_
_
_
_
Reportaje:GRANDES REPORTAJES

Hiroshima en la memoria

?Fue el fin de la II Guerra Mundial o el inicio de la guerra fr¨ªa? ?Sirvi¨® para ahorrar bajas de ambos bandos o fue s¨®lo una brutal demostraci¨®n de fuerza? Sesenta a?os despu¨¦s del lanzamiento de las primeras bombas at¨®micas sobre Jap¨®n, que causaron 200.000 muertos, el debate sigue abierto.

?Fue el fin de la II Guerra Mundial o el inicio de la guerra fr¨ªa? ?Sirvi¨® para ahorrar bajas de ambos bandos o fue s¨®lo una brutal demostraci¨®n de fuerza? Sesenta a?os despu¨¦s del lanzamiento de las primeras bombas at¨®micas sobre Jap¨®n, que causaron 200.000 muertos, el debate sigue abierto.

"Hace 16 horas, un avi¨®n norteamericano lanz¨® una bomba sobre Hiroshima y destruy¨® su utilidad para el enemigo (?). Es una bomba at¨®mica; significa aprovechar el poder esencial del universo. La fuerza de la que extrae su poder el Sol se ha desencadenado contra quienes llevaron la guerra al Extremo Oriente".

El mensaje radiof¨®nico del presidente Harry S. Truman el 6 de agosto de 1945 hizo suspirar de alivio a Estados Unidos porque supon¨ªa -Jap¨®n se rindi¨® el 15 de agosto- el final de la guerra en el Pac¨ªfico. A¨²n no se sab¨ªa que "el poder esencial del universo" hab¨ªa costado m¨¢s de 100.000 vidas en Hiroshima, que costar¨ªa otras 100.000 tres d¨ªas m¨¢s tarde en Nagasaki y que iba a abrir un cap¨ªtulo en la historia de la humanidad, y no de los mejores.

Sesenta a?os despu¨¦s, en EE UU las explosiones at¨®micas pertenecen a la historia, al debate acad¨¦mico y universitario. Por otra parte, con Hiroshima y Nagasaki ocurre lo mismo que con la Revoluci¨®n Francesa, seg¨²n la probablemente ap¨®crifa y citad¨ªsima frase de Zhou Enlai: "Es demasiado pronto para hablar de ello". No porque falte perspectiva, como suger¨ªa el astuto l¨ªder chino, sino porque es un asunto a¨²n tab¨² que produce descargas el¨¦ctricas al que lo aborda sin precauciones.

En su sondeo del milenio, el Pew Center encontr¨® que la mayor¨ªa en EE UU cree que el gran fracaso de su pa¨ªs y de sus Gobiernos en los ¨²ltimos 100 a?os ha sido Vietnam. Aunque el 63% dice que el desarrollo de las armas nucleares es uno de los cambios a peor en el siglo XX, ni Hiroshima ni Nagasaki reciben menciones destacadas. "Es algo que vemos muy lejano, no es f¨¢cil que haya gran inter¨¦s; lo que pas¨® fue horrible, pero pas¨® hace mucho. Es tambi¨¦n cuesti¨®n de generaciones: mi padre, que hizo la guerra y combati¨® en Italia, tiene todo m¨¢s presente, y, por ejemplo, sigue llamando a los japoneses japs, que es un t¨¦rmino muy despectivo. Pero para la gran mayor¨ªa de nosotros, Hiroshima y Nagasaki son historia", seg¨²n Marcy Kelley, una funcionaria de la Administraci¨®n especializada en ayuda al desarrollo.

"Hay todav¨ªa divisiones profundas", dice Daun van Ee, historiador de la Biblioteca del Congreso especializado en asuntos militares y editor de los escritos de Eisenhower, una tarea que le ha llevado 27 a?os. "Entre los historiadores, el debate contin¨²a. Entre la gente, hay mucha menos atenci¨®n hacia estas cosas. Pero las divisiones se mantienen".

