Los directivos tambi¨¦n tienen miedo
Un curso de la ESCI-UPF proporciona herramientas de comunicaci¨®n para superar el temor al fracaso
En una sociedad que exige hasta l¨ªmites extenuantes, ?qui¨¦n no tiene miedo al fracaso? Hay que dar, dar y dar. Ser, ser y ser. Por muchas licenciaturas y master que tenga el mejor de los curr¨ªcula, los profesionales son personas. Y tienen miedo. Con una diferencia: mientras que los hombres se ven empujados a modelos de conducta competitivos y agresivos, ellas temen la idea de ser rechazadas o cuestionadas les convierte en sumisas.
Los seminarios se imparten en peque?os grupos para que el seguimiento pueda ser personalizado
?sta es la base de los cursos de habilidades de comunicaci¨®n para profesionales que imparte la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra (ESCI-UPF) de Barcelona. Un programa dirigido por la profesora de comunicaci¨®n Carme Garc¨ªa Ribas, que ha bautizado las situaciones descritas con dos nombres que son tan realistas como cercanos al imaginario popular: el s¨ªndrome Manolo y el s¨ªndrome Mari Pili.
"El Manolo es agresivo, sofoca la creatividad, falta al respeto, no escucha, es prepotente, no se implica y no apoya a su equipo. La Mari Pili, en cambio, tiene miedo a no ser aceptada, se calla o se queja, se siente culpable e incluso rechaza palabras como ambici¨®n, poder o ¨¦xito, hasta el punto de intentar no destacar y ser mediocre". Con esta cascada de situaciones dibuja Garc¨ªa Ribas lo que ocurre entre las paredes de los despachos. "El coste personal, tanto en salud f¨ªsica como ps¨ªquica, es brutal, y adem¨¢s se traduce de forma espectacular en el rendimiento de las organizaciones", asegura la experta en formaci¨®n de directivos.
Los cursos son una invitaci¨®n a coger el toro por los cuernos. Lo primero, reconocer los miedos. Y a partir de ah¨ª, "aprender a gestionarlos" con herramientas de comunicaci¨®n. Como es l¨®gico, los cursos se imparten por separado, porque, explica Garc¨ªa Ribas, "al ser distintos los miedos, los dos grupos deben aprender a gestionarlos de forma distinta".
El objetivo, contin¨²a la profesora, es "ser estrat¨¦gico". En el caso de los Manolos, la estrategia pasa por "saludar y sonre¨ªr, escuchar, rodearse de los mejores, saber delegar o ser respetuoso con las mujeres". Actitudes igual de l¨®gicas son las que implican el salto de las Mari Pilis a la estrategia: "Respirar, porque el cuerpo reacciona ante el miedo conteniendo la respiraci¨®n, ser capaz de expresar las situaciones y puntos de vista en palabras, no pensar que la mediocridad es confortable, o ser consciente del poder, la ambici¨®n o el ¨¦xito profesionales".
Los seminarios se imparten en peque?os grupos, para que el seguimiento pueda ser personalizado, y se desarrollan en forma de taller. Se analizan los c¨®digos de conducta de las empresas "obsoletos", a juicio de Garc¨ªa Ribas, y se trabajan "las claves de la comunicaci¨®n oral para adquirir los recursos necesarios, desde la respiraci¨®n a la voz hasta la postura del cuerpo o la estructura narrativa, para conseguir eficacia comunicativa en situaciones como una conversaci¨®n, presentaciones, discursos, conferencias, y adaptando siempre el registro a la audiencia". "El objetivo final", concluye, "no es crear un modelo alternativo de profesionales, hombres y mujeres, sino conocerse y dar la libertad y seguridad para que cada uno encuentre su identidad".
Los 'top-ten' del sabotaje
Directivas que comienzan una presentaci¨®n con un "no s¨¦ si me explicar¨¦". Directivos que, lejos de dar confianza, empujan a sus equipos a tal competitividad que se los cargan. Son dos de los top ten de los s¨ªndromes Manolo y Mari Pili. Lo saben bien Laura Morata, project director de la firma de moda Madre M¨ªa del Amor Hermoso, y Francisco de Andr¨¦s, socio-director de Aditio Consultores. Ex alumnos de los cursos de la ESCI-UPF, celebran la mejora en sus carreras que ha supuesto "reconocer los miedos propios y trabajar sobre ellos". "Una expresi¨®n negativa de un jefe o un compa?ero nos puede producir tal grado de angustia que para evitarla somos capaces de cualquier cosa, comenzando por callar, y de ah¨ª a la sumisi¨®n hay s¨®lo un paso", explica Morata, quien a los cinco meses de hacer el curso dej¨® su puesto y mont¨® su empresa. A Francisco de Andr¨¦s le llam¨® la atenci¨®n que "reconocer signos de debilidad no tiene por qu¨¦ ser un valor negativo", y valor¨® sobre todo "las herramientas de gesti¨®n de equipos".
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