Los Juegos que pudieron ser
Mosc¨² 80 sobrevivi¨® al primer gran boicoteo ol¨ªmpico, un punto de inflexi¨®n en el deporte
Juan Antonio Samaranch siempre dice que Jimmy Carter, presidente de EE UU entre 1976 y 1980, hombre de paz y mediador en conflictos tantas veces despu¨¦s, ha sido uno de los mayores enemigos del olimpismo. ?l promovi¨®, en su a?o de despedida del cargo, el primer gran boicoteo a los Juegos para danar a la URSS por su ivasi¨®n de Afganist¨¢n. Inauguraba as¨ª, con toda la fuerza pol¨ªtica, la utilizaci¨®n ol¨ªmpica como arma arrojadiza entre los dos grandes bloques. Cuatro a?os antes, en Montreal 76, casi todos los pa¨ªses africanos, abandonaron la ciudad canadiense como protesta al no aceptar el COI su petici¨®n de expulsar a Nueva Zelanda, cuya selecci¨®n de rugby, los All Blacks, estaba de gira por Sur¨¢frica, a¨²n en pleno apartheid. Aquello fue s¨®lo un aviso. En Mosc¨² result¨® mucho m¨¢s grave. S¨®lo la gran maquinaria estatal salv¨® unos Juegos devaluados, aunque dejaran huella de buena organizaci¨®n.
Pero la realidad deportiva y ol¨ªmpica fue una gran frustraci¨®n. Los Juegos que pudieron ser de no haberse producido la ausencia de EE UU y de una mayor¨ªa de pa¨ªses y deportistas del bloque occidental han dejado para la historia una inc¨®gnita de haza?as perdidas ya indescifrable.
Sin embargo, Samaranch, elegido presidente en medio de semejante panorama, tambi¨¦n vio que duelos como los de Sebastian Coe y Steve Ovett, o haza?as sin rivales estadounidenses, a¨²n pod¨ªan mantener la grandeza del olimpismo vapuleada por los pol¨ªticos. El dirigente espa?ol se encontraba con un negocio casi en ruinas y amenazado y a¨²n deber¨ªa ganar muchas batallas internas y externas. Sin ir m¨¢s lejos, la de cuatro a?os despu¨¦s, cuando se enter¨®, en plena recepci¨®n del presidente Ronald Reagan, que el bloque del Este boicoteaba los Juegos de Los ?ngeles 84. Andrei Gromyko, el todopoderoso ministro de Exteriores sovi¨¦tico era el cerebro de la revancha, seg¨²n Samaranch.
En la ciudad californiana, Coe gan¨® tambi¨¦n los 1.500 y fue plata en los 800, derrotado por el brasile?o Joaquim Cruz. Ovett s¨®lo pudo ser ya octavo. Los Juegos de 1984 pudieron ser a¨²n m¨¢s grandes que los de Mosc¨², pues s¨®lo las ausencias de la URSS y la RDA, los dos grandes rivales de Estados Unidos, fueron mucho m¨¢s graves. Pero el olimpismo tambi¨¦n sobrevivi¨®, porque todos los Coe-Ovett que en la historia han sido, acabaron ganando a la guerra fr¨ªa.
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