"Berlusconi, te odio"
El presidente del Gobierno italiano edita un libro que se mofa de ¨¦l
Prestidigitador, payaso, primer ministro de cabaret, verdulero, cenizo, vulgar, extremista, antidemocr¨¢tico, incapaz, analfabeto, dictador y, sobre todo, caradura. Mejor dicho, "el mayor de los caraduras". Son los apelativos que m¨¢s se repiten en un libro, Berlusconi, te odio (Arnoldo Mondadori), escrito por el mism¨ªsimo jefe de prensa de Forza Italia, Luca d'Alessandro, e ideado por el protagonista.
El libro recoge las declaraciones de la oposici¨®n italiana desde que Silvio Berlusconi lleg¨® al poder, como las de Gavino Angius, representante veterano de la izquierda, ahora miembro de los Dem¨®cratas de Izquierda (DS). El senador, en mayo de 2003, pidi¨® una cosa al presidente del Consejo: "Piedad". "Ah¨®rrenos a partir de ahora sus estupideces. Ya no sabemos si preocuparnos por la gravedad de sus afirmaciones o si morirnos de la risa", a?adi¨®.
El texto, que recoge bromas e invectivas, est¨¢ escrito por el jefe de prensa del propio partido de Berlusconi
Giuseppe Giulietti, diputado de DS, respondi¨® de esta forma a Berlusconi por acusar a la izquierda de mentirosa: "Deber¨ªa encender cada d¨ªa un cirio a su diablo protector para que no se haga realidad nunca el viejo dicho popular de que las mentiras tienen las piernas cortas. En este caso Berlusconi, que muy alto ya no es, no superar¨ªa los 10 cent¨ªmetros de altura".
Uno de los acontecimientos que suscit¨® m¨¢s reacciones fue la entrevista que Berlusconi concedi¨® al diario franc¨¦s Le Figaro en 2002. El jefe del Gobierno italiano aseguraba: "Los jueces que el Partido Comunista ha infiltrado en la magistratura han borrado de la vida pol¨ªtica los partidos que hab¨ªan gobernado Italia durante medio siglo". Francesco Bonito, otro diputado de la oposici¨®n, reaccion¨® as¨ª ante el an¨¢lisis berlusconiano: "Contin¨²a el delirio del presidente.
.. Evidentemente, Berlusconi debe haber sufrido de peque?o una psicosis que le empuja a ver el peligro rojo en todas partes. Me doy cuenta de que tiene que haber sido terrible".
En septiembre de 2003, un periodista pidi¨® a Berlusconi que hiciera una comparaci¨®n entre Mussolini y Sadam Husein. Berlusconi respondi¨® que se trataba de dictaduras diferentes, porque la segunda hab¨ªa provocado millones de muertos. Giulietti hizo de nuevo comentarios: "Berlusconi est¨¢ loco y es antropol¨®gica-mente diferente del resto de la raza humana".
M¨¢s fuertes, en otra ocasi¨®n, fueron las declaraciones de Oliviero Diliberto, secretario del Partido de los Comunistas Italianos (PDCI): "Berlusconi confirma nuestras m¨¢s oscuras previsiones de que es un fascista de verdad". En tono divertido, Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma y candidato en las pasadas elecciones, declar¨®: "No tenemos que seguir a Berlusconi a su terreno de patra?as. Ahora anunciar¨¢ su participaci¨®n en el festival de la canci¨®n de San Remo, aunque me sorprende que no haya dicho todav¨ªa que quiere concursar para Miss Italia".
El libro recoge tambi¨¦n las reacciones ante la agresi¨®n a Berlusconi ocurrida en las navidades pasadas, cuando un chico -por un impulso, declar¨® despu¨¦s- le lanz¨® un tr¨ªpode a la cabeza en el centro de Roma. Muchos se lo tomaron a guasa y difundieron por m¨®vil mensajes del tipo "participa en la iniciativa: 10 c¨¦ntimos para comprar un nuevo tr¨ªpode al chico que ha golpeado a Berlusconi".
Antonio di Pietro, ex fiscal anticorrupci¨®n y ahora eurodiputado centrista, comenta as¨ª el fen¨®meno: "Estamos en un momento en que en Italia se est¨¢ extendiendo un virus que llamo homo berlusconianus, una especie de pulmon¨ªa antidemocr¨¢tica; es ese sujeto que elige hacer pol¨ªtica por intereses privados, personales, y no en inter¨¦s de la comunidad".
Para el autor del libro, en cambio, esta publicaci¨®n es la ¨²nica manera de que "la gente pueda ver por fin que hay una forma muy agresiva y desagradable de hacer pol¨ªtica desde el otro lado".
Diferente es la personal conclusi¨®n del premio Nobel de literatura Dario Fo, tambi¨¦n citado en el libro: "Siempre se puede re¨ªr tras la tragedia. En el fondo, tambi¨¦n la de Berlusconi es la tragedia de un hombre rid¨ªculo".
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