Philippine de las tijeras
La core¨®grafa m¨¢s influyente en el teatro de danza moderno de los ¨²ltimos 50 a?os se llama en realidad Philippine Bausch. Desde ni?a la apodaron Pina, y naci¨® en 1940 en Solingen, la ciudad de las tijeras. Un sitio con edificios grises, muchos abrigos tambi¨¦n grises y escaparates surrealistas donde hay tijeras desde para cortar las u?itas del gato hasta enormes para podar ¨¢rboles; tijeras doradas, plateadas, negras, de colores; tambi¨¦n all¨ª son los reyes de los cuchillos de carnicero. La familia de Pina ten¨ªa un restaurante y la chiquilla no sal¨ªa de all¨ª. Siempre ha dicho Pina que para un ni?o aquello era un entorno maravilloso, con gentes nuevas siempre, y que ella no quiere perder ese pasado, esos recuerdos. Para conjurarlos y congelarlos en el espacio-tiempo virtual y si se quiere eterno del teatro, cre¨® Caf¨¦ M¨¹ller en 1978. Solingen est¨¢ estrat¨¦gicamente en el centro geogr¨¢fico donde esta mujer delgada, vestida siempre de negro (o de gris), parca hasta la exasperaci¨®n y concentrada en una especie de limbo creativo y doliente donde el humor es apenas una r¨¢faga muy pasajera, ha desarrollado toda su vida; la situamos entre Wuppertal (donde ahora cumple ya 25 de vivir y trabajar con el Tanztheater), D¨¹sseldorf y Colonia; un poco m¨¢s arriba est¨¢n Essen (donde estudi¨® con Kurt Jooss en la famosa Folkwang) y m¨¢s abajo Leverkusen (donde Bayer invent¨® la aspirina y hay tres teatros). Por estos pueblos discurri¨® su juventud hasta que se fue a Am¨¦rica y tuvo tres maestros decisivos: Anthony Tudor, Jos¨¦ Limon y Alfredo Corvino. El estilo Pina, existe y se fragu¨® as¨ª.
El pasado 30 de mayo entraba en repertorio de la ?pera de Par¨ªs la ¨®pera danzada de Pina Bausch creada en 1975, Orfeo y Eur¨ªdice (Gluck), y se reestrenaba as¨ª en Garnier, esta vez con los bailarines de la casa, esa singular pieza que ya la compa?¨ªa de la alemana hab¨ªa tra¨ªdo a Francia en los a?os noventa. Un a?o antes de Orfeo, en 1974, hab¨ªa hecho Ifigenia en T¨¢uride (tambi¨¦n Gluck) que se vio en el Teatro Real de Madrid en junio de 1998.
Estas tres obras, de enorme peso, resumen su est¨¦tica, la definen, y es lo que subyace heroica y po¨¦ticamente en sus obras actuales, como esta Para los ni?os de ayer, de hoy y de ma?ana, que se ve en Venecia, donde infancia, muerte, soledades y fantas¨ªas dom¨¦sticas se entrelazan en un discurso potente, aut¨®nomo, descarnado.
Con 33 obras hasta hoy, Pina Bausch ha marcado la escena contempor¨¢nea m¨¢s all¨¢ de la danza misma que practica. Su genio, su universo, poseen una voz tan propia como necesaria, tan brillante como capaz del desconcierto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.