El Tigre se queda solo

Jack Nicklaus, el mejor golfista de la historia, cruz¨® el peque?o puentecillo del hoyo 18, el Swincal bridge, por ¨²ltima vez. Lo cruz¨® despacio. Se detuvo en la parte m¨¢s elevada y pos¨® para los fot¨®grafos. Llam¨® a Steve, su caddie, que resulta que es uno de sus cuatro hijos. Llam¨®, gesto generoso, a sus compa?eros de partido, Donald y Watson. Posaron todos en el angosto murete de piedra que sirve para salvar una estrecha serpiente de agua. Y lloraron todos.

Todos menos Nicklaus. Los espectadores gritaron su nombre y aplaudieron. Cerca de 20 profesionales, entre ellos Sergio Garc¨ªa, esperaban para ovacionarle. Nicklaus llevaba una r¨¦plica del jersey rojo con el que gan¨® su segundo Open, en ese mismo riachuelo, en 1978. El Oso dorado se decidi¨® finalmente a bajar del puente, cumplir el expediente de meter la bola en el hoyo, firmar la ¨²ltima tarjeta de su carrera profesional despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os en el negocio, y salir por la puerta principal de Saint Andrews. Antes le dijo a su hijo: "Se acab¨®".

Su firma bajo una cifra de 147 golpes, a 14 golpes del l¨ªder, el estadounidense Tiger Woods, fue una de las an¨¦cdotas menos comentadas del d¨ªa en la fiesta privada, con toda su familia y algunos amigos, que celebr¨® en el peque?o hotelito r¨²stico, el Raflets, que alquila al completo siempre que compite en Saint Andrews.

Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, muy poco despu¨¦s de que Jack Nicklaus se despidiese del golf, tambi¨¦n cruzaba el puente del hoyo 18. Gritaba. Levantaba los brazos. Se volv¨ªa loco, hincaba las rodillas en el c¨¦sped. Concretamente, hac¨ªa todo eso en el antegreen del hoyo 18, a unos 15 metros de la bandera. El green del 18 tiene una curiosa forma. Es un tobog¨¢n cuya c¨²spide es una estrecha franja de menos de dos metros. Eso, en el golf, se llama un piano, porque dibuja una ondulaci¨®n semejante a la de un piano de cola. Olaz¨¢bal acababa de meter la bola en el agujero desde el mismo lugar en el que se contorsionaba para celebrar su eagle, dos golpes bajo par. "Si no celebras un eagle en el hoyo 18 de Saint Andrews, apaga y v¨¢monos", comentaba, ya comedido, el Olaz¨¢bal de siempre, discreto, al concluir su recorrido con una tarjeta final de seis bajo par. No se le recuerda un gesto similar. Ni siquiera en sus triunfos en Augusta. "Aqu¨ª quiero disfrutar", zanj¨® el asunto el jugador.

"Lo ha pasado mal durante casi todo el d¨ªa, un d¨ªa malo, pero me lo he pasado muy bien con el cachondeo del 18, he soltado adrenalina", confesaba. Olaz¨¢bal tuvo un d¨ªa duro. "Parec¨ªa Stevie Wonder en los greenes", brome¨® el jugador guipuzcoano, cuya sensaci¨®n de fracaso aumentaba porque "mis dos compa?eros de partido, Woods y Allenby, lo met¨ªan todo, yo parec¨ªa el tonto de los tres".

Woods lo met¨ªa todo, hasta que dej¨® de meterlo todo. El estadounidense hizo el par en los ¨²ltimos cuatro hoyos. En uno de ellos se resbal¨®. "Si hace viento es posible que sucedan cosas extra?as", vaticina Olaz¨¢bal. Pero si la climatolog¨ªa no se al¨ªa con el pelot¨®n perseguidor, Woods no tendr¨¢ grandes dificultades para ganar. "Est¨¢ jugando muy bien y el campo favorece mucho su pegada. La clave estar¨¢ en el putt, que por ahora le va muy bien", analiza el jugador vasco.

Entre los perseguidores del estadounidense tambi¨¦n est¨¢ el castellonense Sergio Garc¨ªa, que acumula cinco golpes bajo el par del campo. "Me lo tomo con calma", dijo, aunque reconoci¨® que est¨¢ "en una buena posici¨®n para ver qu¨¦ pasa en las ¨²ltimas jornadas". Garc¨ªa dese¨® en voz alta que el viento emerja en las rondas finales: "Ser¨ªa bonito que Saint Andrews ense?e los dientes un poquito m¨¢s que hasta ahora", coment¨®.

Resultados: 1. T. Woods (EE UU), 133 golpes (-11). 2. C. Montgomery (Esc.), 137. 3. T. Immelman (Sur.), V. Singh (Fid.), B. Faxon (EE UU), P. Lonard (Aus.), J. M. Olaz¨¢bal y R. Allenby (Aus.), 138. 10. S. Garc¨ªa, 139. 26. M. ?. Jim¨¦nez, 141. El corte lo pasan los 70 mejores y los que queden empatados con el 70. I. Garrido, eliminado.