Berl¨ªn descubre la modernidad de Goya
La Galer¨ªa Nacional expone toda la trayectoria del pintor en una muestra que luego viajar¨¢ a Viena
Tras cinco a?os de preparaci¨®n, Francisco de Goya (1746-1828) lleg¨® a Berl¨ªn. "Goya. Profeta de la modernidad es la exposici¨®n europea del a?o 2005", afirm¨® ayer Peter-Klaus Schuster, el director general de los Museos Estatales de Berl¨ªn, en la apertura de las 131 obras del pintor espa?ol en la Galer¨ªa Nacional. La exposici¨®n, comisariada por Manuela Mena y con la colaboraci¨®n del Museo del Prado (presta 12 cuadros), abarca toda la trayectoria del pintor. Es la primera vez que Alemania acoge una monogr¨¢fica sobre Goya. Las ministras de Cultura de Alemania y de Espa?a, Christine Weiss y Carmen Calvo, inauguraron la muestra que estar¨¢ en Berl¨ªn hasta el 3 de octubre y luego viajar¨¢ al Museo Hist¨®rico de Viena, que participa en el proyecto.
Los alemanes a?oraban al pintor espa?ol, presentado como el profeta de la modernidad, y desde hace semanas los medios anunciaban la llegada del espect¨¢culo Goya cuya seguridad (con unos costes de 500 millones de euros) corre a cargo del Gobierno. Dos millones de euros aport¨® la Asociaci¨®n de los Amigos de la Neue Nationalgalerie. Para el semanario Der Spiegel, la obra exhibida demuestra la capacidad de Goya de cambiar como un camale¨®n en nombre del arte. Goya trabajaba por encargo, pero tambi¨¦n vend¨ªa en el mercado libre y creaba para ¨¦l mismo.
De la libertad de expresi¨®n y de la variedad de t¨¦cnicas art¨ªsticas de Goya dan prueba las 131 piezas presentadas en Berl¨ªn (www.goyainberlin.org). Provienen de colecciones internacionales privadas y p¨²blicas, ninguno de Alemania o Austria, que no tienen. El director del museo de Viena, Wilfried Seipel, cit¨® al escritor Thomas Bernhard para explicar la importancia de Goya, al escribir en Viejos maestros (1985) que no tener un goya "es mortal para un museo como el Kunsthistorisches Museum".
La ligereza de las escenas id¨ªlicas de los tapices dise?ados por Goya para la corte espa?ola poco tienen que ver con los dramas de algunos de los grabados, testimonios de una ¨¦poca y que representan escenas callejeras, de bandidos, de asesinatos, la locura y la desesperaci¨®n. Este viaje por la vida de Goya confirma al espectador la revolucionaria tesis del artista que no existen reglas para la pintura. Goya lo dijo unos cien a?os antes de que surgiera la modernidad en Alemania.
La comisaria de la exposici¨®n, Manuela Mena, jefa de conservaci¨®n de pintura del siglo XVIII y de Goya del Museo del Prado, con la colaboraci¨®n cient¨ªfica de Gudrun Muehle, ha planteado la exposici¨®n de una forma cronol¨®gica, para entender todas las etapas y facetas del pintor, desde los primeros cartones para tapices, los retratos tempranos, la pintura de gabinete de su invenci¨®n, las obras sobre la guerra, los retratos prerrom¨¢nticos y los ¨²ltimos a?os en Burdeos.
