El lastre de la burocracia
La mara?a legislativa dificulta las inversiones en Espa?a
General Electric, uno de los mayores grupos industriales del mundo ha invertido m¨¢s de 3.000 millones de euros en Espa?a durante la ¨²ltima d¨¦cada. Los ¨²ltimos 500, en una nueva planta en Cartagena para la que ha necesitado 111 permisos administrativos.
Una licencia de instalaci¨®n industrial en Espa?a puede costar hasta el 4% del presupuesto total de la inversi¨®n
En Francia disponen de una agencia de inversiones extranjeras que centraliza y coordina a todas las partes implicadas
Mario Armero, m¨¢ximo responsable en Espa?a de la compa?¨ªa que creo Tomas Alva Edison en 1890, se apresura a se?alar que no se trata de un problema de pol¨ªtica territorial, incluso considera positivo el modelo auton¨®mico instalado en Espa?a, pero no opina lo mismo de la mara?a legislativa con la que se enfrentan las empresas industriales a la hora de invertir en Espa?a, donde una licencia de instalaci¨®n te puede costar "hasta el 4% del presupuesto total de la inversi¨®n".
Una inversi¨®n industrial de cierta envergadura ha de pasar por el Ministerio de Industria, el de Econom¨ªa si tiene incentivos regionales, el de Educaci¨®n si disfruta de ayudas de pol¨ªtica tecnol¨®gica, el de Medio Ambiente si su actividad afecta a ese ¨¢mbito y el de Exteriores si precisa de permisos de trabajo para extranjeros.
Y no es s¨®lo una cuesti¨®n de cantidad: una autorizaci¨®n medioambiental son siete meses de espera. Es importante sin duda el control del medio ambiente, "?hacen falta siete meses para algo que no sea la liga de futbol?", comenta Armero.
Si se trata de una licencia para crear una entidad financiera hay que tomar precauciones pero ?hacen falta seis meses para asegurar su solvencia? "Seis meses en la vida de una empresa es mucho tiempo", asegura Armero, para el que no estar¨ªa mal que la Administraci¨®n predicara con el ejemplo de la mejora de productividad.
Estos desajustes legislativos hay que unirlos adem¨¢s a la p¨¦rdida de las ventajas fiscales que ofrec¨ªa Espa?a hace unos a?os, pero que han sido superadas por las medidas que han adoptado en ese sentido los pa¨ªses de su entorno econ¨®mico.
Pa¨ªses en los que en alg¨²n caso como el de Francia se ha atacado tambi¨¦n la complejidad administrativa con una ¨²nica agencia de inversiones extranjeras que centraliza y coordina a todas las partes implicadas.
Otra de las dificultades con la que se encuentran empresas de determinados sectores como el de los aerogeneradores son las barreras de entrada que ponen algunas comunidades auton¨®micas con gobiernos de ambos signos pol¨ªticos con exigencias de inversi¨®n si se quiere abrir mercado en ellas.
Mario Armero reconoce tambi¨¦n que se han tomado importantes iniciativas de reformas estructurales por parte del Gobierno, la CEOE... como el impuesto de sociedades, los costes de la Seguridad Social, la reforma laboral..., pero es necesario eliminar una antigua carencia como es la aplicaci¨®n de una aut¨¦ntica pol¨ªtica industrial.
De cualquier manera, el presidente de General Electric en Espa?a sigue pensando que se trata de un pa¨ªs con grandes oportunidades en sectores como las infraestructuras, industria de la salud, agua, energ¨ªa... donde seguir¨¢n invirtiendo y donde esperan duplicar en los pr¨®ximos tres a?os los 2.000 millones de euros que han facturado en 2004. Incluso anuncia novedades para despu¨¦s del verano con las que aumentar¨¢n su presencia.
Tres meses de espera en Australia
El apoyo a la tecnolog¨ªa es una moneda de uso corriente en los pa¨ªses m¨¢s avanzados conscientes de que su desarrollo tecnol¨®gico es fundamental para mejorar su productividad y su competencia y ese desarrollo exige la participaci¨®n de tecn¨®logos de otros pa¨ªses, especialistas en determinadas ¨¢reas... En esa circunstancia se encontraba General Electric al poner en marcha su ¨²ltimo negocio financiero en colaboraci¨®n con la CAM para el que requiri¨® la presencia en Espa?a de una experta en tarjetas de cr¨¦dito que trabaja en una de sus filiales en Australia.
Pues bien, el Gobierno del Partido Popular aprob¨® una normativa en la que se favorec¨ªa fiscalmente este tipo de trabajadores importados que el del PSOE ha ratificado. Sin embargo, una vez convencidos de la bonanza econ¨®mica su traslado hay que someterlo a las leyes de emigraci¨®n y la australiana lleva tres meses esperando el permiso de residencia y trabajo.
"Cuando mi compa?¨ªa manda a Espa?a a un experto lo hace para que se venga ya, no dentro de seis meses", se?ala Mario Armero.
Una situaci¨®n por la que no parece que atraviesen, sin embargo, las figuras extranjeras de los grandes equipos de f¨²tbol al convertirse tambi¨¦n en residentes en Espa?a.
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