Agust¨ªn Centeno, exiliado santanderino en M¨¦xico
Acaba de fallecer en la ciudad de M¨¦xico Agust¨ªn Centeno Galv¨¢n, a punto de cumplir 86 a?os. Perteneciente a una conocida familia de comerciantes santanderinos, el golpe militar de 1936 le sorprendi¨® en la capital de Cantabria como militante de las Juventudes Libertarias, present¨¢ndose en el primer momento voluntario para enrolarse en el ej¨¦rcito popular de la Rep¨²blica, donde alcanz¨® el grado de capit¨¢n. Hecho prisionero en Alicante, donde ejerc¨ªa la jefatura del Estado Mayor, y trasladado a Santander, fue sometido a consejo de guerra por los sublevados triunfantes y acusado de "auxilio a la rebeli¨®n". Le condenaron a 20 a?os. En la siniestra Prisi¨®n Provincial de Santander coincidi¨® con el poeta Jos¨¦ Hierro, que le dedic¨® algunos poemas, que Centeno llevaba siempre grabados en su portentosa memoria.
Ni Centeno ni Hierro hab¨ªan cumplido los 20 a?os cuando fueron testigos aterrados de la terrible represi¨®n que los vencedores de aquella guerra incivil aplicaron a quienes no hab¨ªan logrado huir de Espa?a tras la victoria de tan sanguinarios golpistas. De la prisi¨®n provincial de Santander y de conventos y f¨¢bricas cercanos, convertidos a toda prisa en campos de prisioneros, salieron miles de personas hac¨ªa el pelot¨®n de fusilamiento -o para ser paseados y arrojados en las fosas comunes habilitadas en una esquina del actual cementerio municipal de Ciriego-, entre ellos, numerosos dirigentes pol¨ªticos y la directora del diario La Regi¨®n, Matilde Zapata, hasta sumar unas 8.000 v¨ªctimas, seg¨²n cifras que los historiadores van completando tras poner nombres y apellidos a quienes siguen enterrados en fosas comunes (1.207 personas s¨®lo en la capital c¨¢ntabra).
Centeno salv¨® su vida y pudo unirse al amplio colectivo de c¨¢ntabros que rehicieron su proyecto vital en la capital de M¨¦xico, donde cas¨® con Manolita Alonso, una de las hijas del diputado por Cantabria durante la II Rep¨²blica, Bruno Alonso. Vivi¨® plenamente integrado en esta gran familia el resto de su vida. La Fundaci¨®n Bruno Alonso, creada en Santander para impulsar la recuperaci¨®n de la obra pol¨ªtica y parlamentaria del ejemplar dirigente del PSOE c¨¢ntabro, cont¨® siempre con la generosa ayuda, incluso econ¨®mica, de Agust¨ªn Centeno que, dotado de gran esp¨ªritu organizativo e intensa capacidad de trabajo, triunf¨® en M¨¦xico como dirigente del mayor fabricante de envases de cristal (el Grupo Difa, con casi 50 empleados), del que era presidente corporativo hasta su jubilaci¨®n efectiva, hace solamente unos meses.
Persona de gran bondad, trato afable y extremada cortes¨ªa, Centeno era un gran embajador oficioso de su patria chica en M¨¦xico. Cualquier c¨¢ntabro que le tuviera como gu¨ªa sab¨ªa de su solicitud y generosidad. El Ateneo de Santander le distingui¨®, por ese y otros muchos m¨¦ritos, con el t¨ªtulo de Monta?¨¦s del A?o, aunque su delicado coraz¨®n no le permiti¨® viajar a Espa?a para recibirlo.
Representante de la llamada segunda generaci¨®n del exilio republicano en Am¨¦rica, fue intensa su participaci¨®n en el Centro Monta?¨¦s y en otras organizaciones de car¨¢cter social y cultural. El empresario de la comunicaci¨®n Eulalio Ferrer, tambi¨¦n un jovenc¨ªsimo dirigente de las Juventudes Socialistas santanderinas antes de exiliarse a M¨¦xico -tras penar en los detestables campos de concentraci¨®n franceses: sobre ese tiempo ha escrito un hermoso libro, Entre alambradas- dijo al conocer la inesperada noticia del fallecimiento de Centeno, el 20 de julio: "Se ha muerto una parte de mi vida". Con Centeno, efectivamente, desaparece una parte grande del exilio republicano en M¨¦xico.-
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