El Bot¨¢nico rinde homenaje a Carl Linneo con fotos de Edvard Koinberg
La exposici¨®n estar¨¢ abierta hasta septiembre en el pabell¨®n Villanueva
El Real Jard¨ªn Bot¨¢nico, ese oasis que late silencioso en medio del Madrid m¨¢s agitado, celebra en su escenario del paseo del Prado un impar homenaje a una de las personas que m¨¢s hicieron por divulgar los saberes de la bot¨¢nica: el sueco Carl Linneo (Rashult, 1707-Upsala, 1778). Con el aval de entidades privadas y p¨²blicas como el Instituto Sueco, Herbarium amoris, rinde tributo a la sabidur¨ªa del cient¨ªfico n¨®rdico, en una exposici¨®n de fotograf¨ªas de Edvard Koinberg, artista sueco enamorado de su trabajo.
No hay m¨¢s que contemplar las 35 fotograf¨ªas expuestas para confirmar tal amor¨ªo. La belleza exhibida no s¨®lo surge a raudales de la sinfon¨ªa de rojos, granates, violetas, amarillos y verdes, que hace vibrar de vida cada una de las flores retratadas; tambi¨¦n se palpa en los pliegues aterciopelados que forman los p¨¦talos de las rosas y en las caprichosas rugosidades de sus corolas, que el objetivo de Koinberg ha escogido de entre las flores de su fastuoso jard¨ªn particular. As¨ª, es imposible optar entre la finura de un Lilium martagon, con su titilante artificio de estambres y pistilos, y la de un Nuphar luteum, el nen¨²far que exhibe la geometr¨ªa ¨¢urea de sus entra?as.
Las fotograf¨ªas se muestran al visitante en dos formatos, uno mural y otro de tr¨ªadas en paneles. Desde ambos es posible gozar de todo su esplendor gracias, adem¨¢s, a que el pabell¨®n Juan de Villanueva del Jard¨ªn Bot¨¢nico ha sido despejado para filtrar, a trav¨¦s de sus 12 paneles de ventanales rectangulares y de otros tantos arcos acristalados, la m¨¢s l¨ªmpida luz de los d¨ªas del agosto madrile?o.
M¨¢s all¨¢ de la placentera resonancia de las fotograf¨ªas y de su escenario, su conjunci¨®n expresa el gozo que el objetivo de Koinberg procura al visitante al conseguir establecer aqu¨ª un hondo lazo espiritual con Carl Linneo, lleno de actualidad pese al lapso que separa nuestro hoy de su muerte, acaecida en 1778, tras una vida consagrada a pregonar la majestad de la naturaleza a trav¨¦s de las plantas.
Linneo emple¨® una f¨¦rtil did¨¢ctica para divulgar los conocimientos bot¨¢nicos entre el ¨¢vido p¨²blico de su ¨¦poca: recurri¨® a los s¨ªmiles sexuales humanos para permitir a todos acceder a los ¨¢mbitos insondables donde la materia se trenza y organiza hasta convertirse en latido, primero, y en vida, despu¨¦s. La exposici¨®n logra engarzar el desaf¨ªo de Linneo por compendiar, en sencillas reglas, la destellante pluralidad que del universo aflora, con el saber que anida en la mirada de Koinberg.
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