?Londres!
Dijo Cabrera Infante que en Londres el hombre es m¨¢s importante que la naturaleza. Si te paras en el caf¨¦ de Leicester Square ver¨¢s desfilar a la humanidad entera mostrando los colores de sus innumerables met¨¢foras. En la escalinata de Piccadilly sigue sentada la memoria de los viajeros que aqu¨ª buscaron los milagros. En Hyde Park Corner siguen pidiendo la luna aquellos predicadores a los que nosotros ¨ªbamos a ver cuando aqu¨ª estaba prohibido hablar en la calle. Y desde los autobuses te miran ojos de todas las razas. Esa ciudad que a veces parece indiferente se adapt¨® de tal manera al mundo que viene que hasta se hizo europea y abri¨® caf¨¦s que ahora parecen de Par¨ªs, de Roma o de Viena, y en ellos almuerzan quienes ya no pueden recordar que aqu¨ª todo se cerraba antes como mandaban los siglos. Los londinenses fueron capaces de recuperarse de las cenizas de la guerra; acogieron a los ciudadanos de todos los pa¨ªses que fueron su imperio para hacer una sociedad m¨²ltiple que llena de colorido hasta el gris de los inviernos, y ahora no hay un solo rinc¨®n de la ciudad donde no se viva como si uno estuviera en todas las ciudades al tiempo. Hasta fueron capaces de hacer de un almac¨¦n viejo, donde la ciudad cambia de nombre, uno de los grandes museos del mundo, y han llevado la osad¨ªa al extremo de ponerlo en manos de un valenciano -Vicente Todol¨ª-, que lo ha hecho crecer como la espuma de la modernidad. Ayer le¨ªa Rioyo en la radio estos versos de Eliot hablando de la herida que la crueldad deja en la mirada de los hombres: "Ciudad irreal, / bajo la niebla parda de un amanecer de invierno, / una multitud flu¨ªa por el puente de Londres, tantos / no cre¨ªa que la muerte hubiera deshecho a tantos, / se exhalaban suspiros breves y poco frecuentes, / y cada cual llevaba los ojos fijos ante los pies...". El hombre es m¨¢s que la naturaleza, y mucho m¨¢s, ah¨ª va caminando, delante de un drama, y viene el mes m¨¢s cruel, cualquier mes, una ma?ana cualquiera, y ya no almuerza. Londres. La sonrisa congelada y el drama subiendo como esquirlas de una guerra que salta a los ojos de cualquiera de los colores que habitan a cualquier hora la ciudad m¨¢s diversa de la Tierra. Londres.
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