El 6 de agosto de 1945, cuando se hizo p¨²blico en Washington su mensaje radiof¨®nico, Truman navegaba de regreso a Estados Unidos en el USS Augusta despu¨¦s de haberse reunido durante dos semanas en Potsdam con Winston Churchill e I¨®sif Stalin, al que le hab¨ªa dicho: "Tenemos una nueva arma de extraordinaria fuerza destructiva". Desde entonces, todo lo que tiene que ver con las primeras explosiones at¨®micas ha sido exhaustivamente documentado y discutido: la carta de Albert Einstein al presidente Roosevelt en 1939 alert¨¢ndole de "la posibilidad de desencadenar una reacci¨®n nuclear en cadena en una elevada cantidad de uranio" y la eventual "construcci¨®n de bombas", y pidi¨¦ndole que se acelerara la investigaci¨®n sobre el asunto porque los nazis estaban en ello; el ultrasecreto Proyecto Manhattan, dirigido por el f¨ªsico Robert Oppenheimer en Los ?lamos (Nuevo M¨¦xico); el exitoso primer experimento at¨®mico de la historia, el 16 de julio de 1945, en Alamogordo; la Declaraci¨®n de Potsdam del 26 de julio, en la que Truman y Churchill exigieron a Jap¨®n la rendici¨®n, y el rechazo japon¨¦s; las misiones de los aviones Enola Gay y Bock's Car, las explosiones de las dos bombas -Little Boy y Fat Man- y sus terribles efectos inmediatos y posteriores; las historias de los supervivientes; la rendici¨®n de Jap¨®n, el final de la II Guerra Mundial, y el comienzo de la guerra fr¨ªa y la era nuclear.

En los miles de libros y documentos basados en las declaraciones de los protagonistas hay dos tesis contrapuestas: la que dice que con las bombas se acab¨® la guerra mundial y la que afirma que con ellas empez¨® la guerra fr¨ªa. El primer argumento defiende que la decisi¨®n salv¨® a cientos de miles de japoneses y americanos porque aceler¨® el final de la guerra y evit¨® una invasi¨®n terrestre; el segundo cree que las bombas se lanzaron m¨¢s para enviar un mensaje a la URSS que para que Jap¨®n se rindiera. Como contaba en sus memorias el mariscal Zh¨²kov, despu¨¦s de que Truman le hablara a Stalin de "la nueva arma" el dictador sovi¨¦tico se lo dijo a M¨®lotov, comisario de Exteriores, y ¨¦ste reaccion¨® as¨ª: "Tenemos que hablar con Kurchatov [responsable del proyecto at¨®mico ruso] y decirle que acelere todo".

"Hemos usado la bomba at¨®mica para acortar la agon¨ªa de la guerra, para salvar las vidas de miles y miles de j¨®venes americanos", se lee en los documentos del presidente Truman. Los c¨¢lculos sobre las vidas americanas y japonesas que se habr¨ªan perdido en una invasi¨®n terrestre van desde las 100.000 hasta uno o dos millones. Pero "las pruebas obtenidas por la actual investigaci¨®n hist¨®rica demuestran que se podr¨ªan haber seguido otras opciones sin recurrir a la invasi¨®n, y que la guerra podr¨ªa haber acabado en noviembre", escribi¨® el historiador Barton Bernstein, de la Universidad de Stanford, en La reconsideraci¨®n de las bombas at¨®micas, publicado en el 50? aniversario. Lo que afirma Bernstein es que Washington ten¨ªa datos sobre el desplome japon¨¦s (a pesar de que semanas antes la terrible batalla de Okinawa se hab¨ªa saldado con decenas de miles de muertos por ambos bandos, entre ellos miles de civiles japoneses que se suicidaron cuando vieron todo perdido). La Marina ya no ten¨ªa capacidad operativa y la Fuerza A¨¦rea estaba diezmada. El orgullo nacional y la preocupaci¨®n por la suerte del emperador bloqueaban la rendici¨®n incondicional y los japoneses enviaron mensajes a Mosc¨² que Washington conoc¨ªa porque hab¨ªa interceptado los c¨®digos secretos. Harry Hopkins, emisario no oficial de la Casa Blanca con Churchill y Stalin, comunic¨® a Washington desde Mosc¨² a finales de mayo: "Los japoneses est¨¢n condenados, y lo saben". El propio general Eisenhower -aunque luego lo rectific¨®- dijo que las bombas no eran necesarias porque Jap¨®n estaba pr¨¢cticamente derrotado. Una posici¨®n similar se atribuye al general McArthur.

