La 'lavadora' de Armstrong

Oficialmente, la persona del mundo ciclista que m¨¢s entiende de m¨¦todos de detecci¨®n del dopaje es el suizo Mario Zorzoli, el especialista en la materia de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI). Pero tal afirmaci¨®n admite reparos. Para muchos, quien m¨¢s sabe del asunto, y con diferencia, es el mejor ciclista del mundo, Lance Armstrong. Y por una sencilla raz¨®n: es el corredor, quiz¨¢s el deportista, que a m¨¢s controles se somete a lo largo del a?o. El ¨²ltimo, el viernes pasado, v¨ªspera del inicio del Tour, ordenado por la Agencia Francesa Antidopaje (AFA).

"No ha habido mes este a?o en que alg¨²n inspector antidopaje no se haya pasado por su casa de Girona", dicen en el Discovery Channel, su equipo. "Un d¨ªa son los de la UCI, otro los de la AMA... Pero Armstrong lo acepta con absoluta normalidad, como una parte m¨¢s de las tareas de todo n¨²mero uno".

As¨ª que los que digan lo contrario, que se callen. Dijeron lo contrario el s¨¢bado muchas personas, cuando, seg¨²n el diario L'?quipe, corri¨® el rumor de que el norteamericano hab¨ªa pasado un nuevo control y que el resultado hab¨ªa sido positivo. Tambi¨¦n dijeron que, muy enfadado, Armstrong hab¨ªa enviado a los inspectores a donde amargan los pepinos. "Todo mentira", siguen diciendo en su equipo. "Todo. Primero: el s¨¢bado no pas¨® un nuevo control. Segundo: el viernes los inspectores llegaron justo despu¨¦s de que Lance regresara de entrenarse, despu¨¦s de que su Sheryl Crow le cortara el pelo y cuando estaba d¨¢ndose una ducha. Llegaron y les ofrecimos un caf¨¦ explic¨¢ndoles que como se estaba duchando quiz¨¢s tardar¨ªa un poco en tener ganas de orinar. Se tomaron el caf¨¦ en la caravana, en el jard¨ªn del hotel, donde tambi¨¦n estaba puesta la mesa para que comiera Lance. Se duch¨®, orin¨®, le tomaron un par de frascos de sangre y se fueron. Eso fue todo".

Pero el gran n¨²mero de controles a que se somete no es la ¨²nica raz¨®n por la que Armstrong puede ser considerado un entendido de los m¨¦todos de detecci¨®n del doping. El norteamericano tambi¨¦n se suma a la causa colaborando econ¨®micamente con la UCI, seg¨²n revel¨® recientemente Hein Verbruggen, el m¨¢ximo mandatario del ciclismo mundial. "Armstrong nos ha dado dinero para comparar una m¨¢quina Sysmex", dijo Verbruggen. La Sysmex, conocida en el argot del pelot¨®n como la lavadora es la Rolls Royce de los laboratorios, vale unos 500.000 euros y es el objeto de deseo de todos los equipos del pelot¨®n.

"La Sysmex puede analizar 50 muestras de sangre a la hora", explica F¨¦lix G¨®mez Gallego, investigador del laboratorio de Biomedicina de la Universidad Europea de Madrid. "Utiliza la tecnolog¨ªa de citometr¨ªa de flujo y en poco m¨¢s de un minuto mide 14 valores hem¨¢ticos, entre ellos el hematocrito, la hemoglobina y los reticulocitos". Este triduo es la piedra angular de la ecuaci¨®n australiana, el m¨¦todo de filtrado que utiliza UCI para quedarse con los ciclistas sospechosos de doparse con EPO. Con esa ecuaci¨®n se tiene la certidumbre de que un deportista usa EPO, pero no la prueba, que s¨®lo llega con un an¨¢lisis de orina caro y lento. Por eso, con los datos de la Sysmex en la mano, Zorzoli pudo afirmar recientemente que en este Tour hay un 10% de sospechosos de doparse con EPO. Pero ning¨²n positivo.

Hace unas semanas, el Liberty Seguros despidi¨® al m¨¦dico, Alberto Garai, como consecuencia del hematocrito elevado de Isidro Nozal y Nuno Ribeiro. "Sus an¨¢lisis daban una cifra y los de la UCI otros", se justificaron en el equipo. "As¨ª que el que se equivocaba era ¨¦l". O su m¨¢quina. Quiz¨¢s si el Liberty hubiera hecho como el Phonak, comprarse una Sysmex, Garai a¨²n tendr¨ªa trabajo. En el Phonak, con la Sysmex analizan sistem¨¢ticamente cada dos semanas a todos sus corredores. Cuando sus valores est¨¢n por encima de la norma, les decretan un descanso obligatorio, como hicieron recientemente con Santos Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Enrique Guti¨¦rrez. La sanci¨®n privada, de la que no dan noticia oficial, sustituye, as¨ª, a la p¨²blica. Y al escarnio que lleva aparejada.