Fotos para un libro
Las librer¨ªas tienen sus estanter¨ªas repletas de nuevos t¨ªtulos de libros. La necesidad de espacio para estas numerosas ofertas hace que en pocos meses desaparezcan de la circulaci¨®n obras de inter¨¦s. Afortunadamente para suplir esta carencia tenemos las ferias de libro antiguo y ocasi¨®n, adem¨¢s la oferta de "Iberlibro" a trav¨¦s de la red. Por estos caminos he conseguido encontrar un libro deseado desde hace tiempo. Se trata de Poeta en Nueva York escrito por Federico Garc¨ªa Lorca e ilustrado en 1965 con fotos de la ciudad tomadas por Oriol Maspons (Barcelona, 1928). Im¨¢genes con personalidad propia y hermanadas impecablemente con la poes¨ªa del autor granadino.
Maspons es un cl¨¢sico de la fotograf¨ªa espa?ola. Ha trabajado en fotograf¨ªa publicitaria, reporterismo e ilustraci¨®n editorial. En 1955 se traslad¨® a Par¨ªs a perfeccionar sus conocimientos profesionales. A partir de 1956 impulso desde el comit¨¦ de redacci¨®n de revista Afal una contundente batalla contra el papanatismo fotogr¨¢fico de sal¨®n asentado en Espa?a. Promov¨ªan una alternativa hacia un documentalismo m¨¢s acorde con las corrientes internacionales y a su vez comprometido con la realidad social de la posguerra. Una iniciativa que si bien renov¨® la forma poco pudo hacer para transformar la fondo, tal y como escribir¨ªa nuestro fot¨®grafo. No obstante fue una referencia que servir¨ªa al comprometido fotoperiodismo de la transici¨®n democr¨¢tica.
Su polifac¨¦tica actividad fotogr¨¢fica deja una obra muy variada en estilos y g¨¦neros. Algo patente en el libro al que hacemos alusi¨®n. El paisaje esta representado por tupidos bosques de rascacielos, al pie de los cuales puede navegar una compacta flota de coches. En ocasiones las calles est¨¢n vac¨ªas como dejando lugar a "la resurrecci¨®n de mariposas disecadas" que alud¨ªa el poeta. Tambi¨¦n est¨¢n presentes los puentes desde donde se puede apreciar la perspectiva de los muelles unos vac¨ªos otros con embarcaciones amarradas en sus aguas tranquilas.
No falta el elemento humano. Unas veces son hombres con su cabeza cubierta por un aparente sombrero deambulando en una gran avenida algunos de cuyos edificios lucen bandera de barras y estrellas en su fachada. La entrada de unos grandes almacenes son escenario de unos j¨®venes, blancos y negros, con redomado tup¨¦ mirando sonrientes a la c¨¢mara. Un cartel electoral, medio despegado sobre una puerta deteriorada, sirve para ironizar sobre las virtudes USA. La poes¨ªa sobre el "Cementerio jud¨ªo" tiene la imagen propia del lugar. La c¨¢mara se detiene al fin frente a un escaparate donde se exhiben cabezas de maniqu¨ªs con enormes gafas para mejor ver las calles y los sue?os engendrados por un poeta.
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