A veces oigo canciones
Es una verg¨¹enza que cientos de turistas espa?oles -o acaso deber¨ªamos expresarnos en tantos por ciento de vascos, catalanes, gallegos y el resto- no fueran avisados de la amenaza del hurac¨¢n Emily, pero hay que reconocer que eso pasa en otros aspectos de la vida, vamos, que a uno le pillan a veces totalmente desprevenido, porque, ?qu¨¦ hay del que ha cogido ya las maletas, se ha plantado en la carretera, y se entera de que esa musiquilla que oye repetida en sus o¨ªdos es una alucinaci¨®n reconocida oficialmente por los m¨¦dicos como un trastorno neuronal de tomo y lomo? O sea, que t¨², de repente, en la ducha, te pones a escuchar sin m¨¢s, sin equipo de m¨²sica ni radio, por la cabeza, alguna canci¨®n de Carlinhos Brown y resulta que eso puede venir por un trastorno neuronal de ag¨¢rrate y no te menees, y cuidado, que si la canci¨®n sigue all¨ª cuatro d¨ªas m¨¢s tarde puede que te haga falta un esc¨¢ner cerebral.
De ello se deduce que la constataci¨®n: "Tengo tal o cual canci¨®n dando vueltas en la cabeza" puede ser preocupante, sobre todo si se pregunta a los dem¨¢s por la m¨²sica y nadie, aparte de uno, oye nada. Al contrario que otros, que cuando se alejan de su lugar de residencia escuchan No llores por m¨ª, Argentina, o El pl¨¢tano es sensacional, y cosas as¨ª, es normal que, seg¨²n el doctor Victor As¨ªs, un psiquiatra del hospital St. Cadoc?s, de Gales, la gente afectada por alucinaciones musicales tienda a o¨ªr canciones que han o¨ªdo mucho en su juventud o que tienen un significado emocional importante para ellos. Y, ojo al dato, en dos tercios de los casos de las alucinaciones musicales estudiadas, la m¨²sica medioambiental que escuchaban los alucinados era religiosa.
En estos momentos, muchos estar¨¢n escuchando, por ejemplo, Una espiga dorada por el sol o Hacia ti, morada Saaaaanta, sin saber exactamente por qu¨¦ se les ha metido tal cancioncita en la cabeza, porque las alucinaciones musicales consisten en eso: puede que el dj o pinchadiscos no responda a sus ¨®rdenes. Lo malo de este estudio psiqui¨¢trico es que no aclara si las canciones emocionalmente trascendentes son aquellas que hemos aborrecido, o, por el contrario, aquellas que han quedado asociadas a recuerdos agradables como l¨²bricos retozones, fiestas inolvidables, campa?as electorales y ese tipo de cosas.
?Suena ahora alguna canci¨®n en su cabeza? Si la respuesta es afirmativa y la m¨²sica es del verano, no debe alarmarse demasiado. Por el momento, puede escuchar tranquilamente reggaeton o perreo sin preocuparse: seguramente es el imb¨¦cil del coche equipado con super-bafles de tropecientos decibelios que pasa por su calle amenizando al personal.
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