Gritar al mundo

Canta con las tripas. Proyecta su voz con la fuerza y energ¨ªa de quien necesita gritarle algo al mundo. El hecho de hacerlo en kurdo, para una mujer que naci¨® y vive en Turqu¨ªa, ya tiene su aqu¨¦l. No hace tanto que la simple palabra, kurdo, estaba all¨ª pr¨¢cticamente vetada. La de la pol¨ªtica del Estado turco hacia la minor¨ªa kurda es una herida cerrada artificialmente. ?ltimo cap¨ªtulo luctuoso: el atentado del s¨¢bado en Kusadasi.

Hay quien canta como diversi¨®n o para ganarse la vida; quien canta por necesidad vital, y, quien, adem¨¢s, expresa el sentir de un pueblo oprimido: con Aynur parecen cumplirse las dos ¨²ltimas premisas, as¨ª que la emoci¨®n est¨¢ asegurada.

Un acompa?amiento tradicional, ac¨²stico, que se agradece doblemente si se ha o¨ªdo antes su ¨²ltimo disco. Porque el concierto de Aynur, al menos el que ofreci¨® en La Mar de M¨²sicas, es infinitamente mejor que Ke?e Kurdan (Chica kurda), al que lastran una producci¨®n recargada y unas mezclas alambicadas. Ella misma confiesa amar el estilo antiguo del trovador y su baglama (peque?o la¨²d), y que ¨¦sa es la aut¨¦ntica voz de la m¨²sica kurda.

Ahmedo gan¨® en la interpretaci¨®n despojada que hizo en directo. Con la voz en primer plano. Un timbre c¨¢lido y melanc¨®lico, y ese melisma oriental que planeaba sobre la noche calurosa. El repertorio est¨¢ recogido entre las canciones del folclor. M¨¢s de quince ofreci¨® a un p¨²blico atento, que casi llenaba el recinto, y ante el que se sinti¨® un poco cohibida al principio.

A Aynur se la puede ver y escuchar en Crossing the bridge, un documental del cineasta Fatih Akin sobre la efervescente escena musical en Estambul, que se present¨® fuera de concurso en el pasado Festival de Cannes y que se ha proyectado estos d¨ªas en Cartagena, dentro del ciclo dedicado al cine turco.