Donde reinan las voces
En sus primeros pasos, el Festival de Saintes ten¨ªa como objetivo prioritario el desempolvamiento del repertorio barroco con instrumentos de ¨¦poca. A los diez a?os de su creaci¨®n en 1972 se incorpor¨® Philippe Herreweghe como director art¨ªstico y los puntos de vista se fueron ampliando sin renunciar en ning¨²n momento a los criterios historicistas de interpretaci¨®n. En las ¨²ltimas ediciones, bajo la tutela de Stephan Maciejewski se han consolidado los criterios de extensi¨®n del repertorio y se ha intensificado la presencia de la juventud. Las dos grandes bazas del Festival de Saintes son la esmerada calidad de la programaci¨®n y la c¨¢lida atm¨®sfera. Es, por ello, una cita de las que se propagan boca a boca, de las que uno recomienda casi en secreto a sus mejores amigos.
Festival de Saintes
La polifon¨ªa imaginaria del Renacimiento. Obras de 12 a 40 voces, de Desprez, Tallis, Gabrieli y otros. Huelgas Ensemble. Direcci¨®n: Paul van Nevel. La visi¨®n de Tondal. Un viaje teatral y musical en Croacia medieval. Ensemble Di¨¢logos. Direcci¨®n: Katarina Livljanic. Puesta en escena: Sanda Herzic. Catedral de San Pedro y Abad¨ªa de Las Damas, 14 y 15 julio.
El comienzo de la actual edici¨®n -31 conciertos hasta el 24 de julio- ha sido espectacular, con dos conciertos vocales de los que cortan la respiraci¨®n. En el primero de ellos, Paul van Nevel -un mito aqu¨ª- y el Huelgas Ensemble han desplegado toda la fantas¨ªa imaginable para abordar en la catedral de Saint Pierre una selecci¨®n de obras polif¨®nicas del Renacimiento, entre 12 y 40 voces, con autores como Alessandro Striggio, el valenciano Juan Bautista Comes -una absoluta maravilla la interpretaci¨®n de su Gloria a 12, en tres grupos de a 4, con una precisi¨®n t¨¦cnica a la altura de su belleza embriagante-, Pieter Maessins, Giovanni Gabrielli, Josquin Desprez -de morirse de placer su Qui Habitat a 24-, Willem Ceuleers -un estreno a 35 de un autor vivo sobre un texto de Petrarca para conmemorar el 35? aniversario del Huelgas Ensemble-, Robert Wilkinson, Jo?o Louren?o Rebelo y Thomas Tallis -su Spem in Alium a 40 fue uno de esos momentos en que la interpretaci¨®n musical convive con la perfecci¨®n en un tono de incre¨ªble naturalidad-.
Paul van Nevel demostr¨® su dominio excepcional de los espacios en la polifon¨ªa y su habilidad para situar a los cantantes en los lugares m¨¢s apropiados en funci¨®n de las obras. Imprimi¨® un sello de vitalidad irresistible a todo el concierto. La afinaci¨®n fue impecable; la capacidad de empaste, irreprochable, pero sobre todo caus¨® asombro la alegr¨ªa de hacer m¨²sica sin renunciar un solo instante a un conocimiento y rigor t¨¦cnico excepcionales. El concierto fue un viaje de "descubrimientos, de sue?os, de utop¨ªas", como dice el propio Van Nevel aplicado al Renacimiento. Qu¨¦ gran m¨²sico este belga de aspecto bonach¨®n.
Directamente como viaje teatral y musical a Croacia medieval era la proposici¨®n del Ensemble Di¨¢logos con La visi¨®n de Tondal, una composici¨®n del siglo XII, en lat¨ªn, de un monje irland¨¦s llamado Marcus, a partir de un texto popular y visionario que suele considerarse precursor de la Divina comedia, de Dante. Dos visiones croatas de La visi¨®n han sobrevivido. Katarina Livljanic, cantante y music¨®loga, especialista en canto llano y m¨²sica lit¨²rgica de la Alta Edad Media, ha llevado a cabo el trabajo de reconstrucci¨®n a partir de los manuscritos gregorianos o glagol¨ªticos de la Dalmacia medieval, entre otras fuentes orales o escritas. El disco est¨¢ arrasando en Francia y ha merecido las calificaciones m¨¢s altas desde Le Monde de la Musique o Diapas¨®n hasta Goldberg. Son seis las mujeres que lo cantan y ponen en escena, con una sobriedad teatral que acerca el espect¨¢culo a un ritual entre lo religioso y el viaje interior. Los c¨¢nticos se suceden con una espiritualidad envolvente y m¨¢gica. La ceremonia invita a la meditaci¨®n. La mezcla de ra¨ªces latinas e influencias eslavas es apasionante. Momentos como el de la Salve regina -bisado al final del concierto para corresponder a las aclamaciones- son particularmente emotivos. El clima de concentraci¨®n en la sala era una respuesta l¨®gica a la intensidad de los planteamientos en el escenario. El elemento en cierta medida ex¨®tico tambi¨¦n favorece la capacidad de seducci¨®n, pero, sobre todo, es el esfuerzo heroico de seis mujeres austeras que cantan magn¨ªficamente bien, sin caer en protagonismos individualistas, al servicio de la expresi¨®n vocal contenida e ¨ªntima. El p¨²blico se qued¨® ensimismado y el ¨¦xito fue atronador.
Babelia
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