El impacto
El proyectil enviado desde Estados Unidos contra el pobre cometa Temple 1 es un milagro: dar en un punto exacto de un cuerpo m¨®vil a 140 millones de kil¨®metros de la Tierra es sorprendente. Servir¨¢ para estudiar los or¨ªgenes del sistema solar, dicen. Lo preocupante es que puede servir para crear el fin del sistema solar. M¨¢s modestamente, indica que una bomba nuclear puede caer en el punto exacto de la simple Tierra en el instante en que se desee; toda ciencia es militar. Se ve que la preocupaci¨®n por la peque?a bomba coreana que a¨²n no es nada, o por el reactor de los iran¨ªes, es puramente acad¨¦mica: cualquiera de esos pa¨ªses puede desaparecer cuando convenga. El escozor moral que produce esta idea es producto de la arcaica conciencia que a¨²n nos queda para nuestro uso personal.
Recuerdo la historieta que contaba Casona en La barca sin pescador, que reduzco: uno (no todos) no mata a nadie por un mill¨®n de euros, pero si le dicen que se lo dan sin m¨¢s que oprimir un bot¨®n para que mueran cien mil chinos... Vieja moral. Casona, con todos sus l¨ªmites, era un republicano, y ten¨ªa esa conciencia laica que fue el adorno de millones de europeos en los dos siglos anteriores. Hab¨ªa verdaderos santones. A muchos los fusilaron aqu¨ª mismo, en este Madrid que hoy est¨¢ achicharrado, como en aquel otro julio, en las tapias del cementerio del Este. No se les puede negar a los asesinos mandados que tuvieran caridad al facilitar la cercan¨ªa a las fosas comunes. En cualquier miserable se puede descubrir una idea caritativa.
La noticia del impacto tiene este otro impacto: el del futuro, el de los due?os del mundo, descritos en toda la ciencia-ficci¨®n que lleva de moda tanto tiempo, y que se va encontrando confirmada en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, benditos sean, que nos traen nuestra amarga realidad cotidiana. Aunque procuran no incidir en esta idea militar y valiente del arma at¨®mica; que se compensa con otras buenas. Por ejemplo, el cohete estaba desinfectado previamente para no inundar de microbios el espacio. Eso est¨¢ bien, como lo de las tapias del cementerio. O nos cuentan la reuni¨®n del G-8, y los festivales del Live Aid (otros dicen Live 8) con Paul McCartney y Bono -el otro, el que canta mejor- para, digamos con cierto cinismo desagradable, mejorar la pobreza mundial: que sea m¨¢s llevadera dentro de unas docenas de a?os. Si antes no ha estallado todo el sistema solar.
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