Cinco veces menos
El periodista jubilado Joaqu¨ªn de Pablo, especializado en temas econ¨®micos, ha enviado una carta en la que analiza un subt¨ªtulo publicado a cuatro columnas el pasado 28 de junio. Es ¨¦ste: "El consumo de agua representa s¨®lo el 1% del gasto familiar de los espa?oles, que gastan cinco veces menos en agua que en tel¨¦fonos m¨®viles". Considera que es un error usar la expresi¨®n cinco veces menos.
De Pablo lo explica as¨ª: "Si, como indican en el texto del art¨ªculo, 'la facturaci¨®n de agua urbana supuso el pasado a?o unos 3.000 millones de euros, mientras que la factura de los tel¨¦fonos m¨®viles, por ejemplo, ascendi¨® a 15.000 millones', esto quiere decir que el gasto en agua representa la quinta parte, o el 20%, que en m¨®viles. Pero no que se gaste cinco veces menos en agua que en tel¨¦fonos m¨®viles. Una vez menos supone situar el gasto en cero millones, porque representa un descenso del 100%. Y las otras cuatro veces situar¨ªan el consumo de agua en una cifra negativa de 60.000 millones de euros, es decir, un 400%. Y este gasto no puede ser negativo".
Hace unos meses, otro lector plante¨® una pregunta sobre una expresi¨®n similar: "Cuando dicen que una cantidad es tres veces m¨¢s que otra, ?qu¨¦ pretenden expresar, que es el triple o que es el cu¨¢druple?". Su argumento era ¨¦ste: si la altura de un edificio es tres veces la de otro (y=3x), no cabe duda de que y es el triple de x; pero si un edificio es tres veces m¨¢s alto que otro (y=x+3x) estamos diciendo que y es el cu¨¢druple de x aunque se pretenda decir que es el triple.
Como la cuesti¨®n puede analizarse desde dos ¨¢ngulos, la he planteado a un fil¨®logo y a un matem¨¢tico. Les adelanto que las conclusiones a las que llegan son distintas.
El fil¨®logo Ignacio Bosque, catedr¨¢tico de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia Espa?ola, explica que las expresiones citadas "se suelen llamar en sintaxis sintagmas diferenciales o grupos sint¨¢cticos diferenciales y se usan ¨²nicamente en las construcciones comparativas". Y agrega: "Sirven para establecer la diferencia que se reconoce entre las entidades que se relacionan en la comparaci¨®n. As¨ª pues, cuando se dice de una casa que es dos metros m¨¢s alta que otra, no se le atribuye una altura de dos metros, sino que se pone de manifiesto que esa magnitud (dos metros) establece la diferencia que existe entre dos medidas".
Voy a hacer un alto en la explicaci¨®n para precisar que, hasta aqu¨ª, la lengua castellana y el lenguaje matem¨¢tico coinciden. Si la casa y es dos metros m¨¢s alta que la casa x, se escribe que y=x+2. Una y otra expresi¨®n significan exactamente lo mismo.
Bosque, que ha coordinado junto con Violeta Demonte la Gram¨¢tica descriptiva de la lengua espa?ola, prosigue: "Se usa el sustantivo vez, junto con numerales o indefinidos, como una especie de comod¨ªn que permite formar grupos cuantificativos diferenciales en los que se establece una multiplicaci¨®n o una divisi¨®n. Estas expresiones modifican a los grupos comparativos, que pueden ser adjetivales (Es dos veces m¨¢s pesado que el otro; Esta novela me result¨® mil veces m¨¢s aburrida que la que me dejaste la semana pasada) o adverbiales (Com¨ªa cuatro veces m¨¢s que su hermano; El paquete grande pesa tres veces menos que el peque?o), entre otras posibilidades. La expresi¨®n dos veces m¨¢s, que es multiplicativa, se suele sustituir por el doble; tres veces m¨¢s se sustituye por el triple, etc¨¦tera. En el caso de tres veces menos o cuatro veces menos no hay m¨¢s sustitutos que la tercera parte o la cuarta parte".
