La perturbadora trayectoria del terrorismo
Tras los dos ataques terroristas consecutivos contra el sistema de transportes de Londres, a principios de este mes, los atentados mortales del s¨¢bado en Sharm el Sheij (Egipto) imprimen un giro especialmente peligroso en lo que se ha convertido en un azote terrorista global. Deben desencadenar una respuesta pol¨ªtica y policial cualitativamente distinta y m¨¢s eficaz que la que ha prevalecido hasta la fecha durante los ¨²ltimos a?os.
Ser¨ªa un liderazgo irresponsable, incompetente y moralmente vacuo, que rayar¨ªa en la negligencia delictiva, que los mandatarios nacionales egipcio, brit¨¢nico, estadounidense o cualquier otro se limitaran a decir que se garantizar¨¢n la seguridad, que los terroristas ser¨¢n derrotados, que nuestra vida seguir¨¢ adelante y que defenderemos nuestros valores. Alguien deber¨ªa decirles a los emperadores que van todos desnudos, y que el seguir con su pol¨ªtica s¨®lo perpetuar¨¢ y exacerbar¨¢ el problema del terrorismo global en lugar de derrotarlo.
Sharm el Sheij no es s¨®lo un radiante centro tur¨ªstico. Es el icono de todo lo que Egipto pretende representar en la regi¨®n y en el mundo
La ¨¦lite de Egipto se ve desafiada pac¨ªficamente por la oposici¨®n pol¨ªtica y de forma violenta por una nueva generaci¨®n de terroristas locales
Los atentados de Sharm el Sheij son especialmente preocupantes y pol¨ªticamente significativos por diversas razones. La m¨¢s importante es que confirman la dedicaci¨®n, resistencia y determinaci¨®n de los terroristas que practican tal salvajismo ante un Estado ¨¢rabe muy poderoso e incluso m¨¢s feroz y decidido. Aqu¨ª, la iconograf¨ªa pol¨ªtica es profunda.
Alto precio
El Estado egipcio ha librado una fiera batalla contra militantes y terroristas islamistas desde principios de los a?os noventa; a finales de esa d¨¦cada hab¨ªa derrotado a la mayor¨ªa, pero a un precio muy alto. Miles de sospechosos han ido a prisi¨®n y siguen all¨ª, y la fr¨¢gil seguridad conseguida ha tra¨ªdo consigo la militarizaci¨®n del pa¨ªs y sus instituciones. El control casi absoluto del Estado y la sociedad ha exigido la prohibici¨®n, la neutralizaci¨®n o la humillante marginaci¨®n de todas las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas civiles que podr¨ªan desafiar pac¨ªfica y pol¨ªticamente al poder combinado de las fuerzas armadas y el Partido Nacional Democr¨¢tico del presidente Hosni Mubarak, eternamente en el Gobierno.
As¨ª, la ¨¦lite dominante de Egipto se ve desafiada por dos fuerzas del pa¨ªs a la vez. Se enfrenta al reto pac¨ªfico de su sociedad civil y de la oposici¨®n pol¨ªtica, que han iniciado una campa?a cada vez m¨¢s intensa para retirar a Mubarak tras sus 24 a?os de gobierno. Tambi¨¦n se ve desafiada de forma violenta por una nueva generaci¨®n descarada y agresiva de terroristas egipcios aliados con la red Al Qaeda de Osama Bin Laden, que ahora ataca frontalmente a los s¨ªmbolos del Estado egipcio. ?ste es un terrorismo perpetrado por peque?os grupos de hombres que no temen a uno de los Estados ¨¢rabes m¨¢s poderosos pero incapaz de responder al desaf¨ªo con otros medios que no sean la fuerza policial, que no ha hecho sino generar m¨¢s j¨®venes airados y humillados que se convierten en terroristas.
