Otra vez Aznar y las l¨ªneas convergentes
El planteamiento cl¨¢sico de todos aquellos que se han venido destacando por comprender los argumentos de ETA es de sobra conocido por todos. Sus acciones, dicen, son la expresi¨®n violenta de un conflicto pol¨ªtico no resuelto entre vascos y entre vascos y espa?oles.
El elemento central de la argumentaci¨®n de ¨¦stos suele ser que "la banda armada" no puede haber estado matando durante casi 40 a?os si en Euskadi no existiera un conflicto con sus ra¨ªces pol¨ªticas bien hundidas en la historia. Dicen que ETA no mata por matar, que nadie lo hace y que en el fondo, ning¨²n vasco tiene voluntad de ser, sin m¨¢s, un asesino.
"El conflicto" tiende a ser orientado siempre hacia la definici¨®n pol¨ªtica del pueblo vasco, su ubicaci¨®n fronteriza en la historia y el derecho inherente a ¨¦ste de proyectarse en el tiempo con Estado propio.
ETA s¨®lo es la demostraci¨®n criminal de su incapacidad para aceptar el gran acuerdo que supuso el Estatuto
La imposibilidad de concretar esta reclamaci¨®n en una realidad tangible, originada por el papel colonizador-invasor-opresor de los Estados espa?ol y franc¨¦s (con un poco de suerte, en Euskadi todav¨ªa se puede escuchar el t¨¦rmino "potencias ocupantes") es el punto de salida de "la imposibilidad de ser" del pueblo vasco; una entidad ¨¦tnico-pol¨ªtica con lengua propia, con sentimientos de identidad exclusivos, destinado soberana y originariamente a conformarse en sujeto de derecho internacional sobre la l¨ªnea que dibujan los siete herrialdes.
Coincido plenamente con quienes consideran que ETA hace mucho tiempo que dejo de ser una forma de nacionalismo. Siempre he pensado que ¨¦ste, al igual que cualquier otra idea pol¨ªtica, no se expresa a trav¨¦s de la violencia, que en el momento en que ¨¦sta aparece en la escena, desaparece la raz¨®n de ser de cualquier ideolog¨ªa quedando sustituida por el simple asesinato. ETA s¨®lo es la demostraci¨®n criminal de su incapacidad para la aceptaci¨®n del gran acuerdo que supuso el Estatuto de Gernika; la convivencia de los vascos a trav¨¦s de un pacto entre identidades, el autogobierno y la definici¨®n pol¨ªtica del territorio en el que vivimos, los techos competenciales, el concierto econ¨®mico, la relaci¨®n con el resto del Estado... Esta es la raz¨®n de ser de la banda terrorista; una forma criminal de no aceptar nuestro pacto. Su sue?o m¨¢s oscuro ser¨ªa que, por haber estado matando durante cuarenta a?os, fuera tenida en cuenta a la hora del debate territorial y de la vertebraci¨®n del Estado, que el debate pol¨ªtico sobre ella se entrecruzara con el debate de las reformas estatutarias y constitucionales para poder sugerir as¨ª, el pa¨ªs por el que ha matado.
?Es ETA parte del debate territorial? ?Tiene, por lo tanto, que entrecruzarse el debate sobre el terrorismo con el debate sobre la vertebraci¨®n del Estado? Jos¨¦ Maria Aznar, ex Presidente del Gobierno, piensa que s¨ª. En la ¨²ltima edici¨®n de los cursos de verano de FAES, donde nunca defrauda, dijo que no s¨®lo se tienen que entrecruzar sino que ambos debates son el mismo.
Pienso, sin embargo, que es dif¨ªcil encontrar una sola raz¨®n para que estos dos asuntos sean considerados el mismo porque las l¨ªneas que describen ambos procesos, el del fin del terrorismo y el de la nueva definici¨®n de los marcos legales tienen que ser, obligatoriamente, l¨ªneas paralelas y no convergentes. Los responsables pol¨ªticos deben hacer todos los esfuerzos para garantizar que la presi¨®n de los asesinatos no haga que el tratamiento pol¨ªtico de ETA sea parte activa del debate territorial que nuestro pa¨ªs afronte. Ambas materias deben quedar claramente diferenciadas, acerc¨¢ndose solamente en la seguridad que los terroristas deben tener de que el pa¨ªs por el que han matan nunca ser¨¢ realidad.
Desde esa perspectiva, los ciudadanos de las comunidades aut¨®nomas y sus representantes pol¨ªticos tienen legitimidad y derechos atribuidos para plantear las reformas que consideren oportunas en la adecuaci¨®n de los marcos legales a las realidades actuales que vive nuestra sociedad. No hay nada de malo en ello si ¨¦stas iniciativas son respetuosas con los procedimientos de reforma, generan amplios consensos y no pretenden superar los l¨ªmites constitucionales.
Debemos exigir que ¨¦stas sean, adem¨¢s, reformas limpias inspiradas por la voluntad popular y enmarcadas simplemente en el respeto a la legalidad, protegidas y seguras de todo lo que no sea democr¨¢tico. Lo contrario es el sue?o ideal de los terroristas y la esencia del pacto de Lizarra. Sus arquitectos pensaron que terrorismo y marco pol¨ªtico eran el mismo asunto y firmaron aquel acuerdo entre terroristas y fuerzas nacionalistas en el dise?o de una din¨¢mica entrecruzada de ambos debates.
Aznar dice ahora que ETA es un agente pol¨ªtico que forma parte del debate territorial. Los asesinos so?ar¨¢n con que alg¨²n d¨ªa se hagan realidad esas palabras del ex Presidente. Un hombre que aparenta estar lleno de odio y rencor (en ocasiones recuerda a Alcaraz) y en el que ya, nada sorprende. Y con ese odio y ese rencor, un Aznar ya perdido, tratar¨¢ de que se pierdan todav¨ªa m¨¢s los ortodoxos de su partido. No estar¨ªa nada mal que, en el siguiente curso de FAES, alguien le ense?ara ese momento de El padrino en el que Al Pacino le dice a Andy Garc¨ªa que evite el odio y el rencor hacia sus enemigos porque si no, se equivocar¨¢ al juzgarlos.
Eduardo Madina es Secretario General de Juventudes Socialistas de Euskadi.
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