Pero la historia tambi¨¦n demuestra que, aunque algunos ministros japoneses hicieron gestiones para la rendici¨®n, el Gobierno de Tokio estaba dominado por el ala m¨¢s militarista, opuesta a la negociaci¨®n, y que dio ¨®rdenes de resistir hasta el ¨²ltimo hombre y de aplicar el c¨®digo samur¨¢i. Seg¨²n Koichi Kido, asesor del emperador, "los partidarios de la paz fuimos ayudados por la bomba at¨®mica en nuestro empe?o de acabar la guerra". Hisatsune Sakomizu, jefe de gabinete del Gobierno en 1945, consider¨® las bombas "una oportunidad de oro que el cielo le dio a Jap¨®n para acabar la guerra".

La discusi¨®n agit¨® tambi¨¦n durante d¨¦cadas a los cerebros de varios pa¨ªses que desarrollaron la bomba. En el libro 109, East Palace -la direcci¨®n de las oficinas del Proyecto Manhattan en Santa Fe-, la periodista Jennet Conant (nieta de James B. Conant, uno de los cient¨ªficos del proyecto) afirma que en los a?os posteriores "la comunidad cient¨ªfica sufri¨® una amarga divisi¨®n (?). Hab¨ªa una enorme conciencia de culpa y remordimiento entre algunos cient¨ªficos; otros estaban orgullosos de haber hecho lo que hac¨ªa falta en aquellos oscuros d¨ªas en los que la sombra del totalitarismo dominaba el mapa de Europa e Inglaterra estaba sola y a punto de caer bajo el dominio nazi, y otros estaban decididos a construir bombas a¨²n m¨¢s potentes para mantener la superioridad tecnol¨®gica de EE UU".

Todo esto forma parte del debate entre historiadores y de la vida universitaria, dice Teresa Prados-Torreira, profesora de Historia de Estados Unidos en el Columbia College de Chicago: "Todos los semestres surge este tema en mis clases, y mis alumnos lo discuten de forma abierta: los hechos, la pol¨¦mica sobre la necesidad de lanzar las bombas, el debate sobre el fin de la guerra? Claro que ¨¦stos no son temas habituales en la vida normal, pero en las facultades se discute e interesa". ?Los debates se mantienen siempre en el plano intelectual? "A veces hay discusiones crispadas, cuando los estudiantes citan casos personales -en general, los nietos de veteranos de la guerra- y las emociones cuentan. Pero mucho menos que con otros temas, como Vietnam o Irak. Adem¨¢s, la guerra mundial fue la guerra buena, la que se hizo por causas nobles".

La generaci¨®n de los veteranos de aquella guerra est¨¢ desapareciendo: en Estados Unidos mueren m¨¢s de 33.000 al mes, y ha habido en los ¨²ltimos tiempos un incremento en la simpat¨ªa que suscitan. Hace dos a?os se inaugur¨® su monumento en Washington. Daun van Ee fue el comisario de la exposici¨®n de la Biblioteca del Congreso sobre Churchill en 2004 y not¨® "un enorme inter¨¦s popular en la II Guerra Mundial y en el papel que los veteranos desempe?aron". Precisamente por eso surgieron hace una d¨¦cada enormes emociones pol¨ªticas cuando el Museo del Aire y del Espacio de Washington, de la Smithsonian Institution, quiso exhibir la reconstrucci¨®n del Enola Gay, el B-29 desde que el coronel Paul Tibbets dej¨® caer la bomba sobre Hiroshima. En el texto preparatorio de la exposici¨®n -en el que, en 1993, se describ¨ªa el proyecto- se dec¨ªa que EE UU hab¨ªa librado "una guerra de venganza" y que "para la mayor¨ªa de los japoneses fue una guerra de defensa de su cultura contra el imperialismo occidental".

El proyecto resolv¨ªa el gran debate -?las bombas salvaron m¨¢s vidas de las que quitaron?- asegurando que "ni la bomba at¨®mica ni una invasi¨®n eran necesarias para poner fin a la guerra en el Pac¨ªfico". En la parte final, y no sin advertir que pod¨ªa ser inconveniente para los ni?os, se detallaba la destrucci¨®n causada: fotos de v¨ªctimas, muertos, objetos retorcidos?