El edificio neocl¨¢sico de Schinkel, en la isla de los museos de Berl¨ªn, acoge en su planta noble 131 obras de Goya (74 pinturas, 43 dibujos y 14 grabados), situadas cerca de otras obras de David, Blechen, Schinkel, Manet y Monet. El Prado aporta 12 cuadros (como El cacharrero, El quitasol, Vuelo de brujas, El pelele, Autorretrato, Gatos pele¨¢ndose, El duque de Alba, sin afectar a las grandes piezas que identifican al museo) y 17 dibujos, y han prestado tambi¨¦n otras instituciones con fondos goyescos, como la Academia de Bellas Artes de San Fernando (Autorretrato ante el caballete, Casa de locos y Disciplinantes), Patrimonio Nacional (cinco tapices), Biblioteca Nacional y el L¨¢zaro Galdiano. De colecciones privadas han salido El general Ricardos ante su ca?¨®n de batalla, de una colecci¨®n de Sevilla, que se expone por primera vez -despu¨¦s se presentar¨¢ en el Prado unos meses-, y los retratos del matrimonio Ferrer, de una colecci¨®n suiza, que no se expon¨ªa desde 1900. Mena coment¨® los ejemplos art¨ªsticos de "la alegr¨ªa, el sentido del humor, el optimismo, la infelicidad, el rechazo de vanidades sociales y el pesimismo" expresados por Goya. "Este pa¨ªs merece esta exposici¨®n porque los artistas e intelectuales alemanes siempre entendieron a Goya". Mena se?al¨® que existen v¨ªnculos entre el expresionismo alem¨¢n y el artista en lo que se refiere al descubrimiento de la intimidad y la descripci¨®n de los conflictos del ser humano. "Lo que m¨¢s me gusta es su sentido del humor, lo m¨¢s sarc¨¢stico o divertido, y en sus dibujos aparece su visi¨®n tan personal de la condici¨®n humana".
Berl¨ªn descubre al precursor de la modernidad. "Goya es universal, es un genio, una figura que lo llena todo desde el pasado, tan inteligente como Goethe o Einstein", afirma Mena. "Su pintura est¨¢ anclada en el arte antiguo, en su forma de componer y pintar, en el color. Se fija en la condici¨®n humana con una profundidad que le hace intemporal y universal".Peter-Klaus Schuster destac¨® los contrastes y la ambig¨¹edad de las im¨¢genes de Goya, un artista moderno comparable con los europeos de comienzos del siglo XX. Schuster se mostr¨® impresionado de c¨®mo el pintor describe la inseguridad del ser humano en aquella ¨¦poca. "Goya muestra que en su ¨¦poca el ser humano se descubre a s¨ª mismo, pero al mismo tiempo reconoce todas sus atrocidades y se aleja de s¨ª mismo".
Como en una pel¨ªcula de David Lynch
El comisario alem¨¢n de la exposici¨®n, Moritz W¨¹llen, compar¨® la estructura de la exposici¨®n preparada por Manuela Mena con la de las pel¨ªculas de David Lynch. "Existe un eje principal de un mundo que brilla, del pueblo, de la corte, y luego aparecen poco a poco los canales, las grutas y los abismos de la locura". El recorrido lleva por las peque?as salas en el segundo piso del edificio neocl¨¢sico, inspirado en un templo griego, situado en el sur de la Isla de los Museos. En el centro del "viaje por la vida de Goya", seg¨²n W¨¹llen, se encuentra la sala principal. All¨ª se pueden ver los ¨®leos y los tapices que Goya dise?¨® para la Real F¨¢brica de Tapices de Santa B¨¢rbara. La primera mirada cae ya, desde las escaleras que conducen a la muestra, sobre El pelele (1791-1792), una imagen llena de humor, con figuras pasivas y grotescas que juegan en un paisaje id¨ªlico con un pelele en un trampol¨ªn. Con esta referencia, se hacen evidentes los contrastes del arte de Goya, presentes en las seis secciones de la exposici¨®n al observar a trav¨¦s de los ojos del artista un naufragio y un incendio, por ejemplo. La exposici¨®n arranca con autorretratos y otros aspectos personales de la vida de Goya. Luego se pueden ver sus obras religiosas, pintadas con colores brillantes, como San Gregorio (1796-1799), o con l¨¢piz, antes de llegar a los Sue?os y los Caprichos, a los grabados y dibujos de la vida popular, las brujas, las figuras oscuras y expresiones de la fantas¨ªa, obras que Goya cre¨® sin que nadie se las encargara. Contin¨²a con retratos de nobles, la obra tard¨ªa de despu¨¦s de 1815 y los tapices. Entre las obras expuestas destacan el in¨¦dito General Ricardos, los tres trabajos escult¨®ricos en marfil y las cabezas de un hombre, un ni?o y una vieja. Al final del recorrido, los europeos del siglo XIX. Hay similitudes entre las escenas id¨ªlicas de los tapices y de la pintura de la corte prusiana de la misma ¨¦poca, pero la iron¨ªa separa a sus autores al menos un siglo.
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