Espa?a, peor que T¨²nez, Zimbabue o Eslovenia

Dice Carles Subirana, seleccionador espa?ol de nataci¨®n, que el criterio de selecci¨®n para acudir al Mundial de Montreal era uno solo: "Hacer la m¨ªnima en C¨¢diz, en los Campeonatos de Espa?a de mayo". Sorprende por ello ver en el equipo a numerosos nadadores que no lograron hacer la m¨ªnima en C¨¢diz: Olaf y Ashwin Wildeboer, Eduard Lorente, David Ortega y ?ngela San Juan.

El caso de ?ngela San Juan es especialmente raro. La federaci¨®n en sus informes reza que no fue convocada por sus m¨ªnimas en C¨¢diz sino por su gran actuaci¨®n en el Europeo de Madrid de 2004, que fue previo a los Juegos de Atenas. Sin embargo, la nadadora del Canoe no fue llamada para los Juegos a pesar de estar en buena forma. Ha acudido a Montreal, en cambio, a pesar de haber estado un mes escayolada con una fractura de mu?eca. Al llegar a Canad¨¢ ten¨ªa dificultades para lanzarse al agua de cabeza por el dolor. Le dol¨ªa el brazo.

Lluis Bestit, que es m¨¦dico y vicepresidente de la federaci¨®n, explica lo siguiente: "Al estar inmovilizada con la escayola se crean adherencias y para mover la mano hay que romper estas adherencias. Esto es lo que duele. Pero los m¨¦dicos han asegurado que puede nadar".

?ngela San Juan pod¨ªa nadar pero no pod¨ªa competir con la estonia Trim Aljand (27,31 segundos), ¨²ltima clasificada, para meterse en las semifinales. La nadadora madrile?a ya tuvo bastante m¨¦rito con hacer 27,80 segundos. Con ese tiempo, en la clasificaci¨®n general, s¨®lo le dio para colocarse en la vigesimosexta posici¨®n. En el estado en el que se encontraba no pudo hacer nada m¨¢s.

Los t¨¦cnicos espa?oles llegaron a Montreal con un objetivo principal y otro secundario, pero derivado del principal. Primero, se propusieron, como dijo Paul Wildeboer, "entrar en finales". Segundo, "hacer r¨¦cord de Espa?a". Para entrar en una final, tal y como ruedan los cron¨®metros, esto ¨²ltimo se hac¨ªa imprescindible. Pues bien: el primer objetivo fue conseguido por Erika Villaecija en dos ocasiones agarr¨¢ndose a la ¨²ltima plaza, la octava. Lorente hizo lo propio en cuarta posici¨®n. Tal y como camina la nataci¨®n espa?ola sus dos casos deben considerarse heroicos. Pero Erika y Lorente no rebajaron sus mejores marcas personales. Esto fue algo imposible para todos los nadadores espa?oles en Montreal salvo para uno: Marco Rivera, que hizo 15m 19,42 segundos en 1.500. Curiosamente, a Rivera no lo entrena ninguno de los entrenadores que acudieron a Canad¨¢. El hombre se prepar¨® solo.

Paul Wildeboer, Joan Fortuny y Carles Subirana, el triunvirato de t¨¦cnicos destacados en Montreal, se propusieron finales porque las medallas est¨¢n demasiado caras. Pero a la vista de los hechos parece natural que Espa?a s¨®lo haya participado en tres finales (dos sextos puestos y un octavo). Se la adelantaron pa¨ªses como Grecia, Polonia, Eslovenia, Ucrania o Croacia. Y T¨²nez, Sud¨¢frica y Zimbabue, que compitieron en el mismo n¨²mero de finales, consiguieron todos medalla.