Transbordadores muy privados

Cuando la NASA suspendi¨® los futuros vuelos de los transbordadores la semana pasada, despu¨¦s de que un trozo de gomaespuma se desprendiera del dep¨®sito de combustible durante el despegue, la decisi¨®n retumb¨® no s¨®lo en la agencia espacial sino tambi¨¦n en la alianza de contratistas privados que es la mano oculta tras el programa del transbordador.

Puede parecer que quienes est¨¢n ante las consolas de control de la misi¨®n en Houston son todos de la NASA, guiando cada movimiento del transbordador. Pero la realidad es muy diferente. El programa del transbordador es un modelo de contratos externos, con pr¨¢cticamente todos los aspectos de sus operaciones contratadas con compa?¨ªas privadas, sobre todo United Space Alliance (USA), un consorcio entre Boeing y Lockheed Martin, los dos mayores contratistas militares de EE UU.

Adem¨¢s de la gomaespuma, el Discovery tiene problemas inesperados con las juntas entre las losetas t¨¦rmicas en su panza, que fueron colocadas por la USA en talleres de la base Kennedy. Los ingenieros de la USA han trabajado con la NASA en los procedimientos experimentales para solucionar el problema y para planear el paseo espacial de ayer. Tan pr¨®ximas est¨¢n la NASA y la USA que a menudo es dif¨ªcil determinar d¨®nde acaba una y d¨®nde empieza la otra. La USA tiene m¨¢s de 10.000 empleados en Florida, Tejas y Alabama, y unos 2.200 subcontratistas. Sin embargo, la NASA tiene 1.800 empleados trabajando en los transbordadores. La USA est¨¢ profundamente implicada en virtualmente todos los aspectos del programa, incluidos el control del la misi¨®n, el despegue y las operaciones de atraque en el espacio. Los empleados de la USA entrenan a los astronautas y ayudan a guiarles en el espacio, recuperan en el mar los cohetes del transbordador, hacen el software del programa y suministran a los astronautas la comida e incluso su ropa interior.

"La NASA no dirige el transbordador, lo hace la USA", dice Howard McCurdy, de la Universidad Americana, en Washington.