseguraban que s¨®lo un modesto aumento del desempleo podr¨ªa controlar la inflaci¨®n en el Occidente industrial. En Reino Unido y EE UU esa apuesta monetarista dio buenos resultados. En Europa occidental, no. En los ¨²ltimos 25 a?os, el desempleo en Europa ha ido creciendo a medida que se endurec¨ªa la pol¨ªtica monetaria y aumentaban los tipos de inter¨¦s para luchar contra la inflaci¨®n. Despu¨¦s de que ¨¦sta sucumbiera, el desempleo no cay¨® y se mantuvo suficientemente elevado como para convertir el paro de larga duraci¨®n en una experiencia definitoria para muchos.
Europa necesita una pol¨ªtica monetaria que considere m¨¢s importante el crecimiento del empleo en el norte de Europa que la estabilidad de precios
Los bancos centrales temen que si relajan la pol¨ªtica monetaria no se producir¨¢n las reformas estructurales necesarias para liberar la oferta agregada, y que el resultado ser¨¢ una vuelta a la inflaci¨®n de la d¨¦cada de 1970. Los pol¨ªticos de Europa occidental temen lo contrario. Les preocupa que incluso adoptando dolorosas reformas estructurales, los bancos centrales seguir¨¢n insistiendo en restringir el dinero. Desde hace 20 a?os, las pol¨ªticas de Europa occidental se mantienen estables a pesar de que una gran proporci¨®n de ciudadanos ha quedado excluida de una participaci¨®n significativa en gran parte de la vida econ¨®mica. La econom¨ªa de estos pa¨ªses ha seguido creciendo a pesar de soportar la pesada carga de mantener al menos el 10% de la poblaci¨®n activa en paro.
Los franceses han rechazado la Constituci¨®n de la Uni¨®n Europea principalmente porque temen que una mayor integraci¨®n europea traiga consigo los enormes costes y turbaciones del neoliberalismo. Una cosa es respaldar el proyecto europeo cuando la idea es vincular firmemente a Alemania y Francia, y otra respaldarlo cuando el proyecto europeo significa que los trabajadores franceses se enfrentan a la competencia de los fontaneros polacos, los agricultores rumanos y los tenderos turcos. En Alemania, el electorado parece decidido a expulsar al canciller Gerhard Schr?der por el descontento que ha causado su tibia lealtad al proyecto neoliberal. El problema es que el electorado tendr¨¢ entonces cuatro a?os de gobierno de una canciller, Angela Merkel, cuya adhesi¨®n al proyecto neoliberal es casi tan firme como la m¨ªa. Alemania estar¨¢ mejor despu¨¦s de una d¨¦cada gobernada con pol¨ªticas m¨¢s neoliberales. Pero eso no parece ser lo que los alemanes quieren.
Unido a todo esto est¨¢ el descontento en el norte de Europa con el Banco Central Europeo (BCE) y el euro. No es que el acabar con la Uni¨®n Monetaria Europea (UME) est¨¦ en el programa, sino sencillamente que la poblaci¨®n ha empezado a pensar en posibles futuros poco probables en los que se pudiera incluir en el programa el fin de dicha UME. Todos quieren que la Europa unida de hoy desarrolle los grandes logros alcanzados desde el final de la II Guerra Mundial, y no que generaciones de desempleo elevado los pongan en peligro. Esto exigir¨¢ un cambio de actitud en el BCE. Europa necesita una pol¨ªtica monetaria que considere m¨¢s importante la ayuda al crecimiento del empleo en el norte de Europa que la estabilidad de precios continental.
J. Bradford DeLong es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad de California en Berkeley y fue subsecretario del Tesoro durante la presidencia de Clinton.
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