Alberto Lattuada, director de cine
Alberto Lattuada (noviembre 1914-julio 2005) fue uno de los grandes directores italianos del cine de posguerra -en l¨ªnea o al lado de Vittorio de Sica, Dino Risi, Mauro Bolognini o Mario Monicelli-, que no alcanz¨® la fama de sus contempor¨¢neos. Fund¨® la Cinemateca Italiana junto con Marco Ferreri y Luigi Comencini, pero su nombre se suele olvidar.
Fue un incorruptible luchador contra la censura, que no toleraba sus licencias sexuales ni su mordacidad, pero fueron otros quienes se llevaron la gloria de haberla vencido.
Codirigi¨® con Federico Fellini la primera pel¨ªcula de ¨¦ste, Luces de variedades, pero pocos le recuerdan por ello...
Quiz¨¢s tanto olvido se deba a que Alberto Lattuada deambul¨® entre varios g¨¦neros -aunque no tanto como De Sica-, sin determinar un estilo pro-pio.
En su haber, sin embargo, tiene muy buenas pel¨ªculas. Una de las grandes fue Il bandito (1946), con un genial Alberto Sordi, un ex combatiente que regresa a casa y descubre que los cambios habidos durante la guerra le obligan, como a todos, a convertirse en un delincuente.
El melodrama religioso Ana (1953), con una provocadora Silvana Mangano bailando aquel famoso bay¨®n, proporcion¨® a Lattuada un gran ¨¦xito popular, menor, sin duda, que su ambiciosa versi¨®n de La tempestad (1958), seg¨²n la obra de Pushkin, o que su acercamiento al falso documental en su brillante episodio de Amore in citt¨¤ (1953).
Lattuada se inici¨® en el neorralismo (Sin piedad, 1947, con gui¨®n de Federico Fellini), para navegar posteriormente por la llamada comedia italiana (El alcalde, el escribano y su abrigo, 1951, sobre texto de Gogol y gui¨®n de Zavattini); las adaptaciones literarias (La mandr¨¢gora, 1965, sobre la obra de Maquiavelo); el g¨¦nero de esp¨ªas serie B (Fraulein Doctor, 1969, alegato contra la guerra); el cine de denuncia (El poder de la Mafia, 1962, de nuevo con Sordi), y la comedia social (He sido yo, 1973, cr¨®nica de un pobre hombre que se confiesa autor de delitos que no ha cometido)...
Entre la mayor parte de sus cuarenta pel¨ªculas como director, con un sobrio estilo caligr¨¢fico o con el m¨¢s popular del sainete, -incluida la comedia er¨®tica-, puede identificarse la obra de quien hac¨ªa lo posible por denunciar con buen humor las calamidades de este mundo.
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