?En qu¨¦ funciones?

Con la concepci¨®n patrimonialista del poder p¨²blico de la que tantas muestras ha ofrecido en los ¨²ltimos 15 a?os, el Gobierno gallego que todav¨ªa preside Manuel Fraga y se halla meramente en funciones sigue actuando estos d¨ªas como si nada hubiera ocurrido en las elecciones del pasado 19 de junio. En lugar de prepararse para una entrega fluida del aparato de gobierno a la nueva mayor¨ªa resultante de los recientes comicios, tal como exige la ley y los usos democr¨¢ticos, el Ejecutivo de Manuel Fraga parece empe?ado en apurar hasta el final los privilegios del poder.

Desde que se celebraron las elecciones y el PP perdi¨® la mayor¨ªa, no ha habido apenas un d¨ªa en que el Diario Oficial de Galicia haya dejado de anunciar apresuradas convocatorias de concursos p¨²blicos, adjudicaciones de contratos o nombramientos de funcionarios para puestos de responsabilidad. En la inmensa mayor¨ªa de los casos, nadie ha logrado ofrecer razones para justificar la urgencia en el tr¨¢mite de asuntos que van desde contratos para hacer estudios t¨¦cnicos sobre cuestiones tan perentorias como "el an¨¢lisis econ¨®mico de los usos del agua" hasta la concesi¨®n de licencias para nuevas cadenas de radio y televisi¨®n digitales.

Mientras PSdeG y BNG permanecen enfrascados en las negociaciones para formar el pr¨®ximo Gobierno, el demostrado empe?o del Ejecutivo en funciones por repartir dispensas hasta el instante final est¨¢ comprometiendo cuantiosas partidas de dinero p¨²blico y, por tanto, condicionando la nueva legislatura de forma inadmisible. Tres d¨ªas antes de las elecciones, la Xunta ya adjudic¨® un contrato de 97 millones de euros para construir uno de los edificios de la fara¨®nica Ciudad de la Cultura de Galicia. En los pr¨®ximos d¨ªas, una empresa p¨²blica de la Administraci¨®n tiene previsto conceder proyectos para gestionar servicios de aguas que suman otros 65 millones.

M¨¢s onerosa a¨²n -y por tanto, m¨¢s escandalosa si cabe- podr¨ªa resultar una de las medidas que, seg¨²n ha admitido Fraga, estudia el Gabinete en funciones: consolidar un cierto nivel administrativo -con sus correspondientes ingresos- para los 1.200 empleados p¨²blicos que ocupan cargos de responsabilidad por designaci¨®n directa de sus superiores pol¨ªticos. Fraga ha encargado que se estudie el asunto, despu¨¦s de que algunos de los interesados pusieran en circulaci¨®n un documento grotesco, en el que expresan al todav¨ªa presidente su deseo de "volver a servir a un Gobierno gallego popular lo antes posible".

En las horas que siguieron a la confirmaci¨®n de los resultados electorales, Fraga tuvo un comportamiento irreprochable, que contrast¨® con los de otros dirigentes de su partido ansiosos por impugnar los comicios. Se ha notado en el fundador del PP un comprensible af¨¢n por cerrar con dignidad su carrera pol¨ªtica. Por eso extra?a que no sea el m¨¢s interesado en impedir actuaciones tan poco decorosas como las que exhibe su Administraci¨®n en estos d¨ªas de interinidad.