La Espa?a de John Dos Passos
El escritor norteamericano John Dos Passos desempe?¨® un curioso papel en la historia pol¨ªtica espa?ola. Cuando en 1919 el emisario sovi¨¦tico de seud¨®nimo Borodin buscaba a ciegas alguien que estuviera dispuesto a la labor de fundar un partido comunista en Espa?a, se dirigi¨® al Ateneo de Madrid, muy pr¨®ximo al hotel Palace en el que resid¨ªa, y en su sala de lectura la primera persona con la que tropez¨® fue precisamente Dos Passos, quien le dirigi¨® a otro lector, el socialista Fernando de los R¨ªos, el cual a su vez, obviamente poco interesado en el proyecto, le se?al¨® al hombre adecuado para la tarea.
A?os m¨¢s tarde, ya en tiempos de la Segunda Rep¨²blica, encontramos la colaboraci¨®n de Dos Passos en el peri¨®dico comunista dirigido por Ram¨®n J. Sender, La Lucha. Su espl¨¦ndido art¨ªculo Palomas en el ruedo, del mes de agosto del a?o 1933, describe un mitin socialista celebrado en Santander, con un calor t¨®rrido, y de nuevo est¨¢ ah¨ª, sin ser nombrado, Fernando de los R¨ªos. El contraste entre las ilusiones de los trabajadores y un entorno social hostil queda recogido en una frase premonitoria: "El odio silencioso de la gente sentada fue algo embarazoso. Los socialistas pasaban en fila, inocentes como un reba?o de ovejas en un pa¨ªs de lobos".
VIAJES DE ENTREGUERRAS
John Dos Passos
Traducci¨®n de Juan Gabriel V¨¢zquez
Pen¨ªnsula. Barcelona, 2005
352 p¨¢ginas. 20,50 euros
Se trata de un escrito repre
sentativo del conjunto de art¨ªculos que nos ofrece este volumen, agrupados en cuatro series. La primera, El descubrimiento de Rocinante, corresponde a uno de sus viajes a Espa?a entre los a?os 1919 y 1920. Hab¨ªa llegado a nuestro pa¨ªs para estudiar la arquitectura hispanomusulmana. La segunda, Orient Express, nos invita en los a?os veinte a acompa?arlo en un viaje imaginario a partir de Constantinopla, ya Estambul, hasta Bagdad y Damasco. La tercera, muy breve, recoge una fugaz visita a Leningrado y a Mosc¨² en 1928.
La cuarta, con art¨ªculos redactados entre 1916 y 1937, salvo alguna escapada a M¨¦xico y a Par¨ªs, y con el pr¨®logo del cambio de r¨¦gimen en 1931, tiene por protagonista a la Espa?a en guerra, cuando la que ¨¦l denomina "Rep¨²blica de los hombres honestos" trata de defenderse de la agresi¨®n militar. No hay que esperar de John Dos Passos grandes visiones de conjunto, pero s¨ª, como en el caso arriba citado, interpretaciones sumamente agudas y, de repente, relatos muy breves que profundizan en la realidad social y pol¨ªtica contemplada. Es la mirada de Dos Passos lo que desde su subjetividad da forma a una configuraci¨®n casi pict¨®rica, donde trazos impresionistas de gran vigor alternan con espacios casi vac¨ªos, difuminados, pero no por eso menos significativos. Un ejemplo: la visita a distintos lugares de Turqu¨ªa, en 1921, en medio de la guerra que por un momento hizo esperar a los griegos la recuperaci¨®n de Bizancio. Las notas recogidas en Constantinopla, sobre la ciega confianza de los helenos o la represi¨®n de Kemal en Anatolia, son muy expresivas; en cambio, Trebisonda, contemplada desde el mar, queda reducida a unos rumores sobre la tr¨¢gica suerte de griegos y armenios y a la evocaci¨®n de los sue?os de ni?ez del autor. "No sale humo de ninguna casa, ning¨²n sonido viene sobre el agua". Es la nada que anuncia la muerte.
Todo lo contrario de las vi
vas im¨¢genes de la Espa?a republicana en 1937, cerradas sin embargo con un juicio pesimista: "?C¨®mo pueden ganar?, pensaba yo. ?C¨®mo puede el nuevo mundo, lleno de confusi¨®n y desencuentros e ilusiones y deslumbrado por el espejismo de las frases idealistas, derrotar a la f¨¦rrea combinaci¨®n de hombres acostumbrados a mandar, a quienes une s¨®lo una idea: aferrarse a lo que tienen?"
L¨¢stima que en la edici¨®n falten las notas y las noticias que enmarcaran, siquiera m¨ªnimamente, los relatos de John Dos Passos.
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