Siguiendo esta pauta, la frase "los espa?oles gastan cinco veces menos en agua que en tel¨¦fonos m¨®viles" est¨¢, seg¨²n Bosque, "bien construida" y la respuesta a la pregunta del segundo lector es "indudablemente el triple".
El acad¨¦mico concluye: "Esta estructura se encuentra en los textos de los mejores escritores cl¨¢sicos y modernos. As¨ª, cuando Carlos Fuentes escribe en La silla del ¨¢guila "se va a China, donde el trabajador recibe diez veces menos que en M¨¦xico", est¨¢ diciendo "la cantidad que recibe en M¨¦xico dividida por diez". Cuando Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de Am¨¦rica Latina escribe "Potos¨ª tiene ahora tres veces menos habitantes que hace cuatro siglos" est¨¢ diciendo que tiene ahora el n¨²mero de habitantes que ten¨ªa hace cuatro siglos dividido por tres. Existen muchos casos semejantes en textos de todas las ¨¦pocas".
Antonio C¨®rdoba, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Matem¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y uno de los matem¨¢ticos espa?oles con m¨¢s prestigio internacional, coincide con Bosque en la respuesta a la pregunta del segundo lector, pero aporta significativos matices. "La expresi¨®n tres veces m¨¢s est¨¢ tan asumida que nuestro cerebro procesa autom¨¢ticamente el triple, aunque en un sentido estricto el lector tenga raz¨®n". C¨®rdoba explica que, en este caso, la lengua com¨²n se presta a confusi¨®n porque est¨¢ mezclando dos estructuras matem¨¢ticas diferentes: la multiplicativa (tres veces) y la aditiva (m¨¢s).
Al primer lector, el matem¨¢tico le da la raz¨®n: "Por mucho que la usen destacados escritores, utilizar la expresi¨®n cinco veces menos es una manera incorrecta de decir un quinto o la quinta parte", opina. La formulaci¨®n matem¨¢tica ser¨ªa en este caso y=x-5x, pero nunca y=x/5 porque la expresi¨®n cinco veces menos, que mezcla multiplicaci¨®n y resta, no cabe interpretarla como divisi¨®n.
C¨®rdoba considera que el uso de expresiones como cinco veces menos dificulta la ense?anza de las matem¨¢ticas en los institutos al propiciar que los alumnos incurran en errores. Por ello hace una petici¨®n: "Creo que los acad¨¦micos de la lengua deber¨ªan reflexionar y hacer un esfuerzo para que se evite su uso. Utilizar el triple o un tercio es m¨¢s preciso, no da pie a confusi¨®n. Desde el ¨¢mbito de las ciencias, la precisi¨®n es la mejor virtud que podemos aportar a la lengua com¨²n".
Ante argumentos tan dispares, ?qu¨¦ se puede concluir? Quien asuma el riesgo de ser malinterpretado puede sin duda utilizar unas expresiones que, en palabras del profesor Bosque, forman parte del sistema ling¨¹¨ªstico del espa?ol. Pero quien quiera evitar confusiones es mejor que no las use.
'Tom¨¤quet'
El s¨¢bado de la semana pasada fue publicado este otro subt¨ªtulo: "Ingrediente esencial de la cocina veraniega, los tomates se paladean en recetas como el gazpacho o el pa amb tumaca". Santiago Juv¨¦ ha enviado un mensaje en el que se muestra "molesto y sorprendido" por el maltrato infligido a la graf¨ªa catalana. "En catal¨¢n", precisa, "el t¨¦rmino corrientemente usado para el tomate es tom¨¤quet". Y pide "por lo menos el mismo respeto al catal¨¢n (y al gallego y al vasco) que a los idiomas extranjeros". Es una petici¨®n muy razonable y ante ese error s¨®lo cabe disculparse y hacer prop¨®sito de enmienda. Debe escribirse pa amb tom¨¤quet.
Una vez dejado claro el principio no puedo reprimir las ganas de contar que el t¨¦rmino tumaca tiene ya cierto predicamento en Madrid. Algunos bares anuncian pan tumaca y si uno lo pide le sirven pan con tomate y jam¨®n. ?Estamos presenciando el nacimiento de un neologismo?
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.
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