Sharm el Sheij no es s¨®lo un radiante centro tur¨ªstico del mar Rojo. Es el icono de todo lo que Egipto pretende representar en la regi¨®n y en el mundo. Sharm el Sheij es donde Egipto celebra habitualmente cumbres ¨¢rabes y ¨¢rabe-israel¨ªes, asambleas contra el terrorismo global junto a presidentes estadounidenses y otros l¨ªderes occidentales, y otras reuniones de emergencia con gente muy importante. Es el escaparate de la modernidad egipcia, la inversi¨®n extranjera, la expansi¨®n tur¨ªstica, los ingresos de divisas, la planificaci¨®n s¨®lida y, sobre todo, una estricta seguridad garantizada por el Estado y sus cientos de miles de soldados y polic¨ªas armados.
Los atentados de hace unos meses en Taba, en la zona norte de la misma pen¨ªnsula del Sina¨ª, desencadenaron un significativo aumento de la seguridad en toda la regi¨®n, junto con el encarcelamiento de cientos de sospechosos. Pero el pasado s¨¢bado, los terroristas desafiaron al Estado egipcio en su joya de la corona y la sembraron de bombas casi a discreci¨®n. Alguien deber¨ªa decirles a los grandes l¨ªderes de los poderosos pa¨ªses ¨¢rabes y del mundo libre que la depravaci¨®n moral y la criminalidad de esta acci¨®n terrorista se ven totalmente equiparadas por su audacia y simbolismo pol¨ªtico. Condenar el crimen sin comprender sus implicaciones pol¨ªticas y sus causas subyacentes ser¨ªa el colmo de la falta de profesionalidad de cualquier l¨ªder pol¨ªtico.
Pero eso es lo que parecen estar haciendo Blair, Bush, Mubarak y la mayor¨ªa de los l¨ªderes, al resaltar los motivos del extremismo religioso, la educaci¨®n distorsionada, la alienaci¨®n social, la pobreza, los anhelos hist¨®ricos, los traumas psicol¨®gicos, los impulsos m¨ªsticos y la angustia cultural como principales detonadores de los terroristas suicidas.
Los l¨ªderes no reconocen suficientemente los complejos procesos y legados pol¨ªticos acumulados que inducen a unos j¨®venes normales a convertirse en terroristas suicidas. El camino que lleva a un ciudadano corriente a convertirse en un terrorista est¨¢ pavimentado principalmente por las consecuencias de las pol¨ªticas de numerosos Gobiernos ¨¢rabes, occidentales, por el Ejecutivo israel¨ª y otros, y no esencialmente por las flaquezas o inclinaciones de seres humanos individuales.
Nueva tendencia
La combinaci¨®n de los atentados en Londres y Sharm el Sheij con tanta proximidad tambi¨¦n subraya la peligrosa nueva tendencia de los grupos y movimientos terroristas, que toman autonom¨ªa y se reparten por todo el mundo, a la vez que utilizan simult¨¢neamente t¨¦cnicas y materiales m¨¢s letales. Estos asesinos de barrio, que son m¨¢s dif¨ªciles de detectar y eliminar, tampoco tienen miedo a desafiar directamente a pa¨ªses grandes y poderosos que son su n¨¦mesis, como EE UU, Reino Unido y Egipto, entre otros. Sharm el Sheij subraya todo esto de forma aterradora. Lamentablemente, es probable que ya hayamos derramado la gota que colma el vaso en lo que respecta a la producci¨®n o disuasi¨®n de terroristas: las pol¨ªticas de Estados Unidos, el Reino Unido y la mayor¨ªa de los Gobiernos ¨¢rabes ahora est¨¢n promoviendo y fomentando m¨¢s que asesinando, capturando o disuadiendo a terroristas.
La guerra global contra el terrorismo dirigida por Washington y Londres, con su pretendido fulcro en Irak, quiz¨¢ haya empezado a producir una nueva generaci¨®n de asesinos preparados, astutos y localizados que act¨²an por todo el mundo. Incluso el 23 de julio en Sharm el Sheij.
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