El alboroto que se organiz¨® es perfectamente descriptible. Grupos de veteranos protestaron: se suger¨ªa que la guerra mundial hab¨ªa sido "inmoral", la menci¨®n de Pearl Harbor era m¨ªnima, no se recog¨ªa "ninguna atrocidad japonesa" y no se dejaba constancia de la voluntad japonesa de combatir hasta el final. En oto?o de 1993, la revista Air Force se hizo eco de las quejas y recogi¨® una carta firmada por 5.000 veteranos que ped¨ªan que el Enola Gay se exhibiera "orgullosamente".

Seg¨²n John T. Correll, entonces director de la revista, "el debate de si las bombas eran necesarias es leg¨ªtimo. Pero aquella exposici¨®n no exploraba ese debate; era un insulto pol¨ªtico en el que Jap¨®n aparec¨ªa como la v¨ªctima, en lugar de como el agresor. Pr¨¢cticamente se acusaba a EE UU de cometer un crimen de guerra".

La bronca salt¨® a la prensa y al Congreso. El director del museo, Martin Harwit, admiti¨® que la exposici¨®n estaba en parte desequilibrada, e intent¨®, sin ¨¦xito, introducir cambios. El Senado aprob¨® una resoluci¨®n que consideraba la exhibici¨®n como "ofensiva para un gran n¨²mero de veteranos". En noviembre de 1994, medio centenar de historiadores -"la tendencia predominante entre los profesionales de la historia es que no fue necesario lanzar las bombas", subraya Van Ee- pidieron a la Smithsonian que no cediera a las presiones; pero, poco despu¨¦s, 81 congresistas exigieron la dimisi¨®n del director del museo. El 30 de enero de 1995, la exposici¨®n se suspendi¨®. En su lugar se prepar¨® una muestra de la restauraci¨®n del Enola Gay.

El Congreso convoc¨® dos sesiones de debate p¨²blico. Michael Heyman, secretario de la Smithsonian, dijo que el fallo b¨¢sico fue "intentar conjugar un debate hist¨®rico sobre el uso de las armas at¨®micas con el 50? aniversario del final de la guerra". Charles W. Sweeney, fallecido el a?o pasado y el ¨²nico militar que particip¨® en las dos misiones at¨®micas -pilot¨® un B-29 que flanqueaba al Enola Gay para fotografiar la operaci¨®n y, tres d¨ªas m¨¢s tarde, pilot¨® el avi¨®n que dej¨® caer la bomba sobre Nagasaki-, declar¨®: "Jam¨¢s celebrar¨¦ el uso de armas nucleares. Al contrario. Espero que mi misi¨®n haya sido la ¨²ltima. Pero eso no quiere decir que, dadas las circunstancias de agosto de 1945, el presidente Truman no estuviera obligado a usar todas las armas a su alcance para acabar la guerra. Estuve de acuerdo entonces con Truman y lo estoy hoy".

Sweeney escribi¨® despu¨¦s El fin de la guerra, en donde dijo sentirse "ofendido y traicionado" por "el intento de cambiar la historia de la guerra en el Pac¨ªfico". "A diferencia de Alemania, que reconoci¨® sus responsabilidades, Jap¨®n, con ayuda de algunos historiadores americanos, persiste en la ficci¨®n de que fue v¨ªctima de las circunstancias. Eso impide cualquier posibilidad de que cicatricen las profundas heridas sufridas por ambos pa¨ªses".

El director del museo, el astrof¨ªsico Martin Harwit, dimiti¨® el 2 de mayo. "Cre¨ª que 50 a?os despu¨¦s era un buen momento para la exposici¨®n, porque bastante gente que particip¨® en la guerra estaba a¨²n viva y pod¨ªa a?adir valiosos elementos al debate. Lo cre¨ª entonces y lo sigo creyendo ahora", dice desde su casa de Washington. ?Por qu¨¦ se organiz¨® el esc¨¢ndalo? "Hay gente a la que le es dif¨ªcil asumir la historia, porque teme que detr¨¢s de todo haya siempre un motivo pol¨ªtico. Nosotros intentamos presentar la historia: lo que Truman dijo, lo que dijeron los japoneses? Intentamos dar el marco de lo que la gente dec¨ªa y pensaba en 1945 pr¨¢cticamente sin interpretaciones. Pero hubo muchas emociones en juego, y siempre es un problema cuando las emociones se interponen a la hora de comprender la historia".

