Filigrana o talento
Entre tanta filigrana, desmentido y rectificaci¨®n, una cosa parece cierta: en los medios pol¨ªticos se barrunta el final de ETA en un plazo m¨¢s o menos breve. Y hay signos claros de que tal cosa pueda realmente ocurrir. No es que la ciudadan¨ªa dispongamos de datos emp¨ªricos, otra cosa son las autoridades; tan s¨®lo tenemos pruebas indiciales, pero ¨¦stas parecen ser s¨®lidas. Todo apunta en esa direcci¨®n: las sucesivas requisas de env¨ªos de explosivos a Madrid durante todo el 2004, detenciones en el interior y encarcelamiento de sectores importantes de la c¨²pula en Francia, cuestionamiento abierto de la estrategia de la organizaci¨®n desde las c¨¢rceles, un posible debate interno, cierto cansancio, y, especialmente, la deslegitimaci¨®n de todo acto terrorista por el hecho de serlo que se da tras el atentado de Atocha el 11-M. Tambi¨¦n, claro est¨¢, los no-encuentros, filtraciones y resoluciones mal explicadas, el guirigay que en torno a este hecho est¨¢n organizando los pol¨ªticos ¨²ltimamente, todo ello corrobora aquella primera impresi¨®n.
Y hay otra cosa cierta: la falta de altura de miras entre los pol¨ªticos a la hora de abordar este tema. El PP convirti¨® esta cuesti¨®n en bander¨ªn de enganche, Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo mediante, para hacer una oposici¨®n rampante contra el Gobierno de Zapatero. Pero, ya antes, ¨¦ste hab¨ªa tomado una m¨¢s que cuestionable iniciativa en el Congreso proponiendo conversaciones con ETA s¨®lo "cuanto ¨¦sta abandone definitivamente las armas". Una resoluci¨®n sobre la que no se inform¨® a la oposici¨®n (condici¨®n autoimpuesta en el Pacto Antiterrorista) e inocua en el mejor de los casos, de no haber algo m¨¢s detr¨¢s, que a lo que se ve, hay. "D¨¦jesele al Gobierno hacer la pol¨ªtica antiterrorista", se dec¨ªa. De acuerdo. Pero informe ¨¦ste discretamente al resto de partidos (digo bien).
El siguiente cap¨ªtulo lo protagoniz¨® Ibarretxe al presentarse a la investidura para lehendakari con el lema de "paz y di¨¢logo" (el mismo que hab¨ªa presentado cuatro a?os antes). Propon¨ªa una mesa pol¨ªtica para el di¨¢logo "sin exclusiones" en torno a un nuevo estatuto, y otra paralela para resolver los asuntos derivados de los presos, las v¨ªctimas, etc. Pocos d¨ªas despu¨¦s le avalaba el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, al afirmar que se abre "un tiempo de esperanza para consolidar la paz y lograr un acuerdo para la convivencia" con el concurso del conjunto de fuerzas pol¨ªticas: "Espero que todos estemos a la altura de las circunstancias para aprovechar esta oportunidad inmejorable", conclu¨ªa. ?Qu¨¦ oportunidad? Unas declaraciones que converg¨ªan, por lo dem¨¢s, con otras similares de Javier Rojo, presidente socialista del Senado: "La democracia espa?ola nunca ha estado mejor para lograr al fin la paz en Euskadi". El PNV segu¨ªa en su l¨ªnea..., ?y el PSOE?
Es quiz¨¢ lo m¨¢s intrigante. El PSE-EE propon¨ªa su propio candidato a la Lehendakaritza. Ven¨ªa a decirse que se har¨ªa una oposici¨®n alternativa y no especulativa al gobierno anunciado. Pues bien, a los pocos d¨ªas, Miguel Buen, primer vicepresidente del Parlamento vasco y secretario general del PSE-EE en Guip¨²zcoa, aseguraba que "El PSE ayudar¨¢ al Gobierno Ibarretxe si hay negociaci¨®n
real". Las cosas han llegado al punto de tener que realizar una reuni¨®n conjunta entre las ejecutivas del PSE y el PSOE para concertar posturas. Todo de muy escasa envergadura, vuelo gallin¨¢ceo. Lo dec¨ªa Rodolfo Ares: el PNV teme quedarse fuera de un posible plan de paz en el momento que llegue. Otro tanto les ocurre a ellos. Tambi¨¦n, claro, al PP.
Mientras, se dice que el presidente que consiga desarmar a ETA cumplir¨¢ en el cargo varias legislaturas. Veremos. Creo que depender¨¢ de otras circunstancias. Maragall consigui¨® siendo alcalde celebrar las elogiadas Olimpiadas del 92 en Barcelona. Ha tardado doce a?os en sentarse en la silla de president..., y porque Carod lo quiere. Y, en esta l¨ªnea, si los pol¨ªticos son capaces de aplazar sus rencillas cuando se trata de un tema estrat¨¦gico para una ciudad, como las olimpiadas, ?por qu¨¦ no consiguen aparcarlas cuando es algo tan vital y estrat¨¦gico como es el fin del terror local? ?Demasiados intereses a corto plazo? Tal vez.
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