Los errores territoriales
Dos cosas pueden cuestion¨¢rsele a la comisi¨®n parlamentaria que ha analizado el hundimiento en el Carmel y la obra p¨²blica en Catalu?a. Una es la limitaci¨®n impuesta al alcance de las irregularidades y las alteraciones procesales pasadas, y la otra la incapacidad de proponer claramente los procedimientos que seguir en el futuro proceso de planificaci¨®n del territorio. Si entre todos no sabemos rectificar esta situaci¨®n, les consecuencias pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales derivadas del descr¨¦dito de la pol¨ªtica se arrastrar¨¢n durante a?os en forma de absentismo electoral y, lo que es peor, de desvinculaci¨®n y disgregaci¨®n sociales. Tenemos suficientes indicios, ya, de por donde pueden ir las cosas.
Salvo que admitamos que cualquiera puede interpretar las palabras como mejor le convenga al margen de convenios ling¨¹¨ªsticos y diccionarios, el concepto corrupci¨®n se refiere expl¨ªcitamente a la acci¨®n de alterar la esencia de un procedimiento. Por tanto, corrupci¨®n no se refiere s¨®lo al hecho de cobrar comisiones, como se nos ha querido hacer creer, sino que tambi¨¦n se refiere a alterar la correcci¨®n de los procesos de planificaci¨®n. ?La confusi¨®n abocada sobre esta palabra ha sido tal, que parece que en el accidente del Carmel hasta se haya corrompido su significaci¨®n!
Quiz¨¢ no pod¨ªamos exigir que dicha comisi¨®n hubiera sido capaz de resolver la carga emocional negativa -tab¨²- de esta palabra (?es un efecto de tener la cua de palla?), pero, en cambio, s¨ª pod¨ªamos exigirle que, salvando les barreras terminol¨®gicas, hubiera sabido extender el alcance de su cometido a estas grav¨ªsimas y constatables deficiencias en los procedimientos internos de la Generalitat. ?Y lo decimos porque la comisi¨®n ten¨ªa documentos de todo esto!
Hace poco m¨¢s de un a?o, en febrero de 2004, el Gobierno de la Generalitat abr¨ªa un periodo de reflexi¨®n sobre una cuesti¨®n de gran impacto social y medi¨¢tico, el eje Vic-Olot por Bracons. D¨ªas despu¨¦s, el 20 de febrero, se present¨® formalmente a la Generalitat una propuesta alternativa que desplazaba el eje cinco kil¨®metros al sur, evitando el valle del rio Forn¨¦s, Joanetes, la Vall d'en Bas y el paso del Fluvi¨¤, con sus zonas inundables. La propuesta disminu¨ªa dr¨¢sticamente los impactos territoriales, comportaba unos costes constructivos mucho m¨¢s bajos y habr¨ªa incluido otras realizaciones necesarias, como la mejora de las carreteras de Manlleu y Roda de Ter. Esta alternativa iba por Cabrera, Collsacabra, Uria y Marboleny y proced¨ªa de un peque?o equipo con sobrados conocimientos metodol¨®gicos y territoriales, pero sin conexiones pol¨ªticas ni empresariales.
El 16 de marzo el Gobierno decidi¨® continuar el eje salvo peque?os retoques secundarios, ignorando la anterior propuesta. Tal como ¨¦sta advert¨ªa, enseguida tuvieron que a?adirse costos no previstos inicialmente. Y el pasado mes de abril se detuvo provisionalmente la decisi¨®n sobre como acabar el eje en la Garrotxa porque no se le encuentra una soluci¨®n satisfactoria... Y ahora se est¨¢ planteando, precisamente, aproximar el enlace del eje al punto que preve¨ªa la alternativa de Cabrera-Marboleny.
Un hecho an¨¢logo se produjo con ocasi¨®n del concurso del emblem¨¢tico Eje ferroviario transversal. La propuesta de un amplio equipo interdisciplinario fue desestimada en unas circunstancias que no hacen al caso, pero resulta que, ahora, el Departamento de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas (DPTiOP) est¨¢ revisando su trayecto inicial y se plantea la adopci¨®n de criterios y soluciones contenidos en la oferta desestimada.
As¨ª, es posible que el eje ferroviario se desv¨ªe hacia Girona, opci¨®n defendida por el equipo que perdi¨® el concurso, con el detalle nada insignificante de que el esquema ferroviario que propon¨ªa resolv¨ªa mejor las comunicaciones f¨¦rreas de Olot, pero tambi¨¦n las de Girona, las de su aeropuerto y la conexi¨®n con el Mediterr¨¢neo (Palam¨®s) para permitir las necesarias intermodalidades.
Meses despu¨¦s, el esc¨¢ndalo del Carmel y la manera como se enfoc¨® en el Parlament sacud¨ªan la credibilidad de los pol¨ªticos en general y de los t¨¦cnicos del DPTiOP y de GISA en particular. En el Carmel, la cola de maniobras se hizo en el peor lugar posible... Recordemos tambi¨¦n que en la finalizaci¨®n del eje Vic-Olot por Bracons, en agosto de 2003 GISA estudi¨® m¨¢s de 10 alternativas, ninguna de las cuales ha resultado conveniente. La m¨¢s razonable no estaba estudiada: la de Marboleny evitando el Fluvi¨¤.
De todo ello se deduce que en Catalu?a hay demasiados d¨¦ficit y disfunciones en la planificaci¨®n de las infraestructuras, que es lo mismo que decir en el ordenamiento mismo del pa¨ªs. El caso del Carmel pone de relieve que la manera de trabajar no falla en un punto, sino que falla toda ella en su conjunto, que el territorio debe percibirse en su globalidad de sistema con todos sus elementos e interrelaciones-, y que ya no es suficiente con los t¨¦cnicos habituales de la Generalitat para crear o evaluar los grandes proyectos territoriales, sino que se necesita, en cada caso concreto, la creaci¨®n de equipos espec¨ªficos de expertos bien conducidos que apliquen las preceptivas metodolog¨ªas de trabajo europeas.
Este Gobierno -como el anterior- concibe los proyectos como simples instrumentos inmediatos y finalistas de apriorismos sin justificar el contexto. Esto es, sin planificaci¨®n ni visi¨®n estructural. En el campo de las infraestructuras, este desierto es m¨¢ximo y agravado por la complejidad de la relaci¨®n entre las infraestructuras y el territorio. Hay que huir de la c¨®moda improvisaci¨®n, planificando, que es lo que otorga autoridad y permite el control y la participaci¨®n.
Tal como dijimos en la edici¨®n del 13 de junio sobre el nuevo problema de Bescan¨®, necesitamos un cambio de comportamientos porque la causa ¨²ltima de todos los problemas que hoy sufre el territorio provienen de las din¨¢micas no interdisciplinarias, no integradoras, sin planificaci¨®n a largo plazo, sin soluciones polivalentes, sin transparencia y sin participaci¨®n.
Carles Udina es consultor en planificaci¨®n territorial. Firman tambi¨¦n el art¨ªculo: Jaume Bonaventura, Joan Camps, Xavier Font, Manel Larrosa, Josep Enric Llebot, Josep Nuet, Josep Maria Panareda, Francesc S¨¤bat, Pere Santanac, Ramon Secanell, Ole Thorson, Ramon Tremosa, Sara Udina y Josep Ventura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.