"?Ni hablar!", dice con brusquedad John T. Correll, el hombre que lider¨® la oposici¨®n a la muestra. "El propio Harwit admiti¨®, en el libro que escribi¨®, que la exposici¨®n estaba desequilibrada y que muchas de nuestras acusaciones eran ciertas. En absoluto fue un problema de emociones".

Hace cinco a?os, uno de los dos comisarios de la muestra, Michael Neufeld, declar¨® a The Philadelphia Inquirer: "Hay mucha gente en este pa¨ªs que no quiere que se discuta el lanzamiento de la bomba. Creen que el que quiera discutir si fue leg¨ªtimo o no debe ser un malvado antiamericano. El hecho de que haya habido 30 a?os de debate historiogr¨¢fico les parece irrelevante. Para ellos, la ¨²nica verdad es que la bomba evit¨® la invasi¨®n de Jap¨®n y acab¨® con la guerra. Fin de la discusi¨®n".

Martin Harwit, a pesar de los dos a?os de tensiones que pas¨® y de que la crisis le cost¨® la direcci¨®n del museo m¨¢s visitado de Estados Unidos (10 millones de personas al a?o) volver¨ªa a defender "exactamente la misma exposici¨®n" frustrada, y niega que el proyecto fuera sesgado o sectario. Correll, el hombre que gan¨® la pelea, tambi¨¦n har¨ªa lo mismo: "Creo que hicimos lo adecuado. No hay problema con la gente que estudia el tema, con las cuestiones que surgen, con las cr¨ªticas. Actuamos contra unos comisarios que decidieron que ten¨ªan que montar un show pol¨ªtico, nada que ver con un debate sobre hechos hist¨®ricos o una leg¨ªtima discusi¨®n sobre lo ocurrido".

La muestra reducida del Enola Gay y de algunos otros objetos -que el museo explic¨® como "la sustituci¨®n de una exposici¨®n interpretativa por un despliegue menos complicado"- fue visitada por cuatro millones de personas en tres a?os. El panel de presentaci¨®n dec¨ªa: "[Las bombas] destruyeron casi por completo las dos ciudades y causaron decenas de miles de muertos. Sin embargo, el uso de las bombas condujo a que Jap¨®n se rindiera inmediatamente e hizo innecesaria la planeada invasi¨®n de las islas japonesas. Esa invasi¨®n habr¨ªa causado muchas bajas entre las Fuerzas Armadas americanas, aliadas y japonesas, y entre los mismos civiles japoneses".

Harwit no cree que tenga mucho sentido plantearse hoy si la bomba at¨®mica fue o no necesaria en su d¨ªa, si la decisi¨®n fue adecuada: "Hasta cierto punto es irrelevante, porque no hay respuestas claras, definitivas. Hay que tener en cuenta lo que estaba pasando entonces y verlo desde la perspectiva de la gente que tomaba las decisiones. Esa gente tom¨® las decisiones que pens¨® que eran correctas, por las razones que fuera, y lo importante es entender esas razones m¨¢s que discutir si ten¨ªan raz¨®n o no".

Correll s¨ª cree que tiene sentido el debate sobre la necesidad de las bombas: "Aquello puso fin a una guerra que los japoneses no estaban dispuestos a finalizar. Es verdad que las bombas causaron muchos muertos, pero esto habr¨ªa que ponerlo en el contexto de los 17 millones de personas que murieron v¨ªctimas de la expansi¨®n imperialista japonesa entre 1931 y 1945. Jap¨®n no estaba dispuesto a acabar la guerra. Pod¨ªa haber habido una invasi¨®n terrestre, pero hab¨ªa cuatro millones de soldados listos para intentar rechazarla y miles de personas dispuestas a rodear su cuerpo de explosivos y hacerlos estallar? Con toda probabilidad, hubiera muerto m¨¢s gente en ambos bandos en caso de invasi¨®n de los que murieron entonces en esas dos ciudades. La guerra hubiera continuado". ?Y los que dicen que Jap¨®n estaba pr¨®ximo a capitular? "Es una pregunta que he respondido en varias ocasiones, pero ahora voy a contestar de otra manera: eso es mentira".

En todo caso, Harwit considera que es importante que haya informaci¨®n sobre c¨®mo se adopt¨® la decisi¨®n para saber qu¨¦ hacer si hay situaciones similares en las que est¨¢n en juego opciones con efectos de largo alcance. "Eso es lo que uno aspira a aprender de la historia, y eso es lo que quisimos hacer: ense?ar a la gente c¨®mo Truman se plante¨® el problema, lo que los japoneses pensaban y qu¨¦ planteamiento ten¨ªan sobre el final de la guerra? Comprender los motivos, los procesos reflexivos de la ¨¦poca".

