"?Un comunicado hist¨®rico?"
?Es el ¨²ltimo comunicado del IRA realmente hist¨®rico? Este calificativo ha sido utilizado en numerosas ocasiones a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada en Irlanda del Norte. Otros anuncios previos de la organizaci¨®n terrorista tambi¨¦n generaron optimistas expectativas que posteriormente dieron paso a la decepci¨®n. La atenci¨®n medi¨¢tica que los pronunciamientos del grupo terrorista despiertan suele desvanecerse gradualmente evit¨¢ndose de ese modo un examen riguroso del verdadero alcance de los mismos. La valoraci¨®n de los comunicados del IRA obliga a analizar tanto el contexto en el que ¨¦stos se producen como sus contenidos. En primer lugar, es necesario tener presente que quien firma la reciente declaraci¨®n es una organizaci¨®n terrorista responsable del asesinato de miles de seres humanos que todav¨ªa hoy contin¨²a amenazando, intimidando y financi¨¢ndose a trav¨¦s de actividades criminales.
As¨ª lo han constatado los primeros ministros brit¨¢nico e irland¨¦s y la comisi¨®n independiente que tiene como misi¨®n juzgar si realmente los grupos terroristas norirlandeses respetan sus declaraciones formales de alto el fuego. Las denuncias contra el IRA por parte de tan relevantes actores ha colocado en los ¨²ltimos meses una gran presi¨®n sobre el grupo liderado por Gerry Adams. El contexto internacional la ha intensificado propiciando este gesto p¨²blico del grupo terrorista, pues en el escenario creado por el 11-S, el 11-M y el 7-J es impensable que el IRA vuelva a colocar bombas en Londres o a matar indiscriminadamente a civiles. En realidad, declarar el final de "su campa?a armada" es en este momento redundante, pues poco probable era que el IRA perpetrara otra vez atentados que facilitaran la equiparaci¨®n de Adams con Bin Laden cuando el primero ha invertido tanto en rehabilitar su imagen llegando al extremo de fotografiarse con Juan Pablo II.
Hace tiempo que los dirigentes del IRA han abandonado su denominada "lucha armada" conscientes de la ineficacia de la misma despu¨¦s de 30 est¨¦riles a?os de asesinar sin conseguir sus objetivos. As¨ª lo constata el hecho de que quienes asesinaron por una Irlanda unida aceptan hoy administrar la limitada autonom¨ªa que bajo soberan¨ªa del Gobierno brit¨¢nico se introdujo en la regi¨®n en 1999 y que permanece suspendida desde 2002 por las diversas actividades del IRA, entre ellas el espionaje de dichas instituciones o el cuantioso robo a un banco en Belfast. No renunciaron los responsables del IRA a mantener presente al grupo terrorista como elemento de presi¨®n con el que coaccionar a sociedad y pol¨ªticos, prometiendo por un lado su desaparici¨®n pero condicion¨¢ndola a que el Sinn Fein recibiera concesiones pol¨ªticas. Esta estrategia ha generado numerosos enga?os, siendo Tony Blair v¨ªctima de uno de ellos cuando en 1999, despu¨¦s de una conversaci¨®n privada en la que dirigentes del Sinn Fein le transmitieron lo mismo que el grupo terrorista acaba de anunciar ahora, el premier brit¨¢nico declar¨® que el IRA estaba dispuesto a acometer "un gesto de proporciones s¨ªsmicas" en lo referente a su desarme. Cuando finalmente el IRA entreg¨® algunas de sus armas, lo hizo sin satisfacer las expectativas, mientras los servicios de inteligencia descubr¨ªan que el grupo hab¨ªa ordenado fabricar nuevos morteros. En octubre de 2003, Adams pronunci¨® otro de esos supuestamente "hist¨®ricos" discursos que el tiempo ha expuesto como mera palabrer¨ªa al no ir acompa?ado de hechos. Entonces, como ahora el IRA, Adams ya declar¨® que exist¨ªa alternativa a la violencia afirmando su "compromiso absoluto con los m¨¦todos exclusivamente democr¨¢ticos y pac¨ªficos", oponi¨¦ndose a "cualquier uso de la fuerza o amenaza con fines pol¨ªticos". Quienes interpretaron que Adams estaba cerrando la empresa que dirige desde hace 30 a?os, el IRA, se vieron decepcionados. Por tanto, para que las nuevas palabras del IRA reciban el calificativo de hist¨®ricas requieren actos concretos que les den credibilidad.
Es oportuno destacar que el IRA no ha anunciado su completa desaparici¨®n, en cuyo caso Adams habr¨ªa perdido el instrumento a trav¨¦s del cual ha chantajeado a Gobiernos y pol¨ªticos. Este chantaje ha sido aceptado en el pasado por dirigentes que estimaron que as¨ª facilitaban la transici¨®n del terrorismo a la democracia, pero que ahora contemplan alarmados las consecuencias de su equivocada estrategia al haber logrado fortalecer al Sinn Fein, hoy el partido nacionalista m¨¢s votado en Irlanda del Norte. Muchos de ellos aceptan que hubiese sido m¨¢s eficaz haber exigido al Sinn Fein lo mismo que se requerir¨ªa de otro partido para su plena aceptaci¨®n en la democracia, rechazando favoritismos inspirados en la presencia coaccionadora de un grupo terrorista a la sombra de un partido que ha explotado as¨ª el sistema democr¨¢tico. El tiempo demostrar¨¢ si las t¨¢cticas han cambiado.
Rogelio Alonso es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
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