Rebufar

O¨ª a Piqu¨¦ un enrevesado p¨¢rrafo, y no deduje que tuviera importancia. No ha sido creador en la pol¨ªtica (mejor as¨ª) ni se ha distinguido en la campa?a catalana, a la que fue enviado a perder. Cuando lo vi al d¨ªa siguiente en las primeras p¨¢ginas de los diarios me sorprend¨ª. Quiz¨¢ el ardor venga de quienes le responden: Rajoy, Acebes, Zaplana. O sea: hay una segunda voz en el PP (la primera fue la de Gallard¨®n) que cree que el partido tiene que cambiar su pol¨ªtica. No s¨¦ cu¨¢l: pero creo que ¨¦sta es la peor, y me refiero a Acebes, Zaplana y Esperanza Aguirre. Ver la noticia destacada me hizo pensar que el inter¨¦s est¨¢ en la angustia de la actual pol¨ªtica del PP, y la inanidad de Rajoy como secretario general de espectros, y que cualquier posibilidad de que cambie interesa. Yo mismo, que no deseo que gane nunca, querr¨ªa verle cambiar. Lo que no deseo, o no deseamos, es que el pasado vuelva porque es malo; y que si el PP se normaliza, abandona el aire de cruzada, separa a sus brujos hasta con honor y pone su lenguaje al servicio de la buena educaci¨®n, podr¨ªa ser un buen partido de la derecha (si tal paradoja se puede lograr) y no un remedo de civiles con el gorrito cuartelero de Franco: qu¨¦ digo de Franco, de Carlos V, de la monja alf¨¦rez o de Viriato.

Ni son siquiera los tipos f¨ªsicos de Acebes y Zaplana lo necesario para el casting de esa representaci¨®n. Hasta en Galicia han votado en contra de quien ten¨ªa la mayor posibilidad de volver al mundo antiguo, Fraga. Lo que temen, seg¨²n oigo a quienes contestan a Piqu¨¦, es que se rompa el bloque monol¨ªtico. No se dan cuenta de que es ese bloque el que m¨¢s les est¨¢ perjudicando en un momento en que sus adversarios emprenden la tarea de poner al d¨ªa el pa¨ªs en lo que pueden. Sobre todo, son capaces de sorpresa. No creo que en el contexto mundial, ni el europeo, los socialistas espa?oles puedan llegar demasiado lejos: pero llegan a puntos espectaculares. El matrimonio homosexual lo es, y me ha sorprendido que la vieja Espa?a lo haya aceptado con tanta comodidad y simpat¨ªa. Cambia la Iglesia: la recomendaci¨®n del jefe de los obispos tiene una palabra muy graciosa: no quiere que la Iglesia vaya "a rebufo" del Gobierno. (Rebufar: bufar repetidamente; con fuerza. Mar¨ªa Moliner) (Bufar: mostrar un enfado muy violento con sonidos semejantes a los de los animales o con expresiones o gestos. M. M.).