Mario Gas estrena en M¨¦rida 'A Electra no le sienta bien el luto', de O'Neill
El director considera que en la obra aparecen los fantasmas del ser humano occidental
Por ahora, Mario Gas (Montevideo, 1946) s¨®lo es director de escena (teatro, ¨®pera, zarzuela y teatro musical), actor, gestor cultural, iluminador, escen¨®grafo, realizador cinematogr¨¢fico, cr¨ªtico y profesor de interpretaci¨®n. Desde hace un a?o dirige el teatro Espa?ol de Madrid, al que, con una programaci¨®n "variada, que no ecl¨¦ctica", ha devuelto el lustre perdido en los ¨²ltimos tiempos . Gas, que estrena hoy en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida A Electra no le sienta bien el luto, de Eugene O'Neill, afirma que el teatro "es un arma ideol¨®gica y del inconsciente".
Es la primera vez que la 'Electra' de Eugene O'Neill se representa en el festival extreme?o
"El teatro es un arma ideol¨®gica y del inconsciente" asegura el dramaturgo
Gas habla despojado de sus habituales gafas negras. Dice que para ¨¦l todos los g¨¦neros que toca en un escenario, ya se trate de ¨®pera, zarzuela o musical, son teatro. En todos ha logrado ser incuestionable, a lo que quiz¨¢s haya ayudado el hecho de rodearse de un equipo que pocas veces cambia. Puede comprobarse en esta Electra, en la que participan actores habituales en sus trabajos como Emilio Guti¨¦rrez Caba, Constantino Romero, M¨®nica L¨®pez, Maru Valdivielso, Maruchi Le¨®n, Ricardo Moya, Adolfo Fern¨¢ndez y Albert Triola, frente a Iv¨¢n Herm¨¦s, que se estrena con el director en este montaje.
Al aceptar dirigir el Espa?ol pact¨® poder cumplir con otros compromisos, como ¨¦ste, adquirido con el Festival de M¨¦rida. Tambi¨¦n se lo permite el haber creado un s¨®lido equipo en su nueva casa madrile?a: "Es un gran placer estar al frente de algo en el que la satisfacci¨®n de todos es la propia, adem¨¢s de ser una vacuna contra el egotismo excesivo el saber que formas parte de un equipo, que puedes crear emoci¨®n, ilusi¨®n y no todo se queda en ti, porque si no se puede llegar a creer que uno es m¨¢s importante que el teatro, error grav¨ªsimo en el que a veces caen algunos colegas", dice este hombre galardonado con dos Max de las Artes Esc¨¦nicas y con el Premio Nacional de Teatro por sus diferentes trabajos esc¨¦nicos.
Otorga a la Electra de O'Neill cualidades que tambi¨¦n encuentra en otros cl¨¢sicos grecolatinos: "Es una obra directa, contempor¨¢nea y comprensible", dice Gas, que piensa que en este autor se produce un cambio sustancial con respecto al original o a otras recreaciones. "Hay una gran introspecci¨®n, un mundo on¨ªrico en el que aparece el psicoan¨¢lisis, Jung, Strindberg...; pero lo que m¨¢s me interesa es ese h¨¢lito tr¨¢gico y de conflicto humano que hay entre los personajes".
Es la primera vez que la Electra de O'Neill llega al escenario emeritense, cosa rara, ya que la muestra va por su 51? edici¨®n y siempre gira en torno a mitos grecolatinos. La obra recupera la fuerza, la profundidad y la estructura de las antiguas tragedias griegas, aunque el autor estadounidense, galardonado cuatro veces con el Pulitzer, situ¨® la trama en la Nueva Inglaterra del siglo XIX. Mario Gas, en su propuesta esc¨¦nica, la traslada a finales de la I Guerra Mundial.
Gas considera que el conflicto que plante¨® S¨®focles est¨¢ presente en la obra: "Tenso, latente, limpio, simple, que no esquem¨¢tico..., yo s¨®lo intento que sea un espect¨¢culo inteligible y directo en el que aparecen los fantasmas del ser humano occidental". Unos fantasmas que para Gas no son otros que "el poder, la guerra, el puritanismo, la represi¨®n, la justicia, el tiempo que pasa, la exasperaci¨®n del ser humano que se ve finito, los conflictos, el odio, el encadenamiento de acciones mal entendidas que a veces lleva a la aniquilaci¨®n...". "Antes los personajes eran los dioses, la propia psicolog¨ªa; quiz¨¢ en otros autores es el mecanicismo social o pol¨ªtico, pero aqu¨ª los personajes son seres enfrent¨¢ndose a ellos mismos con todas sus contradicciones", a?ade.
Adem¨¢s de gran lector de teatro, Gas es buen conocedor de los autores grecolatinos, a los que se ha enfrentado en escena en varias ocasiones. Son textos con muchos siglos, pero que, seg¨²n el director, no han servido para que el ser humano aprenda. "Por supuesto, conocemos muchas m¨¢s cosas, pero en lo concerniente a la esencia del ser humano, hemos aprendido muy poco; adem¨¢s, nos estamos desviando much¨ªsimo, hemos creado un mundo basado en cosas que parecen eternas, cuando son ef¨ªmeras; damos importancia a algo que se deshace entre las manos y sin embargo estamos generando bolsas de pobreza y marginaci¨®n cada vez m¨¢s fuertes; est¨¢n pudri¨¦ndose los conceptos y bajo palabras grandilocuentes existen reg¨ªmenes dictatoriales, ya sean dictaduras del mercado, de la moneda, de las grandes industrias..., no tan s¨®lo de ideolog¨ªas pol¨ªticas".
Para Gas, "el teatro de la inmediatez y la dramaturgia contempor¨¢nea, que muchas veces revisita los viejos mitos, est¨¢n muy bien", pero, advierte, que no podemos olvidar "que si estos cl¨¢sicos han sobrevivido es o porque ellos han sido muy sagaces o nosotros muy torpes".
En todo caso, el director tiene claro que la met¨¢fora que encierran estos textos grecolatinos hace que uno se implique much¨ªsimo. "Es algo que en La Orestiada est¨¢ muy claro y pretendo que en Electra tambi¨¦n ocurra..., muchas veces es m¨¢s importante lo que no sabemos que lo que creemos saber", dice este hombre que mantiene los mismos criterios que ten¨ªa cuando empez¨® en el teatro independiente : "Mi relaci¨®n con el teatro sigue gozando de la misma inquietud y pasi¨®n; sigo creyendo que el teatro es un arma ideol¨®gica, en el mejor sentido de la palabra, y tambi¨¦n un arma del inconsciente".
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