Teresa Prados-Torreira a?ade las vinculaciones de lo sucedido hace 60 a?os con los problemas actuales: "Es muy dif¨ªcil no evocar cuestiones sobre la responsabilidad moral de tener armas nucleares, cuestiones sobre Corea del Norte, sobre Ir¨¢n, sobre los arsenales nucleares? Es un tema muy vivo, y todo se puede discutir en este pa¨ªs. Desde luego, cuando los estudiantes tienen los documentos delante, y la oportunidad de estudiarlos, criticar y hablar, lo hacen".

El astrof¨ªsico Harwit conf¨ªa en que en el futuro se podr¨¢ hacer una gran exposici¨®n sobre Hiroshima y Nagasaki, pero es consciente de que "desde el 11-S ha habido mucho ¨¦nfasis en la imagen de Am¨¦rica, y siempre que hay una oleada patri¨®tica fuerte es m¨¢s dif¨ªcil aprender de la historia, se cuestionan menos cosas". El historiador Daun van Ee cree que es normal que despu¨¦s del 11-S las cosas se vean de otra manera, incluidas las reflexiones hist¨®ricas: "Efectivamente es as¨ª. Sufrimos un atentado terrorista por sorpresa, y el abrumador movimiento a favor de medidas dr¨¢sticas increment¨® el sentimiento de que hay que proteger Estados Unidos para tratar de que una cosa as¨ª no vuelva a ocurrir".

El recuerdo vivo de los 'hibakusha'

No hace falta rescatar restos en Hiroshima para que los japoneses tengan presente la cat¨¢strofe de hace 60 a?os. Tampoco recurrir a la estad¨ªstica (11.574 casas quemadas y 1.326 destruidas, 73.884 muertos, 74.909 heridos) para entender que la memoria est¨¢ viva, porque el testimonio de los hibakusha -literalmente, gente afectada por la bomba, ya sea por la radiaci¨®n inmediata o por la lluvia negra- es suficiente y espeluznante.

"Rodeado de fuego, corr¨ª y corr¨ª. Hab¨ªa gente muerta a mi alrededor, y los que a¨²n estaban vivos se agarraban a mis tobillos pidi¨¦ndome que les salvara. No pod¨ªa hacer nada por ellos, as¨ª que me soltaba y segu¨ªa corriendo". Yoshitaka Kawamoto ten¨ªa 13 a?os.

"Tengo en la cabeza tres colores: negro, rojo y marr¨®n. Todo era negro cuando la explosi¨®n ocult¨® la luz del sol. Rojo era el color de la sangre de toda la gente lacerada y destrozada, y rojo el color de las llamas que abrasaban la ciudad. Y era marr¨®n el color de la piel quemada que se desprend¨ªa del cuerpo por la radiaci¨®n". Akiro Takakura, empleada de banca, ten¨ªa 19.

"Tengo que hacer una foto de todo esto, me dije. Pero cuando coloqu¨¦ mi c¨¢mara en posici¨®n no pude apretar el disparador. La escena era tan horrible que me qued¨¦ all¨ª, paralizado por aquel infierno. En el humo negro y las llamas, los ojos de los que estaban en el suelo parec¨ªa que me miraban. Vi a un cr¨ªo aferrado al pecho de una mujer que no se mov¨ªa. Otra mujer acunaba a su hijo, llorando, gritando su nombre y suplic¨¢ndole: '?Abre los ojos! ?S¨®lo ¨¢brelos!'. En todo este horror fui incapaz de tomar una sola foto". Yshito Matsushige ten¨ªa 32 a?os y era fot¨®grafo del Chugoku Shimbun. Al final logr¨® hacer dos fotograf¨ªas.

