Una cuadrilla en el frente de fuego

A ellos se les reconoce en el frente del fuego, por el que estos d¨ªas han pasado vecinos, curiosos y periodistas, porque visten siempre de amarillo, o de verde y amarillo. Armados con trajes ign¨ªfugos, palas, azadas y cascos, esperan ¨®rdenes para atacar las llamas.

Sus rostros, tiznados como sus trajes, muestran ya el cansancio de las 24 horas que llevan sin parar de trabajar (los turnos se han doblado). Las radios informan de la evoluci¨®n de los focos de fuego cercanos y, de vez en cuando, suben coordinadores de zona con v¨ªveres y agua.

"Hoy la cosa va bien. Hemos tenido que salir corriendo s¨®lo cuatro veces", se?ala ?lvaro Chico, de 19 a?os y con dos veranos en el ret¨¦n, que trabajan bajo la responsabilidad de la empresa TRAGSA.

"Hoy la cosa va bien. Hemos salido corriendo s¨®lo cuatro veces", dice un miembro de un ret¨¦n

Son mayoritariamente j¨®venes y cobran entre 600 y 1.200 euros mensuales

Lo del verano no es casual. Estos equipos s¨®lo funcionan de junio a septiembre y por eso, sus contratos, son temporales. "Bueno, fijos-temporales, porque repetimos de a?o a a?o", explicaba, desde "la zona segura" del ret¨¦n que trabajaba en la madrugada de ayer en Selas.

La entrada en un ret¨¦n es sencilla: un reconocimiento m¨¦dico, unas pruebas f¨ªsicas y un examen te¨®rico en el que se valoran los conocimientos que tengan sobre el comportamiento del fuego. "La rapidez de las pruebas est¨¢ en funci¨®n de cu¨¢ndo y cu¨¢ntos contrate la administraci¨®n a la empresa", explica Fernando Hinajaros, coordinador de un ret¨¦n procedente de la empresa de trabajo temporal UTE Incendios Cuenca, que ayer peleaba contra las llamas en el municipio de Eblanque.

Pese a que se juegan la vida en muchas ocasiones, sus sueldos son bajos. Oscilan entre los 600 euros mensuales de un miembro de tierra (en Espa?a, el Salario M¨ªnimo Interprofesional es de 513 euros) y los 1.200 euros de un equipo helitransportado (por la peligrosidad). "Eso s¨ª, con las pagas prorrateadas y ni un duro m¨¢s", puntualiza un compa?ero de ?lvaro. Si todo va bien, la actividad habitual de un ret¨¦n, normalmente compuesto por siete u ocho personas entre las que siempre hay un t¨¦cnico, consiste en labores de limpieza y de vigilancia del monte. Desbrozar, podar, quitar la le?a ca¨ªda... Tareas de prevenci¨®n para evitar males mayores cuando se produce un fuego.

"Un mont¨®n de tarea en un bosque como ¨¦ste, que adem¨¢s deber¨ªa hacerse en invierno porque son justamente todas esas ramas ca¨ªdas las que alimentan los fuegos. Pero eso es demasiado caro e interminable y ninguna Administraci¨®n lo hace. No se invierte en prevenci¨®n y luego pues... pasa lo que pasa", comentan entre ellos.

Pero cuando las cosas vienen mal dadas, como en este incendio que asola los montes de Guadalajara, sus labores se intensifican y los riesgos se multiplican exponencialmente.

A los ojos de un profano, resulta casi rid¨ªculo verles pelear contra un fuego tan persistente y virulento con cuatro herramientas. Pero lo peor es que a sus ojos tambi¨¦n resulta una batalla muy desigual: "No se puede enviar a la gente a los sitios sin un equipo de apoyo. Sin bulld¨®zer que abra cortafuegos, sin autobomba y con cuatro palas. Es querer apagar un incendio a pisotones", comentaba ayer uno de los antiguos compa?eros del ret¨¦n de los fallecidos.

Y as¨ª es. Unas veces con apoyo y otras sin ¨¦l. A palazo limpio, a azada limpia y a pisot¨®n limpio. Tratando de evitar que se reactiven las llamas ya apagadas, cavando y cavando y abriendo peque?os cortafuegos con la azada.

"Total, para nada. Estoy harto de hincharme de cavar para que luego todo el trabajo se vaya a la mierda porque el fuego se acaba apoderando de todo. Si no echan agua, la cosa es muy complicada", explica ?lvaro.

?Y si ahora el fuego viene para ac¨¢? "Pues a correr a lo quemado. Es lo m¨¢s seguro. Hasta que venga el agua", se?ala Ra¨²l Rama, de 28 a?os, y del ret¨¦n de Cuenca.