El lanzador menguante
Manolo Mart¨ªnez ha perdido 20 kilos por una enfermedad
Un lanzador de peso es fuerza, velocidad, masa, aceleraci¨®n, inercia, y Manolo Mart¨ªnez, 1,85 metros, 145 kilos en sus d¨ªas buenos, pod¨ªa perfectamente ser considerado un arquetipo del oficio. Con esas condiciones y un riguroso y sacrificado trabajo, el lanzador leon¨¦s hab¨ªa ganado medallas en varias competiciones de renombre y hab¨ªa llegado a lanzar 21,47 metros, una distancia m¨¢s que respetable. Se hab¨ªa convertido en Manol¨®n, un s¨ªmbolo del atletismo espa?ol. Esta temporada se le estaba haciendo dura, pero todo el mundo achacaba su falta de grandes marcas a la depresi¨®n postol¨ªmpica, que todos los deportistas experimentan el a?o siguiente al de unos Juegos. Pero no era eso. La causa es otra, m¨¢s dolorosa e intratable.
"He perdido 20 kilos en los ¨²ltimos meses", explic¨® ayer el leon¨¦s. "Peso ahora 125 kilos, y eso que he podido recuperar algo en las ¨²ltimas semanas bebiendo batidos de prote¨ªnas. Y con ese peso, aunque conservo la fuerza y la velocidad, se me ha ido buena parte de la inercia y los cent¨ªmetros. Este a?o no he pasado de 20,32 metros. Si hago el lanzamiento perfecto, puedo llegar a 20,50 metros. La medalla es casi imposible". La causa de la p¨¦rdida de peso de Manolo Mart¨ªnez, a raz¨®n de un kilo cada dos semanas, hay que buscarla en el s¨ªndrome de Beh?et o mal de la Ruta de la Seda. Es una enfermedad del sistema autoinmune, que cuando comprueba que el organismo sufre una agresi¨®n lo defiende de manera equivocada, por medio de ¨²lceras bucales y genitales. "En septiembre pasado sufr¨ª una gastroenteritis y me empezaron a salir llagas", dice Mart¨ªnez. "Se infectaron y me puse con cuarenta de fiebre. Estuve ingresado diez d¨ªas en el hospital. Las pas¨¦ canutas". El s¨ªndrome no tiene cura, pero para evitar que se reprodujera, Mart¨ªnez debi¨® variar su dieta y privarse casi de los dulces, la glucosa, parte b¨¢sica de su equilibrio metab¨®lico. "Y ah¨ª se agudiz¨® el problema", a?ade. "Comenc¨¦ el a?o con la idea de trabajar para ganar una medalla en Helsinki", dice el lanzador, de 31 a?os. "Necesitaba ya una medalla al aire libre. Estaba convencido de que pod¨ªa luchar por el oro. Y por eso aument¨¦ el volumen y la intensidad de mis entrenamientos. Me he entrenado m¨¢s y mejor que nunca, pero enseguida me di cuenta de que sin dulces, con lo que inger¨ªa diariamente, y me meto unas 5.500 calor¨ªas al d¨ªa, no pod¨ªa reponer todo lo que perd¨ªa en los entrenamientos. Y empec¨¦ a adelgazar. Y no veo una soluci¨®n al problema".
Mart¨ªnez parecer¨¢ hoy mucho m¨¢s peque?o al lado del favorito norteamericano Christian Cantwell (1,95 metros, 147 kilos). Ha perdido la inercia, las posibilidades de medalla y, lo que es peor, ya no podr¨¢ gozar de unos buenos bombones.
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