Son testimonios -hay miles- recogidos por los museos y fundaciones de Hiroshima. Cada 6 de agosto (como en Nagasaki tres d¨ªas despu¨¦s), la ciudad se abre al recuerdo con ceremonias, conciertos y actos. Y cada a?o, al anochecer, bajan por el r¨ªo Motoyasu las linternas flotantes con oraciones y reflexiones. Desde 2000, quien quiera puede participar en el Festival de las Linternas en una web: www.urban.ne.jp/home/tourou/index_e.html. Los mensajes se imprimen y flotan con las linternas: "La p¨¢gina no es un lugar para condenar o justificar las bombas, sino para que la gente exprese sus opiniones sobre la paz", dice el profesor Mitsuru Ohba, su responsable.

?C¨®mo hace Jap¨®n para vivir con la memoria de lo ocurrido? Algunos supervivientes, con el silencio, como escribi¨® Yoshitaka Matsusaka al Nobel de Literatura Kenzaburo O¨¦: "No podemos conmemorar el 6 de agosto, s¨®lo dejar que se vaya con los muertos. No podemos distraernos con los ostentosos preparativos. Los que conocemos el horror de la destrucci¨®n at¨®mica preferimos el silencio o, a lo sumo, algunas palabras y nuestro testimonio para la historia. Es natural que los antiguerra que pasan un d¨ªa en Hiroshima, el 6 de agosto, no entiendan los sentimientos de las v¨ªctimas". Toshiko Saeki, tambi¨¦n hibakusha, dijo: "S¨®lo queda el vac¨ªo, la ira. Sobrevivir a una bomba at¨®mica significa vivir con esos sentimientos".

A¨²n hay vivos m¨¢s de 300.000 hibakusha. En Norteam¨¦rica son un millar, y cada dos a?os, desde 1977, un grupo de m¨¦dicos japoneses les visitan para, junto a colegas estadounidenses, hacer pruebas de coraz¨®n y c¨¢ncer de colon y tiroides, y aliviar las huellas emocionales. El doctor Shizuteru Usui, que pertenece a ese equipo, era un ni?o en Hiroshima cuando la explosi¨®n. Estuvo hace dos meses en el Pacific Medical Center de Seattle, que dirige el doctor Richard Ludwig. "Ten¨ªa ocho a?os y estaba en el jard¨ªn jugando cuando cay¨® la bomba. Su casa qued¨® destruida, pero ¨¦l no sufri¨® da?os. Vio los muertos, los edificios destruidos? Todos los supervivientes tienen sus historias. Algunos arrastran el trauma, pero es interesante ver que la mayor¨ªa se ha recuperado, como Usui", dice Ludwig, quien ve dif¨ªcil generalizar: "Hay quienes tienen muy vivo el recuerdo, como una herida abierta. El de otros es m¨¢s distante. Es ya una historia que cuentan; dram¨¢tica, desde luego, pero diferente". La herida, abierta o cerrada, se canaliza de manera distinta, dice el m¨¦dico: "En algunos se nota el enfado; a otros les ocurre como a los alemanes tras la guerra: tienen como un remordimiento por lo que pas¨®; obviamente, no por el bombardeo, sino por la guerra. Y es frecuente que convivan los dos sentimientos, el de enfado y el de remordimiento".

El 6 de agosto de 2004, Tadatoshi Akiba, alcalde de Hiroshima, record¨® el descubrimiento de los 85 cuerpos en Nanoshima como un nuevo recuerdo de "lo absolutamente antihumano de las bombas at¨®micas y el terrible horror de la guerra". Akiba denunci¨® a EE UU por reanudar la investigaci¨®n sobre armas nucleares y critic¨® a los pa¨ªses que quieren tener arsenales at¨®micos. El alcalde plant¨® semillas y declar¨® el comienzo del A?o del Recuerdo y la Acci¨®n para un Mundo sin Armas Nucleares.

Misa Takebe, joven japonesa, cree que el recuerdo es positivo: "Es bueno guardar la memoria, aunque s¨®lo sea para evitar que se repita y mantener el deseo de paz". Takebe no quiere hablar por sus compatriotas, pero cree que en los actos de conmemoraci¨®n "no hay ataques contra EE UU, no hay resentimiento, aunque parezca extra?o". ?C¨®mo se lo explica? "Probablemente por la educaci¨®n. Hemos sido educados sobre lo que pas¨® y lo horrible que fue, pero en el contexto de que en el mundo pasan cosas malas, sin conexi¨®n directa con los norteamericanos. Y no hay ira. Predomina un deseo de paz".

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
mfhoudan.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
jerusalemdispatch.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
worldhealthstory.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
techguroh.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com